La cultura y la mentalidad contemporáneas parecen estar caracterizadas por "el retorno de Dios", pero ¿cuál puede ser hoy el sentido de la experiencia religiosa? La respuesta de Gianni Vattimo es el fruto de su freflexión filosófica en el horizonte posmetafísico, que le lleva a ver la encarnación de Cristo como la secularización del principio divino y la "ontología débil" como la transcripción del mensaje cristiano. Sin embargo, este planteamiento -o más bien este replanteamiento- de la dimensión religiosa está profundamente arraigado en la experiencia personal, porque, como argumenta el propio Vattimo, es imposible producir discursos religiosos sin asumir el riesgo de un compromiso directo. Católico "no militante", Vattimo no es, desde luego, un defensor de la sacralidad e intangibilidad de los valores, sino que se presenta incluso como anarquista no violento e irónico desconstructor de las pretensiones de los órdenes históricos, guiado siempre por el principio de caridad hacia los otros. ¿Pueden ésta, por fin, erigirse en la verdadera dimensión religiosa de nuestro tiempo?