Es cierto que los diarios y las revistas cargan las tintas con “efectos especiales”, pero también que los científicos suelen ocuparse de temas muy sorprendentes: ¿puede alguien suicidarse con ocho disparos? ¿Existen ovejas que dan lana que no se encoge durante el lavado? ¿Una paloma es capaz de distinguir un Monet de un Picasso? ¿Las gallinas ponen más huevos si escuchan a Pink Floyd? ¿Qué hay más: estrellas en el cielo o granos de arena en la Tierra? ¿Cómo han evolucionado las medidas de las conejitas de Playboy ? ¿Los zurdos viven menos que los diestros?
Édouard Launet explora estas y otras preguntas, y abre la puerta para espiar la cocina de la ciencia, allí donde se fabrican interpretaciones del mundo muy poderosas. Así, demuestra que las ciencias exactas y naturales pueden ser también ridículas y divertidas sin dejar por eso de ser ciencia. ¡A reírse y a experimentar, entonces, que la ciencia con risa entra!