Bajo el nombre de estadio del eco, Erik Porge designa un momento estructural que se sitúa en los confines del grito y del llamado de la palabra y que, siendo anterior al estadio del espejo, no deja de participar en él. Trazando una perspectiva novedosa, el autor revisita ciertos fenómenos clínicos tales como la ecolalia en el autismo, aborda algunas cuestiones de estructura como la del Superyó o la alucinación verbal y posiciona la función del silencio del analista. Escuchar, escucharse, hacerse escuchar; oír, oírse, hacerse oír; gritar, llamar al Otro, quedarse mudo ante un examen, ese instante en que la voz del Superyó se sonoriza y arrasa al sujeto: todos estos fenómenos son revisitados en este libro, mostrando hasta qué punto la invención del estadio del Eco permite avanzar en una clínica cada vez más compleja. Entre las cuatro pulsiones -oral, anal, escópica, invocante-, esta última tiene el privilegio de ser la más próxima a la experiencia del inconsciente. Cuenta asimismo con la especificidad de concernir a dos orificios del cuerpo: la boca y la oreja. Basta con escuchar una grabación de nuestra propia voz para que de inmediato surja ese otro que no es asimilable. De un modo u otro, cada persona ha vivido la experiencia de desconocer algo de la propia voz: el estadio del eco da cuenta de ese instante.