Hoy la retórica tiene el mismo rango que la sociología o las ciencias de la comunicación y la información. Chaïm Perelman es, en parte, responsable de esta actualidad. Su Tratado de la argumentación se vincula con los intereses renacentistas y, a través de ellos, con los de los autores clásicos que estudiaron el arte de convencer y las técnicas de la discusión. Sin embargo, va más allá de la retórica tradicional y, con la colaboración de Lucie Olbrechts-Tyteca, rastrea textos impresos (de publicistas, políticos, abogados, jueces, filósofos), estudiando los medios discursivos que sirven para obtener la adhesión. Para Perelman, la teoría de la argumentación (construida a partir del análisis de los medios de prueba que emplean las ciencias humanas, el derecho y la filosofía) complementa la teoría de la demostración de la lógica formal moderna. Su apasionante campo de trabajo es el de la técnica que utiliza el lenguaje para persuadir y convencer.