El libro interroga qué conduce a Jacques Lacan, conocido por su fórmula del “inconsciente estructurado como un lenguaje” y por lo tanto simbólico, a proponer finalmente la noción del “inconsciente real”, de la que deduce consecuencias para la práctica del psicoanálisis y la clínica que construye. El libro interroga la trayectoria de la enseñanza de Lacan que lo lleva de una noción a otra. Lacan despeja lo que la funda: las cuestiones analíticas dejadas en espera a cada paso, concretamente en torno de ese objeto mayor del análisis que es el síntoma. También despliega las modificaciones implicadas “en cascada” por la consideración de lo que no es simbólico, las que tocan el conjunto de la teoría y de la práctica del psicoanálisis: revisión del concepto de sujeto del inconsciente, de las formaciones llamadas del inconsciente (sueños, lapsus, actos fallidos, etc.), de la función de la transferencia, de la clínica del síntoma, del goce y de los afectos, de la función del Padre, del objeto de una cura analítica orientada hacia lo real, de su tempo, de su fin, sin olvidar... las cuestiones de la institución analítica.