La transcripción del seminario dictado por Joël Dor en Río de Janeiro, Brasil, en 1990, lleva la marca de su origen: «Aunque se trata de la organización escrita de una enseñanza, conservé ciertas cláusulas de estilo que recuerdan y recogen el perfil de la alocución original». El autor se propone introducir a su auditorio —alumnos del Instituto de Psicología de la Universidad Federal de Río— en la noción de diagnóstico desde una perspectiva estructural, perspectiva que impone adentrarse en las características dinámicas y económicas de las principales ordenaciones psicopatológicas: histérica, obsesiva, perversa.
«Freud había señalado perfectamente, desde el inicio de su obra, la ambigüedad con la que se plantea el problema del diagnóstico en el campo de la clínica psicoanalítica: establecer precozmente un diagnóstico para decidir la conducción de la cura, aun cuando la pertinencia de tal diagnóstico sólo pueda ser confirmada tras cierto tiempo de tratamiento». Con la presentación de esta paradoja específica del psicoanálisis, Dor emprende la tarea de distinguir entre síntomas, diagnóstico y rasgos estructurales, y se pregunta: «¿Cuál es la constancia, si existe, de estos rasgos estructurales que no pueden sino suponer cierta estabilidad en la organización de la estructura psíquica?».
Jacques Lacan estableció en su enseñanza la función estructurante del Nombre-del-Padre, en razón de su papel decisivo en el registro de la castración. La respuesta que cada sujeto ofrezca a este complejo dará por resultado una estructura diferente. La escucha del sujeto durante la labor analítica permitirá definir una referencia diagnóstica y, en consecuencia, una dirección particular a la cura.
El autor puntualiza aquí, para cada estructura, la posición que le es específica, y muestra de qué modo ciertos rasgos estructurales se presentan en el discurso del paciente. Aunque comunes a veces a ordenaciones distintas, estos rasgos conllevan siempre aquella particularidad que habilitará un diagnóstico diferencial.