sábado, 7 de abril de 2012

Jacques-Alain Miller y otros. "Los embrollos del cuerpo" (Paidós, 2012)



Calificamos a los fenómenos del cuerpo como sinthomes cuando se instalan permanentemente, ordenando la vida del sujeto. Que los fenómenos permanentes puedan jugar el papel de sinthomes, insta a ver una forma de sinthome en el mismo Nombre del Padre. El razonamiento de Lacan es que si el Nombre del Padre puede ser reemplazado por un tal “fenómeno del cuerpo”, por un sinthome, entonces no vale más uno que el otro. Lo que interesa en este texto es una búsqueda muy puntual: ¿cuál es la articulación significante que produce el fenómeno del cuerpo? Ustedes buscan el tiempo anterior al cual se inscribe el fenómeno aberrante. A veces encuentran un enunciado del sujeto, a veces un enunciado de su interlocutor, pero siempre buscan eso. Más allá de los casos que traen la cuestión es también saber si se puede extraer una enseñanza.
Encuentro en las psicosis lo siguiente. ¿Qué sucede con la alienación/separación psicótica? En el lugar de la alienación está la forclusión. En el lugar de la separación son los fenómenos del cuerpo, es decir la pulsión no domesticada, la pulsión que no se articula fácilmente con el objeto a. En El seminario 11 la pulsión se describe como una trayectoria alrededor de un vacío, una falta simbólica, […] En lo que denominamos fenómenos psicóticos del cuerpo, la pulsión emerge en lo real, le corta las piernas, le rompe la cabeza, les atraviesa el cuerpo. Dicho de otro modo, propongo reconocer en los fenómenos del cuerpo la pulsión que pasó a lo real.