miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz Año Nuevo




Queridos lectores: no puedo hacer menos que dejarles en el blog un cálido saludo y desearles que el 2009 llegue con los mejores augurios para todos ustedes.
Gracias por acompañarme con vuestra lectura y vuestros numerosos aportes.
Ojalá podamos seguir el año próximo con la misma energía y el mismo entusiasmo.
Que disfruten de este momento junto a vuestros seres queridos, es mi deseo.
Hasta el año que viene.

PP.

martes, 30 de diciembre de 2008

JACQUES LACAN. "Conferencia en la Universidad de Yale" (24 de noviembre de 1975)


Esto no es fácil ...It is not easy to speak in a country which is perfectly strange for me. Ustedes ven que trato de hacerme entender por cada uno aunque mi inglés sea mas bien elemental y yo intente mejorarlo; intente mejorarlo este año, de modo algo paradojal por la lectura; por la lectura de Joyce (risas). Uno de mis auditores inspirado por mi reciente conferencia (una conferencia que me fue pedida para abrir el Congreso sobre Joyce) - un auditor de mi seminario donde las personas se apretujan en multitud para mi gran sorpresa como para la de todos y,donde naturalmente, yo no había enunciado mi conferencia sobre Joyce, escribió un artículo en una revista francesa donde la literatura es particularmente retorcida. Torcida, así. Pero a veces aparecen cosas en esta revista que hacen sentido -a veces mucho sentido- y en particular lo que fue anticipado por mi auditor : él anticipó que después de Joyce la lengua inglesa ya no existía.
Evidentemente,esto no es verdad en tanto que hasta "Finnegan's wake" Joyce respeta lo que Chomsky llama la "estructura gramatical". Pero naturalmente, él se las hizo ver duras a la lengua inglesa. Hasta llegó a inyectar en su propio género de inglés palabras pertenecientes a un gran número, de otras lenguas, incluido, allí el noruego y hasta ciertas lenguas asiáticas él forzó las palabras de la lengua inglesa obligándolas a admitir otros vocablos, vocablos que no son enteramente respetables si puedo decirlo, para alguien que use el inglés.
Puede decirse que en inglés existen, en el conjunto, dos clases de vocablos: los de raíz latina y aquellos llamados germánicos que, de hecho, no son germánicos pero pertenecen a, otra rama del indoeuropeo, el anglosajón.
Es del lado anglosajón que se encuentran las raíces germánicas pero, al final,hay algo de específico a estudiar en el inglés, en tanto que tal, para captar aquello que lo caracteriza en oposición a las otras lenguas. Pero lo importante, al menos para nosotros, analistas; tal como lo concebimos,es decir la verdad. Y como nosotros tenemos una idea un poco particular de esta verdad, sabemos que esto es muy difícil. Y como ha sido convenido que yo hablaría primero y que inmediatamente habría preguntas, me gustaría comenzar por tomar aquello que es llamado, justamente, contacto con ustedes que están aquí esta tarde, planteando -¿por qué no?- yo mismo preguntas. Naturalmente ello supone que ustedes tengan a bien responder aunque fuese con otra pregunta.
En primer lugar quisiera dirigir una pregunta, precisamente a aquellos que han elegido plantearse como analistas; querría preguntarles y yo tendría que necesariamente responder en primer lugar como han llegado ellos a eso que después de todo puede ser llamado razonablemente su Job. Ser un analista es un Job y, de hecho, un job muy duro. Hasta es un trabajo inhabitualmente fatigante y, si retomo las palabras del último analista que enfrenté antes de esta visita a los E.E.U.U., él me confiaba que había tenido necesidad de descansar un poco entre cada uno de sus análisis y,que eso daba su ritmo a su trabajo.
En cuanto a mí, para decirles la verdad, no he tenido tiempo de descansar entre dos análisis. Ello debido a que por el hecho de mi notoriedad, muchas personas vienen para ser analizadas, para demandarme que las analice. Ayer a la tarde en la casa de Shoshana Felman un grupo de jóvenes me preguntaban como elegía a mis pacientes. Respondí que yo no los elegía así tan simplemente, sino que ellos tenían que testimoniar acerca de lo que esperaban de su petición.
Ahora permítanme responder a mi pregunta: ¿cómo llegué a ser psicoanalista?. Llegué allí algo tarde, no antes de los treinta y cinco años. Yo había arriesgado, lo que se llama en Francia, una tesis de doctorado en medicina. Ese no era mi primer escrito, pues una tesis tiene que ser realmente escrita. Una tesis es, por definición, lo que ha sido escrito y defendido. En esa época,una tesis era asunto serio por el cual uno se exponía a la contradicción.
Hoy, uno se presenta ante un jurado habitualmente compuesto por dos o tres de sus antiguos maestros, perfectamente informados del asunto, que muy a menudo les ha sido sugerido a ustedes. Ese no era mi caso. Debí realmente, imponer mi tesis. La había llamado, esto es para los psiquiatras presentes, "De las psicosis paranoicas y sus relaciones con la personalidad". En aquel tiempo,yo era ingenuo. Creía que la personalidad era algo fácil de aprehender. No osaría ya dar ese título a aquello de lo que se trataba, de hecho, no creo que la psicosis tenga algo que hacer con la personalidad. La psicosis es un ensayo de rigor. En ese sentido, yo diría que soy psicótico. Soy psicótico por la sola razón que siempre he tratado de ser riguroso.
