Hay muchas maneras de considerar el estilo de Lacan. Algunos dicen que era difícil y que él mismo lo calculó así –y es cierto que el propio Lacan lo confiesa en el inicio de su escrito acerca de “La instancia de la letra...–. Otros lo tildan de “impostor intelectual” debido al hecho de las numerosas referencias que utilizó para transmitir la teoría psicoanalítica, fundamentalmente aquellas provenientes de las llamadas “ciencias duras”. A mí me gusta creer que Lacan estaba desesperado por hacer circular cierto saber y que no dudó en echar mano a cuanto pudo para eso, aunque los campos aludidos no estuvieran del todo estudiados por él y aunque en esas maniobras de apropiación se le escaparan algunos errores.
Pero centrémonos en sus articulaciones topológicas. Cierto es que comienzan temprano, puesto que desde su “Informe de Roma” (de 1953) está presente el toro, tanto como en el tercero de los Seminarios ya habla de la “topología subjetiva” y el esquema Lambda del cuarto es presentado mediante una relación topológica de términos. Pero sin duda el acmé de la articulación coincide con la segunda parte del Seminario acerca de La Identificación. Si consideramos que allí aborda problemas relativos a la banda de Moebius, al toro, a los dos toros abrazados y al cross-cap, queda claro que su interés se dirige a la superficies bidimensionales, en un intento por articular al sujeto, al Otro y al objeto a por fuera de la geometría euclidiana. Los aportes posteriores, básicamente los de los Seminarios 11 y 12 (en este último, dedicándose especialmente a la botella de Klein), sostienen el interés por las superficies, el que retornará para el último de los seminarios que justamente se titulará “Topología y tiempo”[2], a pesar del desvío generado por el intento de Lacan con los nudos, algo fallido a mi gusto.
Y aquí se me impone una tesis de carácter personal: la topología lacaniana no articula con cualquier lectura de la teoría de Lacan, hace falta una revisión crítica de los conceptos en cuestión para que la articulación entre psicoanálisis y topología se verifique. Es necesario que el sujeto pueda entenderse como bidimensional para trabajarlo como una banda de Moebius y que el objeto no resulte rápidamente identificado a la “tripa carnal” para concebirlo como un corte posible sobre el toro (el que coincide con su directriz). Y si entonces la realidad es un cross-cap... ¿Quién podría afirmar que se trata del “cristal con que se mira” al mundo, o que existe alguna realidad que no sea psíquica? Y si afirmamos que la relación transferencial debe entenderse como la costura por su borde de dos bandas de Moebius de semitorsiones inversas y autoatravesadas por su línea media que crean un punto acósmico e inexistente en la realidad... ¿acaso alguien podría confundir eso con la “buena o mala onda” que surja entre un paciente y su analista?
Creo firmemente que la topología ha sido descuidada no tanto por dificultosa –aunque, obviamente, tiene sus dificultades–, sino porque la lectura imperante ha producido una especie de ruptura en la articulación. Si el sujeto es tridimensional, si hay alguna posibilidad de contar con una biología lacaniana y si el Otro no existe, entonces la topología pierde peso teórico y termina desechada.
Pero centrémonos en sus articulaciones topológicas. Cierto es que comienzan temprano, puesto que desde su “Informe de Roma” (de 1953) está presente el toro, tanto como en el tercero de los Seminarios ya habla de la “topología subjetiva” y el esquema Lambda del cuarto es presentado mediante una relación topológica de términos. Pero sin duda el acmé de la articulación coincide con la segunda parte del Seminario acerca de La Identificación. Si consideramos que allí aborda problemas relativos a la banda de Moebius, al toro, a los dos toros abrazados y al cross-cap, queda claro que su interés se dirige a la superficies bidimensionales, en un intento por articular al sujeto, al Otro y al objeto a por fuera de la geometría euclidiana. Los aportes posteriores, básicamente los de los Seminarios 11 y 12 (en este último, dedicándose especialmente a la botella de Klein), sostienen el interés por las superficies, el que retornará para el último de los seminarios que justamente se titulará “Topología y tiempo”[2], a pesar del desvío generado por el intento de Lacan con los nudos, algo fallido a mi gusto.
