miércoles, 12 de septiembre de 2007

NOTICIA: "Santa Ana, templo de la psiquiatría, se abre al público"

PARIS (AFP) — Allí se han descubierto los neurolépticos y practicado la primera intervención del mundo “a cráneo cerrado”: reconocido como un templo mundial de la psiquiatría y de las neurociencias, el Centro Hospitalario Santa Ana presenta su patrimonio edilicio y humano, el sábado y domingo en la tarde.
Las Jornadas del Patrimonio permitirán dejar caer la falsa idea recibida según la cual el antiguo “Asilo de alienados” parisino, rebautizado “Hospital Psiquiátrico” en 1940 y luego “Centro Hospitalario”, es un sitio de reclusión.
Si una parte de los muros de seguridad del edificio terminado por el arquitecto Charles-Auguste Questel en 1867 aún está en pie, es a título de monumento histórico protegido. Cuatro entradas autorizan el acceso a todo el mundo.
Mientras que algunas unidades protegen a una población frágil, el personal del hospital permitirá visitar ese gran cuadrilátero de trece hectáreas, donde alternan pabellones del Segundo Imperio unidos por galerías y siete hectáreas de espacios verdes con raras especies.
El pequeño museo de la psiquiatría y de las neurociencias –donde los trépanos aparecen junto a cinturones de contención de otras épocas, o escenas de la vida cotidiana pintadas por los enfermos mentales–, abrirá excepcionalmente las dos tardes.
Se puede ver allí el “atlas estereotáxico” del Dr. Jean Talairach, inventor de la visualización en tres dimensiones del espacio cerebral, que debía permitir en 1948 la primera intervención mundial “ a cráneo cerrado”.
Fallecido en primavera, el neurocirujano es el protagonista de un film de 90 mm. realizado por Philippe Auliac: “Historia de la estereotáxica y Santa Ana bajo la Ocupación”, que será proyectado en continuado en el anfiteatro Raymond Garcin.
Compuesto por breves filmaciones de archivo, la vida de los enfermos antes del descubrimiento en 1952 por Jean Delay y Pierre Deniker del primer neuroléptico (Largactil) destinado a calmar a los pacientes agitados, aparece allí con una veracidad desgarradora.
Allí, un auxiliar de clínica pellizca la nariz de un paciente para obligarlo a tomar su sopa, aquí los enfermos mentales son sumergidos en bañeras de agua caliente vaporosa, donde sólo la cabeza sobresale de una tapa cuidadosamente sellada.
Estos pobre humanos que sufren “edemas de carencia”, desaparecen por centenares bajo la Ocupación. Las magras raciones alimentarias asignadas a los enfermos “normales” eran juzgadas como demasiado abundantes para las bocas “inútiles”.
Si bien los alemanes convirtieron a Santa Ana en un hospital militar, jamás descubrieron la red de médicos de la resistencia instalados en las profundidades laberínticas de las catacumbas, a unos treinta metros bajo tierra.
Más recientemente ocupadas por okupas “inadaptados” y “góticos”, las catacumbas de muros llenos de graffitis de Santa Ana están desde ahora cerradas al público.
La gran biblioteca del pabellón de La Horloge –una de las más importantes del mundo en el dominio de la psiquiatría– será objeto de visitas guiadas y el museo Singer Polignac, inagurará su nueva exposición titulada “El color de las palabras, la escritura de la pintura”.
Obras contemporáneas, elegidas por el Centro de Estudio de la Expresion que dirige el Dr. Anne-Marie Dubouis, psiquiatra y curador, figurarán allí con una selección proveniente de los fondos de las setenta mil obras de arte de Santa Ana.
En las alas bordeadas por árboles centenarios, se evocará a las grandes figuras que han frecuentado esos lugares, como el psicoanalista Jacques Lacan, pero también los descubrimientos actuales en neurociencias que constituirán el patrimonio del futuro.


(Centre Hospitalier Sainte-Anne, 1, rue Cabanis, Paris 14e. Métro Glacière. tél.: 01 45 65 84 03, site: http://www.ch-sainte-anne.fr/)


Traducción de PP.