Eso, evidentemente, va bastante lejos en tanto supone que los lógicos por ejemplo, que tienden hacia ese fin y también los geómetras, compartirían, en último análisis, una cierta forma de psicosis. Hoy, yo pienso así. No emprendí esa tesis imprudentemente; había reunido treinta y tres casos de psicosis: en ninguno había hecho excepción a esta búsqueda de rigor. Pero como uno no puede -contrariamente a la práctica común, pienso que no se puede- hablar de treinta y tres casos (mi tesis habría tenido millares de páginas), me contenté con escribir una tesis de un número razonable de páginas, quiero decir de un volumen que pudiera ser,tenido en la mano, y hablaba allí de uno de esos casos que me parecía ejemplar,especialmente por el hecho que la persona en cuestión había hecho numerosos escritos. Había hecho esos escritos bajo la forma de numerosas cartas ultrajantes para una cantidad de personas, quiero decir que era erotomaníaca.
Un cierto número de personas aquí saben, pienso, lo que es un erotomaníaco: la erotomanía implica la elección de una persona mas o menos célebre, y la idea de que ésta persona no concierne, más que a ustedes. Sería necesario hallar la raíz que toma esta idea, aunque eso haya sido imposible hasta el presente.
Lo que es cierto es que, una vez puesto en marcha el mecanismo, cada hecho prueba que el ilustre personaje (en ese caso una mujer) está en relación amorosa, no con la personalidad sino con la persona nombrada, designada,por un cierto nombre. En esa época esa persona aparecía con su nombre en los periódicos, a raíz del gesto que había tenido contra una actriz entonces célebre, de modo coherente con su erotomanía dirigida sobre esa actriz, la misma que ella había dirigido en otros momentos sobre otras celebridades (no es extraño ver operar ese deslizamiento de una figura a otra). En todo caso ella había herido ligeramente a esa actriz y fue enviada a prisión. Me permití a mí mismo ser coherente y pensaba que una persona que sabía siempre tan bien lo que ella hacía sabía, también aquello a lo cual la conduciría, y fue un hecho que su estada en prisión la calmó. Del día a la noche desaparecieron sus rigurosas elucubraciones desplegadas hasta ese momento. Me permití -tan psicótico como mi paciente- tomar eso en serio y pensar, que si la prisión la había calmado, eso era lo que ella había buscado realmente.
También di a eso un nombre mas bien bizarro: yo lo llamé "paranoia de autopunición".Evidentemente eso era quizás llevar la lógica un poco lejos. Y ello me hizo notar que había en Freud algo del mismo orden. Freud no estudió principalmente a los psicóticos. Pero, como yo, estudió los escritos de un psicótico: el famoso presidente Schreber y, con respecto al presidente Schreber, Freud no adopta el mismo tipo de posición que yo. Es verdad que ese era un caso de lógica mucho mas avanzado. Pero yo destacaba, a causa de lo que hace al fondo de su pensamiento, Freud no era psicótico. El no era psicótico,contrariamente a muchos, porque él se interesaba en algo diferente. Su primer interés era la histeria. Y su vía de aproximación a esta otra cosa era perfectamente seria, consistiendo no en coleccionar escritos -pues los casos que él trataba no eran de personas a inundar de escritos, contrariamente a los psicóticos sino en escuchar. El pasaba mucho tiempo escuchando, y de lo que él escuchaba resultaba algo paradojal a la vista de lo que acabo justamente de decir,que era una lectura. Fue mientras él escuchaba a las histéricas cuando leyó que había un inconciente.
Esto es algo que sólo podía construir y en lo cual estaba él mismo implicado; estaba implicado en que, para su gran sorpresa,él destacaba que no podía evitar el participar en lo que las histéricas le relataban, que era afectado, por eso. Naturalmente cada cosa de las reglas resultantes por las cuales estableció la práctica psicoanalítica es concebida para contrariar esta consecuencia, para conducir las cosas de tal suerte que se evite el ser afectado. A este fin promovió, un cierto número de reglas que son muy sanas,y que implican la suposición de que la histérica tiene,lo que se llama un inconciente. Y lo que traté de hacer -me excuso por abreviar así- fue reconocer que cosa podía ser este inconciente planteado por Freud. Ahora que los analistas son tan numerosos, todos pueden saber lo que es la lectura del inconciente, pues después de todo, desde el tiempo en que han emergido los analistas, la gente ha comenzado a comprender algo, pero ese fenómeno, prácticamente impensable, de que tantas personas lleguen al análisis releva un real problema. ¡No sólo llegan a nosotros sino que retornan!. ¿Qué es lo que puede inducirlos a encontrar una satisfacción tal en el análisis, cuando pasar por el análisis es una experiencia tan poco confortable?. No todos son capaces de hacerlo. Es necesario tener una cierta dosis de eso, haber escuchado suficientemente sobre él para saber que puede tener ciertos efectos -esos efectos sobre los cuales cuentan realmente las personas que emprenden un análisis, aquellos que yo llamo los analizantes. Ellos cuentan sobre esos efectos, particularmente teniendo a la vista las cosas que traban su camino, cosas que tendrían que ver... no diría con el pensamiento, sino más bien con lo que le impide funcionar lógicamente, con lo que lo parasita (por ejemplo, una fobia u obsesiones estudiadas ahora de un modo casi exhaustivo, tal como las implica esta forma muy especial de enfermedad mental que es, precisamente una neurosis) o, en los casos de las histéricas, cosas que se manifiestan, en ellas mismas, por el cuerpo.
Estos efectos corporales, que han sido suficientemente calificados, constituyen lo que se pensó como siendo lo mismo que aquello que se llamaba, en otra época, los estigmas, por los cuales se identificaba a los así llamados hechiceros.
Es verdaderamente curioso que las cosas giraran de tal suerte que Freud pudiera suponer que la causa de todas esas neurosis -histeria, fobia, obsesiones-, debía ser buscada en lo que él llamaba el inconciente.
