lunes, 6 de agosto de 2007

Textos inéditos de Lacan en español - Intervenciones en Baltimore - 18 de octubre de 1966


Traducción de Paola Gutkowski y Pablo Peusner.

En octubre de 1966, en la ciudad de Baltimore (Maryland – USA) se realizó en el Centro de Humanidades John Hopkins el Simposio Internacional sobre “Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre”. Entre el 18 y 22 de Octubre, se dieron cita intelectuales de todo el mundo, dando el puntapié inicial a un programa de seminarios y coloquios que se extendería por un período de dos años.
En 1970 The John Hopkins Press, publicó las actas del Simposio con el título de “The Languages of Criticism and the Sciences of Man: The structuralist controversy” bajo la dirección de R. Macksey y E. Donato. Las mismas recogen tres intervenciones de Jacques Lacan realizadas en inglés:

La primera de ellas, en las páginas 41 a 44, realizada el 18 de octubre de 1966, sobre la exposición de C.Morazé –esta última titulada “Literary Invention”.
La segunda, en las páginas 120 a 122, en la misma fecha, en este caso realizada sobre la exposición de L.Goldmann, titulada “Structure: Human Reality and Methodological Concept”.
La tercera y última, se trata de la conferencia que Lacan dictara el 21 de octubre de 1966 y ocupa las páginas 186 a 195, bajo el título “Of Structure as an Immixing of an Otherness Prerequisite to Any Subject Whatever”.

El lector de habla hispana encontrará dificultades en el acceso a las actas originales del Simposio. La Conferencia del 21 de Octubre, registra diversas traducciones a nuestra lengua. Dos de ellas, son ampliamente conocidas por los psicoanalistas lacanianos latinoamericanos
[1].
Sin embargo, las dos breves intervenciones de Lacan en respuesta a ponencias de otros oradores son casi desconocidas por el lector hispanoparlante. Las mismas exponen precisiones acerca del estatuto del “sujeto” en la teoría psicoanalítica, y abonan la hipótesis de la pertinencia del término “immixtion” en la definición del sujeto –tal como se lo entiende en una ética propia del psicoanálisis.
Hemos hallado una vía de acceso amplio al material en cuestión, por medio de la página web de la “École Lacanienne de Psychanalyse
[2]”. Se encuentran allí los tres materiales citados en dos formatos distintos: su versión original en inglés (tal como fueron pronunciadas por Lacan) y una traducción francesa realizada por los miembros de L’École. Nuestra traducción toma por original, obviamente, la versión en inglés –pero no ha dejado de cotejar este original con la versión francesa, a fin de transmitir de la manera más integral posible el sentido de las palabras de Lacan.
Como hemos planteado en otra oportunidad, no somos traductores. Nuestro trabajo está animado por el afán de estudiar los textos de Jacques Lacan. Les presentamos la primera traducción de estos textos a nuestra lengua, considerando que son valiosos en lo referente a ciertas precisiones sobre el estatuto del “sujeto” en psicoanálisis lacaniano: diferenciarlo del individuo –producto de un nihilismo cada vez más exacerbado- y definirlo mediante el recurso al Otro.

***

Intervención de Jacques Lacan sobre la exposición de
L. Goldmann "Estructura: Realidad humana y Concepto Metodológico"
[3]
18 de octubre de 1966

