“No hay aquí ningún libro”, decía en 1869 un crítico de La educación sentimental. Las ficciones emblemáticas de la modernidad literaria destruyen lo que constituía desde Aristóteles el principio mismo de la ficción: el encadenamiento de las acciones según la necesidad o verosimilitud. Pero esa misma racionalidad causal que se oponía a la simple sucesión de las cosas era la que expresaba la excelencia de la forma de vida de una categoría privilegiada de humanos. Al recusar esta estructura de racionalidad, la ficción nueva daba testimonio de un cambio radical que echaba por tierra la jerarquía de las formas de vida. Y recusaba asimismo un modelo de la acción y una imagen del pensamiento. A través de Flaubert, Conrad, Virginia Woolf, Keats, Baudelaire y Büchner, este libro estudia las formas y paradojas de esta revolución de la escritura que es también una revolución en el pensamiento y cuestiona ciertas interpretaciones de la modernidad literaria, como la reificación lukacsiana, el efecto de realidad de Barthes o el análisis de Benjamin del “poeta lírico en la era del auge del capitalismo”.