Ahora, en nuestra experiencia -puedo decir "la nuestra" en tanto ella es asimilable- ¿qué vemos nosotros?, ¿qué entendemos nosotros cuando emprendemos el análisis de una neurosis?.
Vemos, como Freud nos dice, a las personas hablarnos irresistiblemente de papá y mamá. En tanto que la única consigna que les damos es la de decir simplemente lo que ellos ... no diría lo que ellos piensan, sino lo que ellos creen pensar, pues, nadie piensa y es pura ilusión pensar que se piensa, una ilusión que ha sido la fuente de un cierto número de sistemas filosóficos.
Imaginamos que pensamos, imaginamos que creemos lo que decimos. Saber y creencia son palabras claves en la boca de los pensadores, lógicos y ... psicóticos, en último análisis. La única cosa que yo no puedo comprender es como ellos pueden hablar de saber y creencia, como si el saber pudiera ser perfectamente autentificado, en tanto que la creencia sería simple picadillo de opiniones. ¿Cómo podemos nosotros decir la diferencia entre saber y creencia?. Ellos tratan de dar criterios...
Hay un excelente escritor,un lógico llamado Hintikka, que ha escrito un libro así titulado, en el cuál él prosigue con intrepidez la tentativa de distinguir knowledge and believe. El cree profundamente que existe una diferencia. Pero porque él no ve que las tres cuartas partes del así llamado saber no son mas que creencia, hay allí algo que me divierte.
En todo caso, lo que nosotros oímos en el curso de un análisis es un esfuerzo para salir de todo eso por un camino que no tiene nada que hacer ni con él conocimiento, ni con la creencia; salir de allí diciendo solamente lo que está en su espíritu.
Lo que es fantástico es que, en tanto la gente toma ese camino son siempre llevados a algo que ellos asocian esencialmente a la manera en que fueron criados por su familia. Las primeras histéricas de Freud estaban muy preocupadas por su padre -todo lo que hay que hacer es leer la primera apertura,los "Estudios sobre la histeria" ; esto es enteramente destacable. Seguidamente a causa de estas histéricas, Freud llega a interesarse en los sueños, por el hecho que ellas le hablaban de eso.
Tratemos de cercar esas cosas correctamente, es decir tomando a Freud en el inicio, antes que él se comprometa en la metapsicología. La metapsicología implica la construcción de algo que presupone la hipótesis de un alma -esto es lo que significa meta-psicología ; supone la psicología como un dato.Evoca la metafísica, algo que permitiría considerar la psicología del exterior.
Antes de que Freud partiera en esa dirección, él había escrito tres libros : "La interpretación de los sueños", "La psicopatología de la vida cotidiana", y "El chiste y sus relaciones con el inconciente".
Lo que me sorprendió cuando leí esos tres libros, es que el conocimiento de Freud sobre los sueños estuviera restringido al relato que se le hiciera de ello. Podría decirse que el sueño real es inefable y, en numerosos casos, no es así. ¿Cómo puede ser la experiencia real del sueño?. Esa era una de las objeciones hechas a Freud : ella carece de validez. Pues es precisamente sobre el relato mismo y su material -la manera en que el sueño es relatado- que Freud trabaja. Y, si él hace una interpretación, es de la repetición, la frecuencia, el peso de ciertas palabras. Si tuviera, aquí un ejemplar de la "Ciencia de los sueños", yo podría abrirla no importa en que página y ustedes verían que es siempre el relato del sueño como tal -como material verbal- lo que sirve de base a la interpretación.
En la "Psicopatología de la vida cotidiana" ocurre exactamente la misma cosa. Si no se diera cuenta del lapsus, o del acto fallido, no habría interpretación.
El mayor ejemplo es, dado por el chiste, cuya cualidad y sentimiento de satisfacción mostrado por quien ríe -Freud insiste en ese punto- provienen esencialmente del material lingüístico.
Eso me ha hecho afirmar, lo que me parece evidente, que el inconciente está estructurado como ... (yo he dicho"está estructurado como" , lo que sería quizás exagerar un poco en tanto se presupone la exigencia de una estructura- pero es absolutamente verdad que existe una estructura)... el inconciente está estructurado como un lenguaje. Con una reserva: lo que crea la estructura es la manera en que el lenguaje emerge en el inicio en un ser humano. Esto es, en último análisis, lo que nos permite hablar de estructura. Los lenguajes tienen algo en común -quizás no todos, en tanto no podemos conocerlos todos, quizás haya excepciones- pero son verdaderos lenguajes los que encontramos tratando a los sujetos que llegan a nosotros. A veces ellos han conservado la memoria de un primer lenguaje, diferente de aquél que han terminado por hablar. De modo bastante curioso, Freud, destaca en su práctica que podría resultar de ello una forma curiosa de perversión -especialmente el fetichismo- que no está ordinariamente causado por ese tipo de ambigüedad . Pero pienso que hay aquí bastantes personas que recuerdan el famoso, Glaz auf der nase, que proviene del hecho que un germanófilo había conservado la memoria de la expresión inglesa; to glance at the nose . Freud combinó eso con otros hechos que él había reunido en lo concerniente al origen de los fetiches y que es que ellos implican múltiples significaciones en diferentes etapas que confluyen todas en el órgano macho. Es así que Freud, después de años de experiencia, llega a escribir los bien conocidos "Tres ensayos sobre la sexualidad" en la tentativa de construir algo que sería regular escansión del desarrollo para cada niño.