El Sr. Goldmann acaba de mostrar cuán difícil será para mí comunicarles mañana[4] lo que, justo esta mañana, con la amable ayuda de mi traductor, he comenzado a poner en una forma adecuada para esta reunión. El Sr. Goldmann es bien conocido por ustedes por haber enseñado aquí durante varios meses. Mi contribución será menos familiar. He tratado de preparar algo que representará el primer corte[5] de mi pensamiento.
Como este proyecto es algo sobre lo que he venido trabajando hace quince años, comprenderán que mi exposición de mañana no podrá ser exhaustiva. Sin embargo, a fin de facilitar mi tarea y para preparar vuestras orejas, me gustaría decir ésto: Algunas palabras concernientes al sujeto[6]. Pienso que ellas son necesarias desde que ayer introduje el término y desde que el mismo Sr. Derrida[7] aquí presente me preguntó ayer en la cena, "¿Por qué llama usted sujeto a ésto, esto inconsciente? ¿Qué tiene que ver el sujeto con ésto?". En todo caso, no hay nada que hacer con aquéllo de lo que el Sr. Goldmann habló como siendo el sujeto. Es naturalmente solo una cuestión de terminología, y el Sr. Goldmann puede utilizar el término sujeto para decir aquello que quiera. Pero, aquello que yo querría acentuar es lo que caracteriza al sujeto del Sr. Goldmann (que es muy próximo a la definición clásica) la función de unidad, de unidad unificante. Su sujeto es el sujeto del conocimiento, el sostén (falso o no) de todo un mundo de objetos. Y el Sr. Goldmann lleva esta función de unidad hacia otros campos que ése del conocimiento, por ejemplo hacia la esfera de la acción, cuando llama a John y James cargando una mesa un solo sujeto, en la medida en que ellos están unidos por esa acción común.
Pero lo que me empuja a hablar es que justo vengo de tener esta experiencia. No moví yo mismo (a pesar que mi nombre es "James" [Jacques]) una mesa junto a John, pero no lo hice sólo por razones personales de fatiga y no porque me hayan faltado ganas de moverla, como lo verán ustedes. Lo que ha sucedido fue algo diferente.
Me encontraba en un hotel local cuyo nombre no mencionaré (conocido por todos ustedes) y quería colocar una mesa, que se encontraba contra una pared, delante de la ventana, a fin de trabajar para esta reunión. A la derecha de la ventana se encontraba una cómoda que me lo impedía. Tomé el teléfono y pedí que alguien viniera a ayudarme. Entonces, llegó un personaje muy digno, de cabellos blancos portando sobre su uniforme este título (que no tenía aún ninguna significación precisa para mí, aunque las cosas hayan cambiado a partir de entonces) "Bellman"[8]. No le presté ninguna atención a ese nombre, que debe querer decir "hombre bello"[9]. Le dije al "Bellman" en mi inglés (imperfecto, como lo verán mañana, pero suficiente para formular un pedido) que quería poner la mesa cerca de la ventana y la cómoda en el lugar de la mesa. Aquellos de ustedes, aquí presentes, que pertenecen a la comunidad americana no se sorprenderán del simple gesto que obtuve en respuesta, "Mire. Soy el Bellman. ¿Por quién me toma usted?. Ese es el trabajo del ama de llaves[10]". Respondí "Eso no importa. Todo lo que quiero es que se haga el trabajo. Si usted es tan amable avísele al ama de llaves, para que no se haga demasiado tarde". Debo decir que en un tiempo excepcionalmente corto para este hotel se presentó el ama de llaves y obtuve la ayuda de dos negros[11] (incluso sin esperar demasiado, desde el momento en que pude explicarme acerca del asunto de mis deseos[12]). Ellos llegaron y prestando muy poca atención a mi pedido (parecían incluso estar escuchando otra cosa), hicieron aquello que yo les pedí. Lo hicieron, diría, casi perfectamente, porque quedaron unas pocas imperfecciones pequeñas en el trabajo, pero tan precisas que ellas no pudieron haber sido involuntarias[13].
Ahora, ¿dónde está el sujeto de esta pequeña historia? A primera vista (aunque ustedes van a ver rápidamente por qué no me detengo en eso) el sujeto es evidentemente yo mismo, en la medida en que me encontraba queriendo[14] durante toda la situación, porque el punto importante de la historia no es evidentemente el hecho que soy yo quien dio la orden y, finalmente, obtuvo satisfacción, sino más bien el modo en que fallé al no preguntar, en primer término, por la persona adecuada para la jerarquía reinante en el hotel, y obtener su servicio sin demora. De todos modos eso me ha dado la oportunidad de puntualizar la diferencia entre sujeto y subjetividad. Habría sido seguramente el sujeto si eso hubiese sido solamente una cuestión de esta falta[15]. Yo soy la subjetividad, en tanto y en cuanto, innegablemente, he manifestado una cierta impaciencia en todo este asunto.
Por el otro lado, eso que me parece ser el sujeto es realmente algo que no es ni intra ni extra ni intersubjetiva. El sujeto de este asunto me parece (y no lo tomen a mal; lo digo sin la menor intención despreciativa, pero plenamente consciente del peso de lo que voy a proponer): ¿Qué suerte de sujeto caracteriza un estilo de sociedad en la cual, todos están teóricamente tan listos a ayudarte como la pregunta "¿Puedo ayudarlo?" implica?[16]. Es la pregunta que su vecino de asiento le formula inmediatamente cuando usted aborda un avión -un avión americano, por supuesto, con un vecino de asiento americano. La última vez que viajé de París a Nueva York, estaba muy cansado por razones personales, y mi vecino de asiento, me ha, literalmente, puesto la comida en la boca durante todo el viaje como una mamá gallina. ¡Él tomaba pedazos de carne de su propio plato y los deslizaba entre mis labios!. ¿Cuál es la naturaleza de este sujeto que está basado sobre ese primer principio, y que, por el contrario imposibilita obtener la ayuda?. Tal es, entonces mi pregunta, y creo, habiendo relatado mi historia, que es aquí, al nivel de este intervalo -que no encaja en la intra ni extra ni intersubjetividad- que la pregunta del sujeto debe ser situada.



