Diagnosticar a un niño pequeño con autismo implica, para sus padres, el ingreso violento a un mundo que los llena de angustia. Un mundo que pivota sobre el presupuesto de que el niño ignora los sentimientos de sus padres, que no comprende la manera en que interactúan con él y que sufre de una afección incurable. Alejándose de estos preconceptos, Liliana Kaufmann desarrolla en este libro un enfoque centrado en la correspondencia entre el repliegue inicial del niño autista y la dolorosa soledad vivenciada por los padres, ante un hijo que no los demanda. A partir de una serie de casos, la autora analiza con detenimiento la forma en que hoy suele diagnosticarse el autismo, y los efectos que esto produce en la constitución de la subjetividad del niño y en la experiencia de la parentalidad en los progenitores. Asimismo, propone una modalidad diferente del abordaje de lo vincular en el tratamiento de niños afectados por este trastorno. Es por esta razón que el lector encontrará “en estas páginas formulaciones teórico-clínicas que rompen con el estereotipo del niño autista y el de sus padres que las diferentes teorías fueron proponiendo a lo largo del tiempo. De hecho, la intención es que los cuestionamientos sobre este tema puedan continuar a partir de las hipótesis aquí formuladas e iniciar el camino de una práctica clínica innovadora”.