Creo que esta escansión está ella misma, íntimamente ligada,a ciertos patterns del lenguaje. Quiero decir que las así llamadas fases oral, anal, y hasta urinaria, están demasiado profundamente ligadas con la adquisición del lenguaje, que el aprendizaje de la higiene, por ejemplo, está manifiestamente anclado en la concepción que tiene la madre de eso que ella espera del niño -especialmente los excrementos- lo que hace que, fundamentalmente, sea alrededor del primerísimo aprendizaje del niño que giran todas las etapas de lo que Freud, con su prodigioso insight, llama sexualidad. Es necesario que abrevie un poco.
Yo propondría que lo que existe de más fundamental en las así llamadas relaciones sexuales del ser humano, tiene que ver con el lenguaje, en este sentido: que no es por nada, que llamamos lenguaje aquello que usamos como nuestra lengua materna. Es una verdad elemental del psicoanálisis que, pese a la idea de instinto, es muy problemático que un hombre esté de ninguna manera interesado por una mujer si él no ha tenido madre. Es uno de los misterios del psicoanálisis, el que el niño sea inmediatamente atraído por la madre, en tanto que la niña está en un estado de reproche, de desarmonía con ella. Tengo suficiente experiencia analítica para saber como puede ser devastadora la relación madre-hija. No es por nada que Freud elige acentuar eso, levantar toda una construcción alrededor de ello.
Ahora que he terminado esta introducción mas bien larga, me gustaría retornar a la pregunta que he planteado al inicio a los analistas aquí, en tanto que no es necesariamente de este modo particular, atípico, que ellos fueron conducidos al psicoanálisis. No les he siquiera dicho todo lo que recorrí antes de interesarme en los psicóticos y antes que ellos me condujeran a Freud, habiendo subrayado simplemente que en mi tesis, yo me encontré aplicando el freudismo sin saberlo. No voy a recomenzar. Eso ha sido una especie de deslizamiento, por el hecho que al final de mis estudios de medicina fui llevado a ver locos y a hablar de ellos y fui conducido a Freud que hablaba en un estilo que,a mi también, se me impuso por el hecho de mi contacto con la enfermedad mental .
No pienso que, realmente, pueda decirse que los neuróticos sean enfermos mentales. Los neuróticos son aquello que son la mayor parte. Felizmente ellos no son psicóticos. Lo que se llama un síntoma neurótico es simplemente algo que les permite vivir. Ellos viven una vida difícil y nosotros tratamos de aligerar su no confort. A veces les damos la sensación de que ellos son normales. A dios gracias, nosotros no los hacemos suficientemente normales para que ellos terminen psicóticos. Este es el punto en que debemos ser prudentes. Algunos de ellos tienen realmente la vocación de llevar las cosas hasta el límite.
Me excuso si lo que yo digo parece -lo que no lo es- audaz. Puedo solamente testimoniar de aquello que mi práctica me provee. Un análisis no tiene que ser llevado demasiado lejos. Cuando el analizante piensa que él es feliz por vivir es suficiente.
Así, me gustaría ahora que alguien me diga -y no estoy aquí como piedra de toque de la respuesta, quiero decir no soy yo quien es la piedra de toque- ¿cómo decide alguien autorizarse como psicoanalista en E.E.U.U?.
En tanto tengo esta ocasión de reencontrar cierto número de colegas, me gustaría tener una idea de lo que corresponde aquí a lo que he instituido en mi escuela y que yo llamo "el pase".
Eso consiste en que, en el punto en que alguien se considera suficientemente preparado para osar ser analista, pueda decir a alguien de su propia generación,un par -no su maestro o un pseudomaestro- eso que le ha dado nervio para recibir personas en nombre del análisis.
Deben admitir que el descubrimiento del inconciente es una cosa muy curiosa, el descubrimiento de una muy especializada suerte de saber, íntimamente anudada con el material del lenguaje, que se pega a la piel de cada uno por el hecho que es un ser humano y a partir del cual se puede explicar lo que he llamado,con razón o sin ella, su desarrollo, es decir como ha logrado ajustarse mas o menos bien a la sociedad.
Lo que me sorprende es hasta que punto ignoramos como terminamos nosotros por encontrar nuestro lugar aquí o allí -sin cálculo- porque estamos aspirados por algo.
Es cierto que llegué a la medicina porque tenía la sospecha que las relaciones entre hombre y mujer jugaban un rol determinante en los síntomas de los seres humanos. Ello me impulsó progresivamente hacia aquéllos que no habían superado eso, en tanto puede ciertamente decirse que la psicosis es una especie de falla en lo que concierne al cumplimiento de lo que he llamado "amor".
En el dominio del amor, la paciente de la que les hablaba podía seguramente tener mucho de él en contra de la fatalidad. Y yo quisiera terminar con esta palabra . En la palabra fatalidad -fatum- hay ya una suerte de prefiguración de la noción misma de inconciente. Fatum viene, de fari, la misma raíz que en infans, que naturalmente no se refiere como se lo supone comúnmente, a alguien que no habla; a partir del momento en que sus primeras palabras han cristalizado -cristalización material de eso que lo condiciona como ser humano- no se puede decir que él es infans.
Ahora si alguien quisiera responderme, consideraré que no he perdido mi tiempo en tanto lo invito a decir la verdad. ¿Cómo ha llegado allí?, no veo porqué alguien dudaría en decirlo.
Pueden decir simplemente: pertenecía a una Asociación Psicoanalítica, pues eso me parece una hermosa situación y me ha dado un trabajo no desagradable en tanto interesa a todo el mundo ... Pero el fin de la verdad, es que entre hombre y mujer eso no marcha.