Intervención de Jacques Lacan sobre la exposición de
C. Morazé: "Invención Literaria"
[17].
Octubre 18 de 1966.

No es usual en una discusión traer tan rápidamente aquello que pudo quedar no establecido[18] luego de una presentación. Mucho de lo que hay [para discutir] ha sido puesto en su lugar. Hace un minuto, por ejemplo, cuando usted estaba hablando sobre la cuestión de la "raíz imaginaria", las cosas fueron resueltas muy simplemente. Usted mismo aportó la corrección necesaria, a saber, que era un terrible drama. Aquello que me pareció ser la esencia de su comunicación, aquello sobre lo cual estaba centrada, lo que le dio su carácter esencial, fue lo que usted tocó con la pregunta de la invención, a saber: ¿quién inventa?. No habría ninguna cuestión en la invención si esa no fuera la pregunta[19]. Usted considera resuelta esta cuestión. De cualquier forma, usted estaba muy ansioso por ser preciso acerca del hecho de si en la constelación, la configuración, en la cual usted ubica el fenómeno que llamamos "invención" (que usted trajo a la discusión en un modo admirablemente convincente y primordial) uno inventa en tanto pone en relación un número de signos entre sí. Yo no propongo este argumento; es usted quien resituó el problema de este modo. (Entre paréntesis estoy dejando de lado aquí algo que me parece útil recordar concerniente al uso del término "símbolo", el que usted parece rechazar [viniendo de] la boca de los matemáticos, y que significa solamente: símbolos son las relaciones entre signos).
Sin embargo quiero mantener en el corazón del asunto, algo que usted evidentemente tomó para ser resuelto desde el principio: que el hombre que inventa es aquél del que usted estuvo hablando cuando, hace un momento, habló de sabor de vivir, gusto de vivir, esperanza de vivir[20]. Es una cuestión del ser vivo, es el individuo, el individuo viviente. Pero usted debe tener todavía una pregunta en mente, ya que a lo largo de su exposición[21] ese punto pareció tan obvio que fue incluso sorprendente escuchárselo enfatizar. Usted explicó que, a pesar de todo lo que había dicho acerca del contexto de la invención, era finalmente el inventor quien inventaba, quien era el autor de la invención, y sus frases sabor de vivir, gusto de vivir, esperanza de vivir, en realidad implicaban al individuo de carne y hueso. El término "desencarnado" que usted utilizó, no en conexión con este inventor pero en conexión con el signo, el signo matemático, tiende a mostrar que la cuestión de la encarnación estuvo allí presente en su mente, a pesar que nosotros no le demos, por supuesto, el mismo valor. Es cierto que en este dominio de la matemática, el cual usted ha elegido apropiadamente para presentar la cuestión de la invención, las invenciones son producidas, podemos decir, exactamente al mismo tiempo, o en el lapso de pocos meses la una de la otra, por sujetos (debo pronunciar esta palabra tarde o temprano) que se encuentran a grandes distancias (geográficas o de otro tipo) los unos de los otros[22]. El mismo fenómeno es no menos observable en otros campos de invención y especialmente en el campo de la literatura, a pesar de que aquí no evoque la misma propiedad de asombro como en matemática. Entonces, aquí es donde reside la cuestión. En proponer el término sujeto para esta conexión, y en requerir que lo distingamos del ser vivo que usted introdujo con toda su animación[23] (la concepción, que usted expresó claramente en tanto que una cuestión de esa carga que se vincula o no a la manipulación de los signos, y que usted nos presentó en su totalidad como una carga emocional), usted nos mostró que eso puede ir incluso más lejos, donde la aprehensión de los signos es integrada, por ejemplo los signos pictográficos, cuyas connotaciones intuitivas usted ha aceptado correctamente: el elemento pintoresco[24] cuenta por alguna cosa en la medida en que ellos nos movilizan más que otros signos.
