¿Hay algo más profundo que la piel? frontera entre lo material y lo espiritual? ¿O pensar de manera táctil? sin ver? Si acaso la filosofía occidental es en gran medida una mo dalidad de la visión; si teorizar significa ver con el intelecto y el tacto es un sentido alejado de la gnoseología y apartado de la tarea del pensar, estos lúcidos ensayos intentan demostrar que, en realidad, el tacto nunca fue olvidado. Desde el materialismo sensualista de Lucrecio hasta la fenomenología de la carne de Michel Henry, Maurette arriesga lecturas de Homero, Melville y Kafka, atraviesa la ciencia y la poesía del Renacimiento, el libertinismo erudito del siglo XVII, e incluso esboza una teoría del beso y una historia literaria de la piel sorprendentes. Rea cio a esquematizaciones, huidizo, versátil, el tacto –el sentido del cuerpo– es nuestra primera puerta de acceso al mundo.
Podés leer un fragmento del libro que a modo de anticipo publicó el diario La Nación, haciendo clic aquí