Preguntas y respuestas:



El moderador, prof. G.Hartman: están invitados a plantear preguntas.

Jacques Lacan: ¿Quién comienza a parlotear?.


Dr.Stanley Leavy: Yo tengo una pregunta Dr.Lacan. Cuando nosotros analizamos tratamos de encontrar los fantasmas inconcientes.


J.L.: He tratado de dar una fórmula del fantasma pero no quiero, esta tarde, imponer mi modo de escribirla.


Dr.Leavy: Pero ¿cómo distingue usted el fantasma mismo y las palabras utilizadas para comunicarlo?. El análisis se cumple por el estudio -la lectura si usted quiere- sólo de las palabras del fantasma; ¿se puede suponer que existe un fantasma debajo o detrás del lenguaje?. ¿0 bien piensa usted que, el analista debe abstenerse de buscar algo fuera del lenguaje?.


J.L.: El analista opera dejándose guiar por los términos verbales utilizados por la persona que habla. Si Freud recomienda algo es, lo dice explícitamente,no presumir ninguna idea, cualquiera fuera; ustedes pueden encontrar un día un caso completamente diferente de todo lo que hayan podido creer como clasificable. Sigan eso que proviene de la persona que están en vías de escuchar. Sin embargo, lo que es perturbador es que en la historia del análisis no ha aparecido un fantasma totalmente original. Descubrirán siempre las mismas viejas cosas. Esto es suficiente para conducirlos a la desesperanza. Espero no terminar mi vida sin haber encontrado una u otra cosa que pudiera dejar a la posteridad,algo que yo hubiera inventado. Pero hasta aquí mi inspiración ha permanecido acoplada. Es evidente que me doblego bajo la carga y, como soy muy viejo, no puedo inventar un nuevo fantasma. Esto es algo que todo el análisis del mundo, por flexible que sea, no puede hacer. Esto sería sin embargo rendir un gran servicio, pues los neuróticos son gentes que aspiran a una perversión que no alcanzarán jamás. Sería una ayuda el inventar algo, pero se termina siempre por girar en redondo. Por ejemplo,hasta dónde se puede conducir el fantasma de tomar a golpes de puño a su vecino, de enviarlo a la muerte con mil golpes?. Eso ha existido y ha sido practicado desde tiempos inmemoriales y evidentemente estimula la imaginación de algunos, pero todos saben que aquéllos no son nunca quienes realmente lo ponen en acción. Para hacerlo es necesario estar efectivamente establecido en alguna parte como ejecutor patentado; tales cosas son sólo hechas por personas que son pagadas para ello. De hecho, lo terrible es que el análisis en si mismo es actualmente una plaga: quiero decir que él es en si mismo un síntoma social, la última forma de demencia social que haya sido concebida.
Ello no ha sido concebido por nada: ocurrió que en un cierto momento de la historia la medicina destacó que no podía tratar todo, que tenía que enfrentarse con algo nuevo. El análisis es realmente la cola de la medicina, el lugar donde ella puede encontrar refugio,pues en otros aires ha devenido científico, lo que menos interesa a la gente. Hablando rigurosamente la ciencia no emerge simplemente así. Es necesario realmente darle un golpe. Pero una vez que ella ha partido existen escuelas científicas. Lo que interesa a la mayor parte de la gente es un departamento científico, es el buen lugar. Las personas que han realmente contribuido de algún modo a la ciencia pueden ser contadas con los dedos de la mano, ellas han obtenido un premio Nobel. No todo el mundo es capaz: la mayor parte de la gente usa de la ciencia de un modo muy particular y limitado. Lo curioso es que Freud pensaba que él hacía ciencia. El no hacía ciencia, él estaba en vías de producir una cierta práctica que puede ser caracterizada como la última flor de la medicina; ésta última flor encontró refugio aquí porque la medicina tenía tan numerosos modos de operar, un repertorio previo a su ejecución, reglados como papel para música, que ella debía tropezar con el hecho que había síntomas que no tenían que ver con el cuerpo, sino sólo con el hecho que el ser humano está afligido, si pudiera decirlo, por el lenguaje. El ha suplido por ese lenguaje, por el que es afligido, algo que es absolutamente no contorneable: no relación sexual en el humano.
La así llamada fundamental sexualidad de Freud, consiste en destacar que todo lo que tiene que ver con el sexo está siempre errado. Esta es la base y el principio de la idea misma de fiasco. El yerro mismo puede ser definido como lo que es sexual en todo acto humano. Es por eso que hay tantos actos fallidos. Freud ha indicado perfectamente que un acto fallido siempre tiene que ver con el sexo. El acto fallido por excelencia es el acto sexual, precisamente. Uno de los dos está siempre insatisfecho. Es necesario después de todo decir la verdad. Y es eso de lo cual la gente habla siempre.


Sra.Turkell: ¿Por qué dice usted que Freud no hacía ciencia cuando vuestra propia intención, si comprendo correctamente, es la de dar al psicoanálisis su verdadero objeto, el inconciente, precisamente como el objeto de una ciencia?.


