miércoles, 17 de octubre de 2007

Pablo Peusner. "L'impasse de l'impasse o educando al soberano".

Es un hecho: uno lee muchos textos de psicoanálisis.
Y es otro hecho, que esos textos son de diversos estilos: tesis universitarias, libros propiamente escritos, seminarios desgrabados, pequeños textos escritos especialmente para jornadas o congresos profesionales, presentaciones clínicas y desgrabaciones de intervenciones orales...
Ahora bien, hace rato que encuentro el mismo problema entre los modos de escritura de mis colegas en todos los tipos de textos psicoanalíticos y, de tanto encontrarlo, pienso que quizás haya un error del que convenga advertir.
El problema en cuestión radica en el uso que en español, se hace del término francés impasse (del que, por otra parte conviene recordar que es femenino). Entonces, si algún "afrancesado" quiere utilizar el término, debe adjuntarle el artículo femenino "la": debería escribirse entonces que, por ejemplo, "la resistencia del analista constituye la impasse del recorrido analítico" pero, como se verá a continuación, la cosa no es del todo conveniente.
A fin de documentar el tema, cito el "Diccionario Panhispánico de dudas" de la Real Academia (p. 353). Dice: "impasse. Voz francesa que significa ‘situación de difícil o imposible resolución, o en la que no se produce ningún avance’. Su uso es innecesario en español, por existir las expresiones callejón sin salida o punto muerto, de sentido equivalente: «Las posibilidades para encontrar una solución favorable podrían llegar a un callejón sin salida» (Siglo [Guat.] 7.10.97); «Francia es responsable del punto muerto en las negociaciones» (País [Esp.] 11.9.77). A veces se utiliza erróneamente por compás de espera, expresión que significa, simplemente, ‘detención temporal de un asunto’.
Espero que la aclaración no enoje ni ofenda a nadie. Tenemos un idioma maravilloso -quizás uno de los más ricos sobre la tierra- y son muy escasas las ocasiones en las que escribiendo en español necesitamos echar mano de expresiones foráneas. Es cierto que en el "mercado lingüístico" (Bourdieu dixit) de los psicoanalistas lacanianos las expresiones francesas "cotizan alto", pero no siempre son necesarias y, en ocasiones, confunden.
Hasta la próxima (Chi vediamo, À bientot, Bye bye...)
PP.