El mundo griego, creador del primer racionalismo occidental fue profunda e imaginativamente consciente del poder, el misterio y el peligro de lo irracional.
Su concepción del espíritu aspiraba a explicar la totalidad de la existencia sin contemplar fisuras tajantes como las que se producirán más tarde en otras culturas, como la cristiana. Su equilibrio entre fantasía y entendimiento, entre creación plástica y capacidad de abstracción les libró tanto de un intelectualismo seco y estéril como de una degeneración de la fantasía en monstruosidad.
El libro del profesor Nestle no es ni una historia de la literatura ni una exposición sistemática de la filosofía griega. Sin embargo recoge con tanta precisión las diferentes manifestaciones de cada época, tanto en literatura y en la filosofía como en la ciencia, situándolas en su perspectiva apropiada, que puede suplir a una buena literatura, a una buena historia de la filosofía e incluso a una historia del pensamiento científico.