Entonces se constituye un todo marcado por impurezas que no le quitan –más bien, al contrario– su valor de unidad para la subjetividad que allí se pone en juego. Al decir esto estamos al ras de la clínica psicoanalítica: es la experiencia de cualquiera que enuncia su padecer suponiéndose amo de lo que dice, constituyendo con ello algo que se asemeja a un todo en la seguridad de un sentido que abarca cuanto le ocurre.
No es una extravagancia de Lacan decir que se piensa con los pies. Si se toma el sentido preciso de esa fórmula de L’étourdit, fácil de repetir, se advertirá que no se trata allí de ninguna literalidad, sino de que “lo que piensa” en nuestra época no puede sostenerse ya en los otrora firmes pies de Euclides y de Kant.
Este libro se propone brindar algunas claves que permitan llevar adelante la difícil tarea de leer a Lacan. Es él quien decía que cuando uno ha desaparecido desde hace suficiente tiempo, se reduce a tres líneas en los manuales, sin dejar de preguntarse en qué manuales sería incluido. Se podrá apreciar que no ha pasado aún ese tiempo y que, antes que reducirse a tres líneas, lo que nos hace pensar no cesa de escribirse y torna necesario, aún, el porvenir del psicoanálisis.