A partir de un formidable trabajo de archivo y riquísimas entrevistas, Mariana Canavese reconstruye las primeras lecturas, cuando Foucault no era todavía Foucault y su primer libro, Enfermedad mental y personalidad, encontró un lugar en la confluencia de psicoanálisis y marxismo. También muestra cómo, en el clima de radicalización política de los años sesenta, Las palabras y las cosas generó reservas por su impronta estructuralista pero se volvió referencia obligada para quienes buscaban la modernización de las ciencias sociales. Poco después, el contexto de lectura de Vigilar y castigar estaría marcado por el terrorismo de Estado y los dispositivos de represión y control social: Foucault se convirtió entonces en el historiador del castigo y el encierro, de la subjetividad y el poder. En los primeros años ochenta, ya como intelectual consagrado y ampliamente difundido, permitió pensar la crisis de la izquierda argentina y la transición a la democracia.
Pero aún hay otro Foucault: uno del destape –a veces libertario, otras posmoderno– a partir de la primavera democrática, cuando el eje se desplazó hacia la ética, los movimientos sociales y el pluralismo.
Mariana Canavese recupera así la vitalidad del pensamiento foucaultiano, pero sobre todo la vitalidad del campo intelectual argentino que supo hibridar, democratizar y difundir ese pensamiento para intervenir en las disputas locales.