En la tradición que incluye a Emmanuel Lévinas y Paul Ricoeur, Jean-Louis Chrétien parte de la premisa de que no hay ningún acto humano, incluso el más alegre y el más fortalecedor, que no surja en el horizonte del cansancio. Del cansancio, pues, formula un pensamiento sobre la lasitud, el desgano, el hastío y el agotamiento como modos de estar en el mundo. Atravesando la filosofía y la literatura –Nietzsche y Pessoa, Simone Weil y Mallarmé– Chrétien investiga el fenómeno del cansancio en tres figuras fundamentales: el cansancio griego, el cansancio bíblico de la tradición judeo-cristiana, y el cansancio nihilista. Entrelazados unos a otros, esos aspectos del cansancio harán surgir las más inusitadas preguntas sobre nuestra relación con el cuerpo, con el tiempo, con la muerte, pero también, con lo divino e incansable.