(Pasé varios años en Madagascar, viviendo desde el primer día con una familia malgache, con la que me dedicaba a compartir los trabajos y, más que los trabajos, las preocupaciones y los pensamientos. Ello no fue sin torpezas.
Si las dificultades, que me presentaron en particular los proverbios, son propias de la lengua malgache, o comunes a todas las lenguas, no lo investigaré aquí. No quiero más que describir, con el mayor cuidado posible, mi experiencia, y los descubrimientos ― o bien las astucias ― que me hicieron superar esas dificultades.)
Si las dificultades, que me presentaron en particular los proverbios, son propias de la lengua malgache, o comunes a todas las lenguas, no lo investigaré aquí. No quiero más que describir, con el mayor cuidado posible, mi experiencia, y los descubrimientos ― o bien las astucias ― que me hicieron superar esas dificultades.)
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