CLAUDE LEFORT
miércoles, 13 de octubre de 2010
MAURICE MERLEAU-PONTY. "Lo visible y lo invisible" (Nueva Visión, 2010)
De la gran obra con la que sonaba Merleau-Ponty sólo quedan ciento cincuenta páginas manuscritas. ¿Cuál es su función? Introducir. Se trata de dirigir al lector hacia un campo que sus hábitos de pensamiento no le hacen inmediatamente accesible. Se trata especialmente de persuadirlo de que los conceptos fundamentales de la filosofía moderna -por ejemplo, las distinciones entre sujeto y objeto, entre esencia y hecho, entre el ser y la nada, las nociones de conciencia, de imagen, de cosa- que se utilizan constantemente implican ya una interpretación singular del mundo y no pueden aspirar a una dignidad especial cuando nuestro propósito es justamente ponernos frente a nuestra experiencia para buscar en ella el nacimiento del sentido. ¿Por qué devino necesario un nuevo comienzo? ¿Por qué ya no podemos pensar en el marco de los antiguos sistemas, ni siquiera construir en el suelo donde los vemos introducir sus raíces, por diferentes que sean en su orientación? Es lo que el autor se esfuerza en decir en primer lugar. Consideraciones preliminares, creemos entonces. Y sin embargo, es tal la naturaleza de la obra que la iniciación es aquí decisiva, y la verdad del derrotero, anticipada en el primer paso.