J.L.: Creo que ya es mucho el que Freud haya inaugurado un modo enteramente nuevo de relaciones humanas -en tanto es evidente que lo importante es lo que ocurre entre el analizante y el analista. Si lo he llamado plaga social, es porque lo que es social es siempre una plaga.
Pero, ¿porqué he dicho eso?. Es porque , -¿qué trataba de hacer yo?-, trataba de superar naturalmente, yo soy como todo el mundo,ingenuo; yo imaginaba que la lingüística era una ciencia. Ella tendría esta ambición. Ella trataba de hacer como si fuera una ciencia. Sólo miren los espíritus más serios en lingüística, Jakobson, Chomsky -se me ha dicho que él estaba sobre una nueva pista ahora, pero Chomsky mismo no ha podido encontrar nada mejor que repetir la lógica de Port-Royal. La ha llamado cartesiana, pero sólo es la lógica de Port-Royal, no va mas allá. La lógica de Port-Royal ya plantea preguntas muy serias. Lo que ellos llamaban lógica ya es una forma de lingüística. Es suficiente abrirla para ver que de lo que se trata es de este orden. Y si yo reconozco que el inconciente no puede de ningún modo ser abordado sin referencia a la lingüística, considero que he agregado mi esfuerzo a la apertura freudiana. Pero ya es mucho que Freud mismo haya abierto ese camino, haya dado el eje y la práctica, mostrado que esa era por otra parte, la única medicina real posible. ¿Quién es historiador aquí, historiador del psicoanálisis?. ¿Es usted?.


Lucille Ritvó: Si.


J.L.: Usted es historiadora. ¿Agrega usted un nuevo capítulo a su historia del psicoanálisis con lo que yo acabo de decir?.


L.Ritvó: ¿Usted quiere decir esta conferencia?.


J.L.: Yo he dicho expresamente que el psicoanálisis era un momento histórico.


L.Ritvó: ¿Esto no es verdad para cada cosa?.


J.L.: El psicoanálisis tiene su peso en la historia. Si existen cosas que pertenecen a la historia son cosas del orden del psicoanálisis.


L.Ritvó: Eso parece demasiado vago y general. ¿Qué es lo que tiene que ver con el psicoanálisis?.


J.L.: Lo que se llama la historia es la historia de las epidemias. El imperio romano por ejemplo,es una epidemia. El cristianismo es una epidemia.


Sr. X: El psicoanálisis también ...


J.L.: El psicoanálisis también es una epidemia.


Prof. Hartman: es contagioso.


L.Ritvó: A la historia concierne todo lo que la gente está dispuesta a pagar para encontrarlo escrito como historia.


J.L.: Esto es totalmente verdadero.Es algo que existe en segundo grado. La gente escribe a propósito de lo que ha sido escrito. Es por ello que son exigidos los documentos escritos. Usted no puede hacer historia más que escribiendo de segunda mano sobre lo que ha sido escrito en alguna parte. Sin el documento escrito ustedes saben que están en un sueño. Lo que el historiador exige es un texto: un texto o un trozo de papel; de todos modos debe haber en alguna parte, en algún archivo, algo que certifique por escrito y cuya falta hace imposible la historia ... Lo que no puede ser certificado por escrito no puede ser considerado como historia.


L.Ritvó: No estoy segura que tenga que estar escrito para ser historia. Existen tradiciones orales, las gentes que no tienen escritura pueden también tener una historia,una tradición que ellos se transmiten. Usted puede también hacer historia recogiendo artefactos. En otras palabras yo creo -podría no estar en un buen terreno- que en arqueología e historia del arte aunque no se dispone de palabras escritas sobre papel, se puede hacer historia.


J.L.: El arte oral termina siempre por una forma escrita. El historiador en tanto que tal, exige un documento escrito; él no hace historia del arte. La historia del arte es algo totalmente impreciso. Para que la historia del arte tenga sentido, usted tiene necesidad de una fecha: esto es algo que ha dejado una traza escrita. ¿Cuándo fue construída la Catedral de Chartres?. Lo que es propiamente del orden de la historia debe ser fechable .


Prof.Eduard Casey: ¿Cuál es el lugar de lo imaginario en la historia?. ¿Cree usted que la historia para retomar sus propios términos, es totalmente simbólica?.


J.L.: Esta es una especie particular de simbólico, un simbólico que se junta a lo real por lo escritura.


Prof.Casey: Pero, si fuera así, existe una gran proporción de imaginario en la historia. Las fábulas, aún si ellas están escritas, son...


J.L.: Con las fábulas la cuestión es saber como nos han sido transmitidas. Nos han sido transmitidas por la escritura.


Prof.Casey: Naturalmente, pero ellas contienen aunque escritas y mezcladas a tradiciones precisas, lo imaginario y lo no fechable.


J.L.: Felizmente existen edificios que aún no se han desplomado. Eso llegará pero...


Prof.Casey: Pero, ¿cuál es el estatuto de esos edificios, sin base en la realidad, y que por otra parte están escritos?.


J.L.: En realidad no es el estatuto de las cosas lo que me concierne directamente, en tanto psicoanalista.


Prof.Casey: naturalmente.


J.L.: Yo no intento una filosofía del arte. Estoy ya demasiado ocupado con las consecuencias de mi práctica -que es absolutamente puntiforme- es sólo en un número limitado de puntos específicos que ella toca el dominio del arte. Freud trata de comprometerse en otra cosa y ver en el arte una suerte de testimonio del inconciente. Trata de ello en múltiples ocaciones que no fueron todas especialmente felices. Con la "Gradiva" de Jensen, eso no marchó. Pues después de todo nada fuerza al artista a admitir que él tiene un inconciente. Esto es psicoanálisis salvaje. Toda interpretación, aún aquella del Moisés, es justo una conjetura. No podemos estar seguros de ello pues no tenemos medio de analizar a la persona que la ha esculpido.


