El señor de los retratos
por José Pelayo para "La voz del interior" (Córdoba)
Toty siente que hoy es un excelente momento para cerrar una etapa y comenzar una nueva, tanto en el terreno de la fotografía como en el de la literatura. El artista define a los modelos de este libro como “accidentes de la amistad”, porque no busca retratar personas sino personificar retratos: “No me interesa que la gente se reconozca en las fotos –dice–, todos los que aceptan pasar por mi lente saben de antemano que estarán al servicio de una iconografía espiritual, personal: lo que se puede ver en la serie es cierta constante en las miradas, cierta recurrencia a un dolor un poco mudo, cierto ahogo. Hay regiones del alma donde las palabras sobran”.
Este es el primer libro escrito e ilustrado por Cáceres. El desafío editorial también jugó un papel preponderante, en virtud de que se trata de imprimir fotografías con alta calidad, para lo cual el esfuerzo editorial fue determinante. Sobre el retoque digital, Cáceres opina: “El género de retratos es fascinante por su versatilidad y accesibilidad. Un rostro puede ser un paisaje, la cifra de un destino, el testimonio de la muerte que habita en la vida, el paso del tiempo, el dolor de existir y la ambición de eternidad. Nada de fotoperiodismo, nada de naturalismo, mi política óptica no es higienista, es intervencionista; lo mío es más bien retórica óptica, golpe de martillo, fotomanipulación, ese es el poder del retoque digital ¿La fotografía? La fotografía no sé, la fotografía es otra cosa…”.
SE IMPRIME
A Toty Cáceres lo ilusiona que su libro viaje (de ahí que esté en castellano y en inglés). “Me gustaría además que el esfuerzo y el retorno social se traduzcan un día en una causa –apunta el autor–, hace tiempo que tengo ganas de enfocarme a desarrollar una iconografía de la vejez y utilizar lo producido para colaborar, para concientizar. Por otra parte, este es el primer volumen de una colección que Ediciones Recovecos tituló Campos Visuales. También me gustaría que otros artistas visuales de Córdoba puedan compartir su obra, espero que mi libro abra un poco ese camino”.
Los ámbitos naturales de Víctor “Toty” Cáceres parecen ser la literatura, la música, el diseño gráfico, la fotografía, el psicoanálisis, la filosofía, el teatro, la locución, pero reniega de lo polifacético: “Sólo estoy algo desorientado –dice–. En realidad sigo buscando mi verdadera vocación. Creo que todos esos perfiles son parte de una misma exigencia: arreglármelas con la diaria, sobrevivir. Siempre me he sentido como perdido en la búsqueda, necesito expresarme, aquí es la fotomanipulación, la poesía, allá el consultorio, la publicidad, el teatro o la locución… todo parte de un mismo proyecto, y cada cosa cumple un papel en función del momento”.