sábado, 12 de abril de 2008

Entrevista a Sigmund Freud. "Éxitos terapéuticos del Psicoanálisis"(1933)

Esta entrevista, recuperada por Eckart Früh [1], fue publicada el 14 de agosto de 1933 (Neue Freie Presse, n° 24397, p.21) bajo el título "Las neurosis, enfermedades de época". ¿Qué éxitos terapéuticos permite el psicoanálisis?" Por el Prof. Sigmund Freud (extractos de una conversación)". La entrevista esta firmada "N.B." En una carta (del 30 de noviembre de 1989) Eckart Früh recordaba que en mayo de 1933 se había festejado el 10° aniversario del dispensario vienés de psicoanálisis (el Psichoanalytisches Ambulatorium dirigido por Eduard Hitschmann).

Pregunta: ¿En qué consisten las conquistas y posibilidades inmediatas del psicoanálisis?, le pregunté a Sigmund Freud.

Sigmund Freud: "En la terapia de las neurosis y de ciertas psicosis, en ciertos casos de modificación fundamental del carácter, e incluso en ciertas formas de clivajes de conciencia Bewutseinspaltung (esquizofrenia)", responde Freud, "los éxitos del psicoanálisis son indiscutibles." Pero sobre todo la impregnación progresiva de la conciencia por el psicoanálisis tiene una importancia fundamental. Se pueden curar tanto problemas psíquicos como disfunciones orgánicas partiendo de los síntomas. Porque todas las manifestaciones del individuo, por ínfimas a incoherentes que parezcan, son síntomas determinados por las causas de su estado y de su enfermedad psíquica.

Pregunta: ¿El psicoanálisis no ha ampliado el campo de las leyes del determinismo hasta las modificaciones más finas de la existencia?

Sigmund Freud: En psicoanálisis se trata menos de explicar el sueño en sí mismo que de desenmascararlo como síntoma y de formar un diagnóstico gracias al sueño. Como es sabido; el enfermo encuentra en el transcurso del análisis la vía que lo reconduce hacia sí mismo.
Se trata de conocer las causas reales de nuestros conflictos, pero también las de los conflictos entre comunidades y pueblos.

Pregunta: Teniendo en cuenta la duración y el costo de un tratamiento, ¿no se podría decir que un muy escaso número de enfermos puede acceder al beneficio de un tratamiento psicoanalítico?

Sigmund Freud: Ciertamente, hay numerosos límites del tratamiento psicoanalítico. Primero que nada las alteraciones orgánicas, pero también el límite de edad, ya que el psiquismo de un hombre que ha pasado sus cincuenta años deviene relativamente coriáceo. En ese caso el material psíquico acumulado a explorar es demasiado para ser abarcado. El tratamiento es, entonces, desde un cierto punto de vista proporcional a la edad; y el problema deviene, con los años, casi insoluble.

La enfermedad como medio de autodefensa
Pregunta: ¿Y la aplastante mayoría de enfermos, los pobres?

Sigmund Freud: Con respecto a los pobres -es realmente triste y espero que no se quiera interpretar mi comentario como cínico -, para los pobres las neurosis no significan solamente una enfermedad, sino también uno de los elementos de la autodefensa en la lucha por la existencia. Hemos tenido muchas veces la experiencia, cuando ejercíamos gratuitamente, de comprobar que los pobres no querían dejarse liberar de su sufrimiento hasta tanto no sobreviniera un cambio en su situación material. Y esto es muy comprensible, ya que deben frecuentemente a su enfermedad ciertas consideraciones que no podrían esperar, en su posición social, de estar sanos. Todos nuestros esfuerzos se dirigen a adquirir y ampliar conocimientos sobre las funciones psíquicas estandarizadas y a preservar, gracias a una profilaxis generalizada, la constitución desde la infancia de los impulsos y fobias reprimidas.

Higiene mental
Pregunta: ¿No hay un cierto peligro de perturbar el desarrollo normal del niño con esta profilaxis?