Prof.Casey: Existe allí, por otra parte, una analogía, en esta discusión entre historia y psicoanálisis, en el sentido en que los dos dominios tienen cosas que son imaginarias y no acontecimientos reales.


J.L.: Si, reconstrucciones. Por éstas últimas no podemos estar seguros de nada. Lo que no nos impide intervenir.


Prof.Casey: Aún si usted no está seguro de ello, ¿no existe una diferencia según que esos acontecimientos hayan o no tenido lugar?.


J.L.: Déjeme decirle. Usted no puede estar jamás seguro que un recuerdo no sea un recuerdo-pantalla. Es decir un recuerdo que bloquea el camino de lo que yo puedo localizar en el inconciente. Es decir la presencia -la plaga- del lenguaje. No sabemos jamás. Un recuerdo, tal como él es imaginariamente revivido -lo que es un recuerdo pantalla- es siempre sospechoso. Una imagen bloquea siempre la verdad. Yo uso aquí términos que todo analista conoce. El concepto mismo de recuerdo-pantalla muestra la desconfianza del analista a la vista de todo lo que la memoria piensa que ella reproduce. Eso es lo que se llama, hablando propiamente,que la memoria es siempre sospechosa. Incidentalmente, es por ello que Freud tropezó con el famoso trauma original. El caso del "hombre de los lobos" es tan largo sólo porque Freud trata desesperadamente de dar claridad a algo y no puede saber si el hombre de los lobos, no relata -acerca de la copulación de los padres- más que un recuerdo pantalla. Un trauma es siempre sospechoso.


Prof.Casey: Pero no necesariamente imaginario tal que...


J.L.: La sexualidad es siempre traumática en tanto que tal.La primera especie de trauma es evidentemente aquélla de la que Freud da testimonio -después de todo demos todo su peso a los cinco psicoanálisis. ¿En qué consiste entonces la fobia del pequeño Hans?. En el hecho que él constata muy a menudo, que tiene un pequeño órgano que lo transtorna. Esto está perfectamente claro. Y quiere darle un sentido. Pero por lejos que llegue ese sentido, ningun muchachito experimenta jamás que ese pene le esté ligado naturalmente. El considera siempre al pene como traumático. Quiero decir que él piensa que aquél pertenece al exterior del cuerpo. Es por eso que él lo mira como una cosa separada, como un caballo que comienza a levantarse y a dar coces.
¿Qué puede significar la fobia del pequeño Hans sino es el hecho que él está en vías de traducir el original de la historia, el hecho que él destaca que tiene un pene?. El no ha logrado aún, dominarlo con palabras, esas palabras son el analista -es decir su padre-, Freud aún no se ocupa de él, Freud lo insta a decir las palabras que lo calmarán. Y como tenemos el testimonio de Hans -adulto,vino a los E.E.U.U.- ellas lograron librarlo perfectamente de su fantasía, de suerte que no recordaba ni siquiera haber sido el pequeño Hans.
Ese caso fue un suceso, pero, ¿qué significa sino que el padre, con laayuda de Freud,logró impedir que el descubrimiento del pene tuviera consecuencias demasiado desastrosas?.


Prof.Dr. Robert Lifton: ¿Puedo plantear una cuestión?. Volviendo a vuestra primera aseveración acerca de que toda la historia surgiría del psicoanálisis -lo que es perfectamente verdad-, yo pienso que se ejerce un esfuerzo considerable,ahora, en nuestro país y también en Francia -creo- para asociar de algún modo psicoanálisis e historia, para abordar la historia por el insight psicoanalítico y creo que hay allí un dilema, fundamental en lo concerniente al modo en que se aborda la simbolización, si se toma en serio lo que usted llama lo simbólico, se lo encuentra en discordancia con el concepto analítico clásico de formación simbólica, pues su concepto encara la totalidad de la mentalidad humana como tomada en ese proceso simbólico de creación y recreación y, si uno aborda la historia llega a ser menos y menos satisfactorio.


J.L.: esto es absolutamente verdadero.


Dr.Lifton: También, en ese dilema sobre el modo en que se usa el insight para abordar la historia, mi propio punto de mira está en descartar los conceptos de defensa e instinto en provecho de la continuidad y discontinuidad de la vida tal como ella es simbolizada. Y yo creo que se puede abordar...


J.L.: ¿Continuidad y discontinuidad ?


Dr.Lifton: 0 eso que se podría,llamar muerte y continuidad. En otras palabras, como puede uno retener...


J.L.: ¿Esta es su tendencia?. Entonces yo soy...¿Cómo se llama usted?.


Dr.Lifton: Robert Lifton.


J.L.: Yo soy liftoniano (risas). Porque encuentro su dirección tan válida como la mía. Llegué a tomar mi dirección a causa del camino por el cual arribé al psicoanálisis, pero no veo razón por la cual no pudiera haber otra llave. Usted tiene sólo que ver lo que ella abre...


