Florencia Servera deja por un rato el laboratorio y el aula para conducirnos por otros laboratorios y otras aulas más amplios y desafiantes: los de la vida en contacto con la naturaleza. A través de montones de experimentos y actividades (que convertirán al lector en la envidia de sus amigos), nos enseña a construir una brújula o dominar la arquitectura del fogón perfecto, a filtrar agua y eliminar las bacterias perjudiciales, a orientarnos con el sol durante el día y con otras estrellas por la noche. Los instructivos valen para todos: para acampantes expertos y novatos, para los que prefieren quedarse en casa y hacer el asado en la terraza, para los curiosos que quieren aprender ciencia metiendo las manos en la masa.
Con la mochila a cuestas, la carpa bien armada, la bolsa de dormir esperándonos luego del fogón y la comida… a la ciencia, no hay campamento que se le resista. ¡Siempre listos!