¿Qué estatuto dar a los dibujos, a las fórmulas, a los grafos, a las superficies y a los nudos que se encuentran en toda la obra de Lacan? Ciertas "escrituras" lacanianas parecen haber envejecido o más precisamente, pasado de moda, como si se hubieran vuelto anticuadas por estar demasiado adheridas a la época de su producción. Son formalizaciones que, por otra parte, suelen aparecérsenos como algo precarias.Sin embargo, antes de salir a defenderlas remitiéndolas urgentemente a lo Universal, antes de gritar ¡herejía! desde el dogma conceptual, hay que poder decir qué son estas escrituras cuyo valor viene siendo cuestionado. Por eso se impone, como tarea primera, llevar adelante un estudio localizado de sus ocurrencias y de las circunstancias en que aparecieron, situando los registros de problematización a los que responden los periodos de formalización de Lacan. Sólo después se podrá decir si debemos mantenerlas o no.Es por tanto que el autor nos propone, a título -como suele decirse- de requisito epistemológico, que lo sigamos por esos senderos de lectura, recuperando para la memoria cada texto, trazando el devenir "biográfico" de las "escrituras" lacanianas. Atenerse a tales requisitos le supuso practicar la declinación de sus paradigmas, detenerse en las versiones de composición y descomposición, en los límites y bordes de los empleos, llevar adelante un método serio -en el sentido de que toca lo serial-, una práctica que hace oír las variaciones de estos matemas, si es que así podemos llamarlos.