lunes, 18 de junio de 2018

Giorgio Agamben. "Autorretrato en el estudio" (Adriana Hidalgo, 2018)


COLECCIÓN: BIOGRAFÍAS Y TESTIMONIOS
GÉNERO: BIOGRAFÍA

PÁGINAS: 144

Cuando se escribe no es posible lograr algo similar a los autorretratos de vejez de los pintores; una niebla tan lúcida y extrema, una conmoción sobre uno mismo tan implacable. Las puertas del misterio permiten entrar, pero no permiten salir. Todos los lugares que hemos habitado, todos los momentos que hemos vivido nos asedian, piden entrar. Lo que tenemos –las costumbres, los hábitos, los recuerdos– es demasiado, ya no lo podemos tener. Mientras que nos parece que todas nuestras facultades disminuyen y languidecen, la imaginación crece con desmesura, ocupa todo posible espacio. Deseos tan completamente imaginados que ya no pueden ser satisfechos. Asombro de que la esperanza permanezca intacta, aunque se sabe con certeza que no será atendida, que sólo lo no atendido es real. Los temas de la vida ahora parece que casi pueden escucharse como en una partitura. Los encuentros decisivos, las amistades, los amores, son las frases y los motivos que se enuncian y responden en el secreto contrapunto de la existencia, que no tiene pentagramas. Es como cuando se mira algo en el crepúsculo. No es tanto que la luz sea incierta, sino que se sabe que no será posible terminar de ver, porque la luz disminuye. Así se presentan ahora las cosas y las personas: fijadas para siempre en no poder terminar de verlas.

miércoles, 13 de junio de 2018

François Jullien. "Vivir existiendo". Una nueva ética (El cuenco de plata, 2018)


Entre esos dos grandes términos rivales, ser y vivir, existir es el verbo moderno que pone de relieve una nueva posibilidad.

Pero ¿cómo describir la existencia sin construir de más –como lo hiciera la filosofía con el Ser– y manteniéndose al ras de lo vivido?

Indago aquí conceptos que se despegarían lo menos posible de la experiencia: permanecemos pues en la adherencia a lo vital o bien nos desadherimos de ello. Porque existir es en primer lugar resistir. De otro modo mi vida se empantana; o bien puede dar un giro. Así como se inicia y se reabsorbe –antes de que haya tenido un “comienzo” y un “fin”. Permanece presa en el “duro deseo de durar” o bien puedo emerger de él.

Y si sólo existe lo fenoménico, habrá que reconocer la falla que se abre allí (como lo “sexual”) o aquello que lo excede: el encuentro con el Otro.

Porque si vivir es ya des-coincidir con uno mismo (de lo contrario, es la muerte), existir es el verbo nuevo, separado del Ser, que promueve esa no-adecuación como recurso.

“Ex-istir” es en efecto, literalmente, “mantenerse afuera” –será preciso decir de qué.

¿O cómo emerger del mundo, pero dentro del mundo, sin caer en el más allá de la metafísica?

De donde se desprende una nueva Ética que no predica: vivir existiendo.



miércoles, 6 de junio de 2018

Jacques-Alain Miller. "Del síntoma al fantasma. Y retorno" (Paidós, 2018)



Este curso de Jacques-Alain Miller, que se extiende desde noviembre de 1982 hasta mayo de 1983, fue dictado en un momento fundamental para la constitución de la Orientación Lacaniana. A pesar de los años transcurridos su dimensión fundante tiene una absoluta vigencia.
Lo que se va a desplegar en este curso de veinticinco capítulos tuvo un antecedente que no puede pasar desapercibido. El giro de hacer evidente un Lacan, no considerado entre sus alumnos, fue presentado mediante una conferencia ante Lacan mismo en el Encuentro Internacional de Caracas. Fue un encuentro que marcó un antes y un después en la conformación del Campo Freudiano.
La búsqueda de Miller está orientada decididamente por lo que, como practicante, busca obtener en una cura psicoanalítica. Se trata de ir más allá de “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud” a partir de los conceptos de objeto a y el campo de goce. No es casual que se sirva del Freud de la segunda tópica.
Tomando la formulación princeps de concebir el final de análisis en los términos de atravesamiento del fantasma, el curso se concibe tal cual la dirección de la cura: del síntoma al fantasma, con la promoción del objeto a en el núcleo de la elaboración. De este modo, Miller nos presenta el “Otro Lacan”. Se va a tratar de poner en función en el fantasma los trozos separados del cuerpo que son los objetos a, y ponerlo a prueba en el paradigma freudiano de “pegan a un niño”.
A su vez, el síntoma, como la cara del displacer, de un modo de goce, va a implicar las vicisitudes del saber y la verdad, y toda significación va a estar comandada por un modo de goce que responde al objeto en el fantasma.
El fantasma rechaza el no hay relación sexual, en tanto que busca construir una mediante el objeto. ¿Por qué esto? “La buena represión neurótica también está fundada en la Verwerfung, en la forclusión de un significante. Por lo tanto, debemos plantear una Verwerfung del significante unario que funda la psicosis humana”. Esta luminosa formulación de Miller va a anticipar una clínica no estructuralista.

Osvaldo L. Delgado

martes, 5 de junio de 2018

François Jullien. "Vivir existiendo". Una nueva ética (El cuenco de plata, 2018)



Entre esos dos grandes términos rivales, ser y vivir, existir es el verbo moderno que pone de relieve una nueva posibilidad.

Pero ¿cómo describir la existencia sin construir de más –como lo hiciera la filosofía con el Ser– y manteniéndose al ras de lo vivido?

Indago aquí conceptos que se despegarían lo menos posible de la experiencia: permanecemos pues en la adherencia a lo vital o bien nos desadherimos de ello. Porque existir es en primer lugar resistir. De otro modo mi vida se empantana; o bien puede dar un giro. Así como se inicia y se reabsorbe –antes de que haya tenido un “comienzo” y un “fin”. Permanece presa en el “duro deseo de durar” o bien puedo emerger de él.

Y si sólo existe lo fenoménico, habrá que reconocer la falla que se abre allí (como lo “sexual”) o aquello que lo excede: el encuentro con el Otro.

Porque si vivir es ya des-coincidir con uno mismo (de lo contrario, es la muerte), existir es el verbo nuevo, separado del Ser, que promueve esa no-adecuación como recurso.

“Ex-istir” es en efecto, literalmente, “mantenerse afuera” –será preciso decir de qué.

¿O cómo emerger del mundo, pero dentro del mundo, sin caer en el más allá de la metafísica?

De donde se desprende una nueva Ética que no predica: vivir existiendo.