"El analista no se autoriza más que por él mismo", tal fue el veredicto de Lacan sobre la muy delicada cuestión de la autorización. ¡Incomprensión y escándalo garantizados! sin embargo, en esta distancia gramatical discreta, entre "analista" y "él mismo" [él mismo" que algunos confunden en nuestro medio con "si mismo"]subyace tal vez la fuente inagotable de la transferencia, puesta así en relación, por la sola virtud de esta noción de "autorización", con la determinación central de la persona ficticia en los textos de Hobbes. De ahi la idea de hacer una investigación sobre la tercera persona.
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