Pero, dejando los elementos en esta suerte de relación en la cual usted los ha dejado, ¿no nos perdemos algo esencial, una aproximación que debemos adoptar al formular la pregunta?. Quiero decir aquélla que debería aparecer si enfocáramos sobre los puntos más paradójicos. Me parece haberlo entendido a usted decir que era necesario para estos signos matemáticos ser recargados a veces. Pero, ¿con qué? Seguramente enfatizó éso que Russell dijo, después de todo, que en matemática no se sabe ni si lo que se está diciendo es verdad, ni precisamente de qué está uno hablando. En ese sentido, por supuesto, y sólo en ese sentido, se puede hablar de cierto vacío del signo. En todo caso, una cosa parece ser cierta: que el signo no es recargado con esta cualidad emocional. Ésto, creo que es lo mismo que usted sugirió cuando habló de una energía puramente "cuantitativa". Ésto debe haber sido lo que usted estaba pensando -que no era una- no la llamemos "cuantitativa", que sería realmente molesto, pero , podríamos decirlo, energía "calificada".
Entonces, si no es eso lo que periódicamente se nos ofrece con una cierta crisis en matemática, si no es una recarga de este tipo, entonces surge la pregunta: ¿Qué es lo que da cuenta de la pasión en la crisis matemática? ¿Qué es esta pasión que es interna, en vuestra admirable exposición, a esta crisis de los signos?. Para usar su vocabulario (al menos uno que pienso que puede aceptar, incluso si no es el que usted asoció a estas exactas palabras): ¿Cuál es el orden de las pasiones alrededor de las cuales este acontecimiento, ocurrirá o no, sea lo que sea, ese algoritmo, esa invención de un nuevo signo o de un nuevo algoritmo, o una organización diferente de algún sistema lógico?. La pregunta formulada de este modo parece mostrar una íntima conexión con la pregunta planteada por la introducción del término sujeto como [algo] distinto de la función de individualidad que usted introdujo- y es bastante normal que lo haya hecho de ese modo- como esencial a la cuestión del inventor. ¿El inventor es la persona física que somos cada uno de nosotros aquí, mirando al otro, siendo mirado, capturando y siendo capturado, más o menos, en un juego de gestos? ¿Es otra cosa?. O es en tanto que ambos somos capturados en un sistema de signos que se desliza[25] en nuestro debate con una suerte de esfuerzo de aproximación, pero en el cual de todos modos hay una coherencia interna necesaria, una necesidad lógica -como alguien aquí recordó hace unos instantes. Después de todo es verdad que un acuerdo colectivo no causa el triunfo o el fracaso de una teoría en matemática formal. Hay otro tipo de necesidad que obtiene. Sólo esta otra necesidad transfiere una cierta carga que juega, si puedo decirlo, el mismo rol que aquél que llamamos aproximadamente "carga afectiva" [charge affective][26]. Esto me parece muy cercano a mi preocupación inmediata y a lo que ella busca elucidar: saber en qué sentido, hablando con propiedad, concierne al estatuto del sujeto, tanto como que es la misma cuestión que la de la "pasión de los signos". Si se va un poco más lejos en esta dirección, muy rápidamente, me parece, se arriba a lo que puede haberle parecido misterioso al Sr. Hyppolite[27] en el anuncio del título de mi propia comunicación aquí[28]. Estoy pensando en la palabra "inmixing" [inmiction][29]. Pienso que la primera vez que introduje esta palabra fue precisamente para la relación de los sujetos. Los sujetos (incluso la “Historia Natural” de Buffon, no era tan "natural" como éso, si lo puedo agregar) no son tan aislados como pensamos. Pero, por otro lado, no son colectivos. Tienen una cierta forma estructural, precisamente "immixing" que es, hablando con propiedad, aquéllo sobre lo cual una discusión como la de hoy puede introducirnos, y creo que únicamente en la medida en que no estamos tan seguros que quien inventa es exactamente el designado por un cierto nombre propio.-

