Estimados lectores: hoy se cumple un año de existencia del blog. Y quiero celebrarlo junto a ustedes sin estridencias, pero sin dejar pasar la ocasión para reflexionar acerca de ciertos temas que, aunque indirectamente, nos conciernen.
Desde que hice mi primer posteo -el 24 de julio del 2007- hasta el 27 de mayo de este año, no sabía cuánta gente visitaba el blog. En un texto anterior, había escrito que durante todo ese tiempo preferí ignorar al "contador de visitas" (en realidad, mucho más que ignorarlo: nunca lo incluí). Mucho más tarde decidí que valía la pena hacer un diagnóstico de la situación del blog, y descubrí con gran asombro que el blog era visitado. Yo que recorro muchos otros blogs, veo que a menudo se mendigan "comentarios". Parece que estos escasean y yo, durante todo el tiempo que tuve habilitada la posibilidad de hacerlos recibí muy pocos: dos de gente amiga y un insulto. A mis amigos les agradecí personalmente su gentileza. A quien me insultó... ¿qué puedo decirle? Yo, que además de andar un rato por la universidad pasé mucho tiempo en la calle, conozco bien a los cobardes que insultan por detrás. No merecen que les dedique más espacio.
El blog recibió la invalorable ayuda y la retroalimentación de mi columna en la revista Imago-Agenda que publica aquí, en Buenos Aires, la editorial Letra Viva. Debo entonces un agradecimiento a Leandro Salgado y a Alberto Santiere, por ese espacio y por permitirme escribir de lo que me interesa sin interferencias ni "sugerencias".
El blog surgió como un mensaje en una botella (perdón por el lugar común de la imagen que utilizo, pero hoy esa imagen me retorna especialmente). Cuando a principios de mes estuve en San Pablo, en la Cita Internacional de los Foros del Campo Lacaniano descubrí que también me leían en otras ciudades del mundo (apenas volví, incluí el contador de banderitas tan simpático que me permite saber un poco mejor desde dónde me leen). Algunas personas me conocían virtualmente pero no en persona, y fue muy gratificante que calificaran al blog como una iniciativa valiosa de la podían nutrirse. Eso renovó mi entusiasmo.
El trabajo del psicoanalista es solitario. Mis compañeros del Foro Analítico del Río de la Plata me lo hacen un poco más llevadero, y por eso les agradezco. También la gente de la editorial Letra Viva me acompaña. Otro agradecimiento a los autores que confían en mi criterio de editor es indispensable. He tenido en este año el gusto de trabajar con textos de Colette Soler, de Gabriel Lombardi, de Osmar Barberis, Alejandra Porras, Hélène L'Heuillet, Marc Darmon, Zulma López Arranz, Norma Bruner y muchos otros de quienes he aprendido notablemente.
Pero el agradecimiento mayor es para todas las personas que no conozco y que recorren este blog sin conocerme en persona.
Hemos compartido un año de trabajo y ojalá que podamos continuar el intercambio.
Gracias a todos.
Hasta siempre.
PP.