Comienzan a aparecer nuevas versiones de las obras de Freud, a partir de la entrada de su obra en el dominio público, ocurrida el 1º de enero de este año.
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En 1891 Freud publicó su primera obra acerca de la naturaleza de los problemas asociados a la palabra, a los que se nombraban con el término general de “afasias”. Así participó del intenso debate que en aquellos días se llevaba adelante (cerca de 2300 publicaciones sobre la cuestión en veinte años). Sus cualidades de lector crítico –las que se reencuentran en el primer capítulo de La Interpretación de los Sueños escrito nueve años más tarde– resultan allí patentes, puesto que estudia en sus detalles las contradicciones de las concepciones dominantes, no para imponer una nueva, sino para descomponer la problemática presente en esa complejidad teórico-clínica.
Este texto ha sido considerado desde hace tiempo como una de las obras llamadas “pre-psicoanalíticas” de Freud. Esta verdad cronológica (clásicamente, se fecha el nacimiento del psicoanálisis con una famosa carta a Fliess de 1897) es de cierta forma engañosa en la medida en que Freud construye aquí una teoría del “aparato del lenguaje” que se reencontrará, a grandes rasgos, en todos los momentos claves de sus ulteriores elaboraciones. Leer esta obra es abrirse a ciertos elementos decisivos del saber freudiano tomados aquí in statu nascendi; dándose además la posibilidad de apreciar el rigor del razonamiento que Freud sabe aplicar a los indispensables datos clínicos que recorre incansablemente sin darse jamás por satisfecho.
No reeditado durante un siglo, este texto ha sido objeto de una edición crítica (en alemán) en su centenario, en 1992. Para tal ocasión, Paul Vogel (y luego de su fallecimiento, Ingeborg Meyer-Palmedo) emprendió el rastreo de las numerosas citas utilizadas por Freud tanto en alemán como en inglés o francés, cuidando de ofrecer algunos esclarecimientos sobre los pasajes que, con el tiempo, se convirtieron en demasiado alusivos. Así es que la obra cuenta con “notas del editor” que se agregan a las notas de Freud.
Una primera traducción francesa del texto de 1891 había sido publicada en 1983 por la PUF, a cargo de Claude Van Reeth, con prefacio de Roland Khun. La nueva traducción propuesta por las ediciones Épel estuvo a cargo de Fernand Cambon y está basada en la edición crítica de 1992, y le agrega al aparato crítico el destacable estudio de Wolfang Leuschner, aquí en Postfacio, que arroja una viva luz sobre los aspectos más técnicos de la obra.