Sigmund Freud: Una higiene mental que sepa prevenir es, sobre todo durante estos años de crecimiento, tan saludable como la higiene corporal. Incluso en el caso del tratamiento de un niño tan neurótico como Juanito, que he descrito en detalle, la intervención psicoanalítica ha ejercido una influencia favorable sobre su desarrollo psíquico, sin dejar marcas visibles en su recuerdo. Pude convencerme de ello cuando reencontré a Juanito a sus diecinueve años, catorce años más tarde.

Pregunta: ¿Cómo se evita lo arbitrario en la interpretación de recuerdos, asociaciones de ideas, sueños, y de manera general, en todo el tratamiento psicoanalítico?

Sigmund Freud: Las variantes de las formas de manifestación que puede tomar un impulso reprimido en figuras libidinales son infinitas, y las sublimaciones de este impulso engloban, por así decir, la totalidad de las aspiraciones humanas. Se trata para nosotros, como en el caso del sueño, menos de una explicación de una dogmática casuística que de tratar síntomas. El método psicoanalítico es esencialmente dinámico; tenemos en cuenta la gran fineza, de las metamorfosis ininterrumpidas de la libido. De allí resulta el problema candente que yo llamo "transferencia". Una represión de los impulsos cuyo origen el análisis todavía no pudo aclarar. Se trata de efectos siempre prontos a adaptarse, a transformarse según las circunstancias y, en el caso del tratamiento psicoanalítico, a transferirse sobre el médico. La complejidad y la variabilidad de estos factores imponen al médico la necesidad de un control extremadamente estricto de sus investigaciones, en las que lo arbitrario se toma en cuenta.

Pregunta: ¿En qué medida contribuye la crisis mundial al desarrollo de las neurosis, a esta "angustia sexual" frecuentemente evocada?

Sigmund Freud: No soy el autor de esa expresión, que se ha transformado en un slogan que generalmente se atribuye al psicoanálisis. En mi opinión, la "angustia sexual" se atenuó en nuestro continente gracias a la mayor libertad de hábitos desde la guerra. Pero si por un lado hay menos neurosis suscitadas por la represión de los instintos, se constata por otro un recrudecimiento de las neurosis de todo tipo, causadas por la licencia de los instintos. La aspiración de las masas decepcionadas y desanimadas a lo desconocido, a la "aventura" explica muy bien estas neurosis. El psicoanálisis aporta tanta claridad saludable corno la elucidación de ciertas leyes económicas. Vuelve capaces a los hombres que sufren de una mayor resistencia al develarles las causas objetivas de su situación, conteniendo de este modo el miedo torturante de un golpe de suerte o de una "mala suerte" personal.

NOTAS
1-
Eckart Früh, especialista erudito de la cultura y literatura vienesas, reencontró hojeando el diario Neue Freie Presse una entrevista a S. Freud, publicada el 14 de agosto de 1933, de la cual aparentemente se había perdido el rastro.El interés de este documento es aún mayor ya que, como se sabe, Freud no acordó muchas entrevistas a lo largo de su vida. Se conoce por ejemplo la larga conversación con George Silvester Viereck, del verano de 1926,que trata del sentido y del valor de la vida. Se recuerda también la extravagante Entrevista al Prof. Freud en Viena, por André Breton, testimonio de una decepción y de un malentendido.La Neue Freie Presse, recuerda Eckart Früh, había hablado frecuentemente de Freud y del psicoanálisis en términos elogiosos, desde el artículo de Alfred von Berger, Cirugía del alma (Seelenchirurgie), del 2 de diciembre de 1895. Durante los años 20 Stefan Zweig y Alfred von Winterstein publicaron regularmente ecos respetuosos de las actividades del movimiento psicoanalítico y de las publicaciones de Freud. Muchos extractos de los textos de Freud fueron incluso retornados por la Neue Freie Presse: Publicado según versión aparecida en La Revue de Histoire de la Psycoanalyse La traducción más acertada de la expresión "détresse sexuelle" es "angustia sexual", con la aclaración de que se trata de una angustia leve, incierta, cuyas causas están en relación a valores de tipo moral. Sexuelle Not. Se puede ver en esta pregunta del colaborador de la Neue Freie Presse una alusión al libro de Fritz Wittels, Die sexuelle Not, Viena-Leipzig, C. W. Stern, 1909.