[1] [Nos referimos específicamente a la publicada originalmente en “Lacan Oral” de Xavier Bóveda Ed; tanto como a la más recientemente publicada por la revista “Acheronta” en su número 13º. Disponible en www.acheronta.org/acheron13.htm
[2] [ www.ecole-lacanienne.net/bibliotheque]
[3][Publicado originalmente en “The languages of Criticism and the Sciences of Man: The structuralist Controversy”. Dirigido por R. Macksey y E.Donato, Baltimore y Londres, The John Hopkins Press, 1970, p.p. 120-122 (El Lenguaje de la crítica y las Ciencias del Hombre: La controversia estructuralista)].
[4] [Curiosamente, durante esta breve intervención, en tres ocasiones Lacan afirma que al día siguiente (19 de octubre) pronunciará su Conferencia. Sin embargo, la misma, fue pronunciada el día 21].
[5] [En el original dice “cutting edge”, lo que remite al factor con mayor implicación, el factor más significante, pionero de un movimiento. En la versión francesa dice “tranchant": corte, filo].
[6] [En itálicas en el original. Respetaremos estos señalamientos, tanto como los entrecomillados. En todo caso, nuestros resaltados se realizarán en nota a pie de página].
[7] [Se refiere a Jacques Derrida. Nótese cómo desde la jornada anterior al inicio del Simposio, Lacan había introducido ya el problema que desarrollaría en su ponencia. Volveremos sobre este punto, más adelante].
[8] [La versión francesa, indica a pie de página “Veilleur de nuit”. Hemos realizado una breve investigación acerca de cómo se nombra en nuestra ciudad al “Bellman” norteamericano. Se trataría, mutatis mutandis, del “botones”. Sólo que, como dicho título suena algo peyorativo en nuestra cultura, se utiliza la palabra inglesa “bellboy” -que no difiere mucho de la que figura en el original, a no ser por la referencia a una edad más joven y, tal vez, más predispuesta a las tareas].
[9] "bel homme". [Lacan se equivoca ya que el término inglés “Bellman” se compone de "bell" (campana o timbre) y "man" (hombre). Se trata de quien está de guardia y responde a los llamados. También significa campanero].
[10] "housekeeper"
[11] "blacks" ["noirs" en la traducción francesa].
[12] "subject of my wishes".
[13] [El resultado final de esta pequeña “experiencia”, permite pensar que el tono con el que Lacan se refiere a los hombres de color que realizaron la tarea llamándolos “negros”, fue despectivo. ¿Qué tipo de “imperfecciones tan precisas” le habrán dejado de regalo?].
[14] “I was found wanting” [La versión francesa dice “dans le manque”].
[15] “lack”.
[16] [La ironía de esta pregunta, llega a su punto culminante al entrar en cualquier local de la cadena de hamburgueserías más famosa a lo largo y a lo ancho del globo].
[17][Publicado originalmente en “The languages of Criticism and the Sciences of Man: The structuralist Controversy”. Dirigido por R. Macksey y E.Donato, Baltimore y Londres, The John Hopkins Press, 1970, p.p. 41-44 (El Lenguaje de la crítica y las Ciencias del Hombre:La controversia estructuralista)].
[18] "unsettled" [En el original, en Inglés: vago, errante, incierto, no establecido. En la versión francesa cotejada, dice "problematique": problemático].
[19] [El párrafo juega con la alternancia del término “question”, que significa tanto "cuestión" como "pregunta” en inglés y en francés].
[20] “saveur de vivre, goût de vivre, espoir de vivre” [En Francés en el original, seguido por un corchete donde dice “zest for life, love for life, anticipation”. El sentido es ligeramente diferente, y podría traducirse como “gusto por la vida, amor por la vida, anticipación”].
[21] [En la versión original aparece el término "exposé" –al igual que en la versión francesa. Sin embargo, en Inglés significa “revelación comprometedora o escandalosa” y, en Francés, tan sólo “exposición o ponencia”. Consideramos que, si bien Lacan articuló en inglés su intervención, pensó en francés].
[22] [Bastaría con recordar aquí que Gauss y Lobachevsky propusieron la geometría no-euclidiana casi al mismo tiempo, desconociendo cada uno, el trabajo del otro].
[23] [El término "animation" significa figuradamente: “movimiento, calor, fuego, viveza, espíritu”.]
[24] “picturesque” [La traducción francesa propone “image”]
[25] "creep" [Significa “deslizarse, arrastrarse, hormiguear”. También insinuar. Optamos por la connotación de movimiento en función del contexto de la oración. En la versión francesa, optaron por traducir como “insinuar”.]
[26] [En la versión original inglesa está aclarado, entre corchetes, en Francés. Repetimos el procedimiento].
[27] [Se refiere a Jean Hyppolite, presidente del Congreso. Obviamente, el título de la Conferencia estaba ya anunciado. No es por el lado de la ocultación o la demora en la presentación del asunto, que Lacan procure el efecto de sorpresa. Ésta, como tal, queda del lado de su auditorio en todo caso por lo novedoso de su articulación].
[28] [El título propuesto por Lacan era “Of Structure as an Immixing of an Otherness Prerequisite to Any Subject Whatever”]
[29] [Hemos transcripto ambas palabras del original. Suponemos que lo que figura entre corchetes es una suerte de indicación para la pronunciación. La palabra inglesa acepta dos grafías: “immixing” o “inmixing”. En francés existe el término “immixtion”. En español, el término no existe. Uno de nosotros ha rastreado la entrada del término en la obra escrita de Lacan en un artículo publicado en la revista Acheronta 14. Disponible en www.acheronta.org/acheron14.htm].