Con el magnetismo propio de una poderosa novela, el recorrido de Calasso en El ardor habla, también, de nuestra cultura: de lo que significa el progresivo abandono de las formas del rito, de nuestra dificultad ya casi insuperable para establecer un intercambio con lo invisible, y las distorsiones que ello causa en la historia y la sensibilidad presentes; del rito como forma de comunicación entre lo visible y lo invisible y de todo lo que la mentalidad positivista nos ha ocultado, haciendo que confundamos nuestra incapacidad para percibirlo con su inexistencia. «La actitud sacrificial –escribe Calasso– implica que la naturaleza tenga un sentido, mientras que la actitud científica nos ofrece la pura descripción de la naturaleza, de por sí desprovista de sentido.» Por eso, «el Satapatha Brahmana es un antídoto poderoso para la existencia actual».
Calasso es una figura única en el panorama intelectual de hoy: sin arroparse en jergas académicas, y poniendo en relación saberes tan complejos como la historia de las culturas y las religiones, la antropología moderna y los grandes debates del pensamiento de todos los tiempos, es capaz de desplegar ante el lector la esencia de aquellos libros legendarios y mostrar el modo en que aún tienen mucho que decirnos. El ardor que da título a este libro es el que se enciende en la lectura, no sólo como un aprendizaje sino también como una intensa experiencia del espíritu y de la inteligencia