Y aquí se me impone una tesis de carácter personal: la topología lacaniana no articula con cualquier lectura de la teoría de Lacan, hace falta una revisión crítica de los conceptos en cuestión para que la articulación entre psicoanálisis y topología se verifique. Es necesario que el sujeto pueda entenderse como bidimensional para trabajarlo como una banda de Moebius y que el objeto no resulte rápidamente identificado a la “tripa carnal” para concebirlo como un corte posible sobre el toro (el que coincide con su directriz). Y si entonces la realidad es un cross-cap... ¿Quién podría afirmar que se trata del “cristal con que se mira” al mundo, o que existe alguna realidad que no sea psíquica? Y si afirmamos que la relación transferencial debe entenderse como la costura por su borde de dos bandas de Moebius de semitorsiones inversas y autoatravesadas por su línea media que crean un punto acósmico e inexistente en la realidad... ¿acaso alguien podría confundir eso con la “buena o mala onda” que surja entre un paciente y su analista?
Creo firmemente que la topología ha sido descuidada no tanto por dificultosa –aunque, obviamente, tiene sus dificultades–, sino porque la lectura imperante ha producido una especie de ruptura en la articulación. Si el sujeto es tridimensional, si hay alguna posibilidad de contar con una biología lacaniana y si el Otro no existe, entonces la topología pierde peso teórico y termina desechada.
Estimado lector: si luego de leer mi breve nota, siente deseos de incursionar en el tema, le propongo otra de mis caprichosas listas. En este caso, con los textos que han acompañado mis excursiones por el tema y me han permitido verificar que la articulación no sólo es posible, sino que también es efectiva clínicamente.
1) Marc Darmon. “Ensayos acerca de la topología lacaniana” (1990). El libro tiene varias ediciones en francés y una muy próxima a aparecer en español, publicada en Buenos Aires por Letra Viva. El libro va mucho más allá de los problemas topológicos: aborda la clínica y varios de los modelos matemáticos de Lacan. Es muy riguroso y a la vez sencillo, e incluye los mejores gráficos acerca de las superficies que haya conocido libro alguno de topología psicoanalítica.
2) Alfredo Eidelsztein. “La topología en la clínica psicoanalítica”, Letra Viva, Buenos Aires, 2005. Este libro recoge un curso de posgrado que su autor dedicara a la articulación entre topología y psicoanálisis. La edición del curso estuvo a mi cargo y el libro incluye nutridas notas que orientan su lectura. Es lo suficientemente clínico como para hacer honor a su título.
3) Juan David Nasio. “Topologería”, Amorrortu, Buenos Aires, 2007. Originalmente se trataba de un capítulo del célebre “Los ojos de Laura” de 1988, que la editorial decidió publicar en forma separada. Basa su desarrollo fundamentalmente en la noción topológica de objeto a.
4) Apéndice al Seminario L’Identification, versión Michel Roussan (sin datos editoriales). Una maravilla que acompaña la edición francesa del Seminario IX, desarrollando los gráficos y las transformaciones propuestas clase a clase. Ojalá los seminarios oficiales de Lacan tuvieran una calidad semejante.
5) Mario César Tomei. “Topología elemental”, ed. Gráficas y Servicios, 1993. Un libro de topología, sin psicoanálisis, pero muy amigable. Tomei nos invita a realizar un recorrido provistos de tijeras, papel y cinta de pegar. Si uno se lo toma en serio, es fascinante y esclarecedor.
6) Fréchet y Ky Fan. “Introducción a la topología combinatoria”, EUDEBA, 1967. Agotadísimo, fue la fuente de Lacan, aunque aquel jamás lo dijera. Muy riguroso y amigable para los inicios en la materia desde el punto de vista matemático.
7) Isidoro Vegh. “Estructura y transferencia en la serie de las neurosis”, Letra Viva, Buenos Aires, 2007. En un recorrido ultra-clínico por el campo de las neurosis, Vegh utiliza las superficies topológicas como orientador. El libro incluye una clase de Carlos Ruiz, reconocido especialista en topología.
8) Cristina Marqués Rodilla. “El sujeto tachado. Metáforas topológicas de Jacques Lacan”. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001. Un recorrido ambicioso y arriesgado que vale la pena estudiar. Un intento pionero de la articulación teórico-clínica que nos llega desde España.
9) AA.VV. Littoral 4. “Abordajes topológicos”, editorial la torre abolida, Córdoba, 1987. Todos los trabajos que integran este número son excelentes, aunque algunos vuelan tan alto que cuesta alcanzarlos. Hay numerosos trabajos acerca de topología y psicoanálisis repartidos en otros números de la misma publicación.
10) Aleksandrov, Kolmogorov, Laurentiev y otros. “La matemática: su contenido, métodos y significado”. Volumen 3. Capítulo 17: Topología. Alianza Universidad, Madrid, 1973. Desde Rusia, un texto claro que ilumina el problema del plano proyectivo. Altamente recomendable.
