martes, 29 de noviembre de 2016

NOVEDAD. Éric Laurent. "El reverso de la biopolítica" (Grama, Bs.As., 2016)


La biopolítica somete los cuerpos a golpe de imágenes y de eslóganes. Pero el cuerpo siempre escapa a las identificaciones listas para su uso. El goce lo desborda, lo sorprende, lo "traumatiza". El psicoanálisis acoge a este cuerpo en tanto que habla de este trauma. La última enseñanza de Lacan, tal como la esclarece Jacques-Alaim Miller, aborda el goce a la contra de los espejismos del hedonismo. En la experiencia de un análisis, se parte del síntoma que hace sufrir. Se tiende a reducirlo mediante su sentido, su historia, su lógica. Entonces puede escribirse de otro modo, producir efectos de creación, artísticas o no. Así, Lacan lee a Joyce, con él concibe una lengua apta para alojar el goce y muestra su lógica.

Una vez situados los callejones sin salida del conformismo y su sombra de segregación, lo que queda es soportar el cuerpo que se tiene y hacer valer este tener primero que supera al ser, sus sortilegios y los últimos prestigios del padre.