La Historia de Medio Pollo
Un día que Medio Pollo escarbaba en el estiércol, encontró una bolsa llena de oro. Y entonces se puso a cantar:
- ¡Quiquiriquí! ¡La bolsa y los escudos! ¡Quiquiriquí! ¡La bolsa y los escudos!
Un trapero que pasaba por allí lo escuchó y cogió la bolsa.
Medio Pollo no quería quedarse así. Y gritó:
- ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos! ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos!
Y el pollo siguió al buen hombre que se iba. De camino, de repente, vió un enjambre de abejas. Las abejas le dijeron lo siguiente:
- ¿Adónde vas Medio Pollito?
- Venid conmigo y lo sabréis.
- ¡Pero es que no podemos seguirte!
- Meteros en mi trasero y os llevaré.
Hete aquí a las abejas en el trasero del pollito y hete aquí que ya se van. Un poco más lejos, vieron a un perro.
- ¿Adónde vas Medio Pollito?
- Ven conmigo y lo sabrás.
- ¡Pero es que no podría seguirte!
- Métete en mi trasero y te llevaré.
Hete aquí que se van un poco más lejos. ¿Y qué es lo que vieron? Un zorro.
- ¿Adónde vas Medio Pollito?
- Ven conmigo y lo sabrás.
- ¡Pero es que no podría seguirte!
- Métete en mi trasero y te llevaré.
Hete aquí que se van de nuevo. Un poco más lejos, vieron a un lobo.
- ¿Adónde vas Medio Pollito?
- Ven conmigo y lo sabrás.
- ¡Pero es que no podría seguirte!
- Métete en mi trasero y te llevaré.
En un momento dado, atravesaron un río. El río dijo:
- ¿Adónde vas Medio Pollito?
- Ven conmigo y lo sabrás.
- ¡Pero es que no podría seguirte!
- Métete en mi trasero y te llevaré.
El río se puso también en el trasero de Medio Pollo y llegaron a la casa del hombre.
- ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos! ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos!
El hombre se lo explicó todo a su mujer. La mujer dijo:
- Esta noche lo pondremos a dormir con las gallinas. El gallo grande sabrá cómo ponerlo en vereda. Y así lo hicieron.
A mitad de la noche, el gallo grande empezó a meterse con el pollito. Medio Pollo, viéndose perdido, dijo:
- ¡Zorro, zorro, sal de mi trasero o estoy perdido!
El zorro salió y ¡zas! trató como convenía a todas las gallinas.
Al día siguiente, el hombre y la mujer escucharon al pollito en su estercolero que decía:
- ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos! ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos!
-¡Esto no puede ser! - dijeron - esta noche lo pondremos con el mulo. Seguro que lo aplastará con sus patas.
Y así lo hicieron. Y el mulo daba vueltas y más vueltas y pataleaba. El pollito viéndose perdido una vez más dijo:
- ¡Perro, perro, sal de mi trasero o estoy perdido!
El perro salió y se puso a ladrar. Y el mulo rompió su cuerda y se marchó corriendo.
Al día siguiente, el pollito estaba de nuevo en su estercolero y decía:
- ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos! ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos!
- ¿Pero qué es lo que tenemos que hacer? ¡Maldito pollo! Vamos a ponerlo esta noche con los corderos. ¡Seguro que el carnero lo va a espachurrar!
Y así lo hicieron. Y a mitad de la noche, el carnero empezó a empujarlo.
- ¡Lobo, lobo, sal de mi trasero o estoy perdido!
El lobo salió del trasero del pollito y se comió a todos los corderos.
Al día siguiente, el pollito en su estercolero decía:
-¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos! ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos!
- Bueno. Esta noche lo pondremos entre nosotros dos y lo ahogaremos.
Y así lo hicieron. Cuando acostaron al pollito entre ellos dos, empezaron a apretarse para ahogarlo.
- ¡Abejas, abejas, salid de mi trasero o estoy perdido!
Las abejas salieron y empezaron a picar a aquellos pobres viejos que no siguieron mucho rato en la cama.
Al día siguiente, el pollito, otra vez en el estercolero, decía:
-¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos! ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos!
- ¡Que el diablo se lleve al infierno a este pollo! - dijo el hombre - Mira, precisamente el horno está caliente para la hornada de pan. Esta noche lo pondremos a dormir allí.
Y así lo hicieron. Cuando se vio allí dentro, Medio Pollo dijo:
- ¡Río, río, sal de mi trasero o estoy perdido!
El río salió, y regó el fuego y lo apagó.
Entonces dijo el pollito en su estercolero:
- ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos! ¡Quiquiriquí! ¡Devuélveme mi bolsa y mis escudos!
Los viejos dijeron entonces:
- ¡Pues ya está bien, dejémosle marchar entonces!
Tiraron la bolsa por la ventana y dejaron marchar a Medio Pollo que se fue y se fue por los campos. Y ya no lo vieron nunca más de los jamases en la casa.
Yo pasé por el molino,
Me bebí un vaso de vino,
Me subí a la cola de un ratón,
Que era muy chillón,
¡Y colorín colorado,
Este cuento se ha acabado!