Como dije antes, mi lista es caprichosa porque es mía, y de seguro existen muchos otros textos que abordan la cuestión. Cada uno de estos libros, conducirá seguramente a otros, haciendo honor a la máxima que ilustra esta columna: siempre liber enim, librum aperit...
1) Marc Darmon. “Ensayos acerca de la topología lacaniana” (1990). El libro tiene varias ediciones en francés y una muy próxima a aparecer en español, publicada en Buenos Aires por Letra Viva. El libro va mucho más allá de los problemas topológicos: aborda la clínica y varios de los modelos matemáticos de Lacan. Es muy riguroso y a la vez sencillo, e incluye los mejores gráficos acerca de las superficies que haya conocido libro alguno de topología psicoanalítica.
2) Alfredo Eidelsztein. “La topología en la clínica psicoanalítica”, Letra Viva, Buenos Aires, 2005. Este libro recoge un curso de posgrado que su autor dedicara a la articulación entre topología y psicoanálisis. La edición del curso estuvo a mi cargo y el libro incluye nutridas notas que orientan su lectura. Es lo suficientemente clínico como para hacer honor a su título.
3) Juan David Nasio. “Topologería”, Amorrortu, Buenos Aires, 2007. Originalmente se trataba de un capítulo del célebre “Los ojos de Laura” de 1988, que la editorial decidió publicar en forma separada. Basa su desarrollo fundamentalmente en la noción topológica de objeto a.
4) Apéndice al Seminario L’Identification, versión Michel Roussan (sin datos editoriales). Una maravilla que acompaña la edición francesa del Seminario IX, desarrollando los gráficos y las transformaciones propuestas clase a clase. Ojalá los seminarios oficiales de Lacan tuvieran una calidad semejante.
5) Mario César Tomei. “Topología elemental”, ed. Gráficas y Servicios, 1993. Un libro de topología, sin psicoanálisis, pero muy amigable. Tomei nos invita a realizar un recorrido provistos de tijeras, papel y cinta de pegar. Si uno se lo toma en serio, es fascinante y esclarecedor.
6) Fréchet y Ky Fan. “Introducción a la topología combinatoria”, EUDEBA, 1967. Agotadísimo, fue la fuente de Lacan, aunque aquel jamás lo dijera. Muy riguroso y amigable para los inicios en la materia desde el punto de vista matemático.
7) Isidoro Vegh. “Estructura y transferencia en la serie de las neurosis”, Letra Viva, Buenos Aires, 2007. En un recorrido ultra-clínico por el campo de las neurosis, Vegh utiliza las superficies topológicas como orientador. El libro incluye una clase de Carlos Ruiz, reconocido especialista en topología.
8) Cristina Marqués Rodilla. “El sujeto tachado. Metáforas topológicas de Jacques Lacan”. Biblioteca Nueva, Madrid, 2001. Un recorrido ambicioso y arriesgado que vale la pena estudiar. Un intento pionero de la articulación teórico-clínica que nos llega desde España.
9) AA.VV. Littoral 4. “Abordajes topológicos”, editorial la torre abolida, Córdoba, 1987. Todos los trabajos que integran este número son excelentes, aunque algunos vuelan tan alto que cuesta alcanzarlos. Hay numerosos trabajos acerca de topología y psicoanálisis repartidos en otros números de la misma publicación.
10) Aleksandrov, Kolmogorov, Laurentiev y otros. “La matemática: su contenido, métodos y significado”. Volumen 3. Capítulo 17: Topología. Alianza Universidad, Madrid, 1973. Desde Rusia, un texto claro que ilumina el problema del plano proyectivo. Altamente recomendable.
Como dije antes, mi lista es caprichosa porque es mía, y de seguro existen muchos otros textos que abordan la cuestión. Cada uno de estos libros, conducirá seguramente a otros, haciendo honor a la máxima que ilustra esta columna: siempre liber enim, librum aperit...
NOTAS
[1] (corresponde al título) Lacan, Jacques. L’Étourdit (1972), en « Autres Écrits », Seuil, Paris, 2001, p. 469 [traducción personal].
[2] Cabe destacar aquí que en el plan de publicación de los seminarios de Lacan anunciado por su albacea testamentario, este seminario no se publicará como seminario. Otro joke de aquéllos a los que el caballero nos tiene acostumbrados.
[1] (corresponde al título) Lacan, Jacques. L’Étourdit (1972), en « Autres Écrits », Seuil, Paris, 2001, p. 469 [traducción personal].
[2] Cabe destacar aquí que en el plan de publicación de los seminarios de Lacan anunciado por su albacea testamentario, este seminario no se publicará como seminario. Otro joke de aquéllos a los que el caballero nos tiene acostumbrados.