Con la introducción del término "dispositivo", Foucault buscó modificar las categorías con las que la tradición ilustrada había analizado el poder político. De este modo, postuló una nueva teoría del poder y provocó un desplazamiento de su objetivo, desde la capacidad de dar muerte hacia la gestión y el control sobre la vida. Las derivas posteriores del pensamiento biopolítico, con los italianos Giorgio Agamben y Roberto Esposito como sus principales representantes, tendieron a destacar el carácter constrictivo de los dispositivos, dejando de lado las posibilidades intrínsecas de resistencia que ya el mismo Foucault había planteado en su obra tardía.
Luciana Cadahia retoma este aspecto de la teoría foucaultiana no solo para mostrar el carácter abierto y reversible de los dispositivos, sino también para adentrarse en una dimensión muy poco explorada por los herederos de Foucault, a saber: el papel de la sensibilidad en la configuración de los dispositivos. Así, desplaza los debates contemporáneos en torno a este concepto e indaga el vínculo entre Foucault y los filósofos de la Modernidad, Hegel y Schiller en especial, con el objeto de resituar sus trabajos en el terreno de la filosofía, encontrar conexiones entre los problemas que plantean y repensar la relación de la filosofía consigo misma.
Mediaciones de lo sensible se propone recuperar el compromiso de la filosofía con el presente, "puesto que esta no debería limitarse a denunciar cuáles son las categorías políticas de pensamiento que dominan nuestras formas de existencia y los sistemas filosóficos de la Modernidad que las impulsaron, sino ver en qué medida las formas actuales de existencia posibilitan una reapropiación y desvíos de la tradición filosófica de la Modernidad".