¿Cómo medir las distancias en el universo? ¿Cómo imaginarlas? Este libro cuenta justamente esa historia, la de la medición de la distancia a las estrellas, que tiene mucho que ver con nuestros ojos, con la continuación de nuestros ojos por otros medios (los telescopios) y, sobre todo, con las ganas de conocer nuestro lugar en el universo.
Transportador en mano, se trata de calcular ángulos con una precisión cada vez mayor para llegar a la famosa paralaje estelar, que nos permite saber, metros más, metros menos, dónde se encuentran esos puntitos que nos miran de noche mientras estamos tirados boca arriba en el césped.
Es también una historia de superhéroes, ya que reúne una brillante selección de astrónomos y pensadores que quisieron ver (y sobre todo medir) más allá de sus narices, más allá de las nubes: Aristarco, Hiparco, Brahe, Galileo, Hooke, Herschel, Herschel (y no es un error), Bessel... y siguen las lentes.
Este libro está lleno de estrellas y de distancias. Pero también de sueños y de obsesiones, como siempre ocurre en la ciencia.