
Con el estudio del cinismo antiguo, esta manifestación pública de la verdad ya no se inscribe simplemente en una toma de la palabra arriesgada, sino que se da a ver en el espesor mismo de una existencia dramatizada por la exigencia de la verdad.
Volviendo a la escuela cínica de los Antiguos, Foucault quiere pensar la puesta en escena escandalosa de la verdad en una vida desplazada, otra, provocadora. ¿Qué es la verdadera vida? ¿Y por qué una vida verdadera no puede realizarse más que como una otra vida?
Por esta vía, Foucault propone por primera vez, una genealogía del artista maldito, del revolucionario militante, y del héroe filosófico.
Tomado de la página de la Ed. du Seuil, traducción de PP.