Engendrado en la oscuridad de la noche en el mismo instante de la muerte de su madre, bajo la tutela de Quirón ―el centauro que sufre una herida perpetua y aprende a curar a partir de su conocimiento de ésta―, Asclepio encarna la forma de existencia de los dioses griegos: herir y ser herido, curar y ser curado. El misterio de este dios sanador revela, pues, el surgimiento de la vida a partir de la muerte, de la luz a partir de la oscuridad.
En la frontera entre la vida y la muerte, el paso de la enfermedad a la curación requiere no sólo el auxilio médico, sino también la manifestación de un dios. La curación es un encuentro con lo divino. En el acercamiento de Kerényi a los lugares de culto y a la mitología de Asclepio resuena constantemente la legendaria sentencia del oráculo de Apolo, «Quien hiere también cura», que define la esencia del médico divino.
En esta primera de cuatro entregas agrupadas bajo el título Imágenes primigenias de la religión griega, el maestro Karl Kerényi, a partir de un sólido método mezcla de filología, arqueología, iconografía e historia de las religiones, descubre capa por capa a este enigmático dios, en un «intento de avanzar hacia los “estratos prehistóricos” de la profesión médica».