L.Ritvó: Pienso, en tanto que historiadora de la ciencia, que la gente ha tomado los descubrimientos científicos -cualesquiera que fueran- para tratar de acordarlos a otros fenómenos que aquellos que los habían provocado. La física newtoniana, por ejemplo, ha sido la base de la Constitución americana. No creo que Newton haya soñado cosa parecida. Y, yo creo que cuanto más uno se aleja del fenómeno por el cual fue desarrollada la teoría, menos es ella aplicable. También pienso que aquello que el psicoanálisis y la historia tienen en común es el ser humano, pero el psicoanálisis lo considera en tanto que individuo,tal como se revela en una situación muy particular, y es responsabilidad de cualquiera servirse de ella en otro campo y probar y ver si es aplicable,y aún válida, en ese campo. No creo que pueda tomárselo como un todo y esperar que concuerde con una situación diferente de aquella en la cual ha sido desarrollado.


J.L.: Tiene usted una concepción ambiciosa de la historia ... la misma que la de los Padres de la Iglesia. Los Padres de la Iglesia reinterpretan el conjunto de la historia, de suerte, que deviene necesario que la historia engendre la Iglesia.


Prof.Hartman: Si la Iglesia es una teoría, algo comparable a una teoría científica, el Dr.Lacan dice que desde usted,toda la historia tendría que ser reinterpretada para mostrarse de acuerdo con esta teoría.


L.Ritvó: No; yo decía que uno no puede aplicar una teoría científica, en su conjunto, a la historia.


Prof.Hartman: Usted hablaba del carácter transitorio de toda teoría científica.


L.Ritvó: Sí,una teoría científica es transitoria.


Prof.Hartman: Una teoría científica se muestra entonces mortal, en el interior de un límite de tiempo.


L.Ritvó: Eso es verdad, ella es válida para un conjunto particular de observaciones, por ejemplo, la teoría de Newton es válida para un cierto conjunto de observaciones, más allá conviene la teoría de Einstein y no ya la de Newton. Así Newton es invalidado más allá de ese punto.


J.L.: Sí.


Prof.Hartman: ¿Qué diría usted al respecto del psicoanálisis?


L.Ritvó: Yo decía que el psicoanálisis no puede ser válido más que en el campo de sus observaciones, que es la situación analítica.


J.L.: Eso es exactamente lo que yo digo. Nosotros no tenemos medio de saber si el inconciente existe fuera del psicoanálisis.


L.Ritvó : Yo no sé si no hay medio de saberlo; no sé si eso ya ha sido ensayado y sí, ensayándolo, será o no válido para dominios exteriores.


Prof. Louis Dupré: ¿No podemos nosotros extraer,doctor,una conclusión de lo que usted ha dicho?. En el caso de numerosas interpretaciones analíticas, en el arte, en la literatura, me he preguntado a menudo, si el intérprete no había reducido el símbolo a un síntoma y así operado una simplificación que no responde ya, al original.


J.L.: Si, es lo que hace la historia del arte.


Prof.Dupré: Bien. Pero también ciertas interpretaciones analíticas que tienden a ...


J.L.: que son siempre excesivas ...


Prof.Dupré : Que tienden a reducir el significante a un simple significado.


J.L.: Estoy absolutamente de acuerdo.


Prof.Dupré: ... reduce a un simple signo que no es ya un símbolo.Y así se falta a la verdadera naturaleza del significante como tal.


Prof.Hartman: Aún no hemos oído a ningún psicoanalista reconocer como él o ella se autoriza ...


Dr.Marshall Edelson: Para volver a la cuestión, ¿la lingüística es una ciencia?.¿El psicoanálisis es una ciencia?. En "La interpretación de los sueños" Freud dice: "nuestras ideas nos ponen mas cerca de la realidad desconocida". Si la ciencia es ese esfuerzo por acercarse a la realidad desconocida entonces la lingüística y el psicoanálisis son ciencias.


J.L.: Pero ellos no tienen ese estatuto. Pues lo que ha sido propuesto como ciencia comienza con Galileo. Es en la línea de Galileo que vino Newton... y comenzamos hasta tener alguna idea de lo que es la biología.


Sra.Turkell: ¿Pero cuál es vuestra definición de la ciencia?. Esa es la pregunta.


J.L.: Hasta el presente todo lo que ha sido producido como ciencia es no verbal. Naturalmente, es evidente que el lenguaje es utilizado para enseñar ciencia, pero las fórmulas científicas son expresadas siempre por medio de letritas -1/2 m V2-, como relación entre la masa y la aceleración de la velocidad, no puede ser explicado en el lenguaje mas que por largos rodeos. Su significación tiene que estar estrictamente limitada y aún así no satisface perfectamente. Por ejemplo, cuando tratamos con electrones no sabemos ya realmente lo que nosotros entendemos por masa o velocidad, pues somos incapaces de medirlos. La ciencia es lo que se sostiene en su relación a lo real, gracias al uso de letritas.


Sra.Turkell: ¿Es eso lo que da su importancia , para usted, a los matemas en psicoanálisis?.


J.L.: Es cierto que yo trato de dar forma a algo que sería tratado como núcleo del psicoanálisis, del mismo modo que esas letritas. He tratado de escribir cierta fórmula, que expreso lo mejor que puedo, con una gran S que representa al sujeto y que tiene que estar barrado, después un pequeño signo (rombo), y al final una (a).Todo puesto entre paréntesis. Esta es una tentativa de imitar la ciencia. Pues creo que la ciencia sólo puede comenzar así.


Dr. Sidney Blatt: ¿Pero no es esto imposible para una ciencia psicológica?. Me inquieto por esta definición porque yo afirmaría que el psicoanálisis y la psicología de las profundidades jamás podrán satisfacerla.


Sra.Y: También elimina la biología.


Dr.Blatt: La cuestión no es que sea o no una ciencia, todo depende del modo en que se defina una ciencia; la cuestión es que la diferencia es de discursos. La diferencia de discurso es, que en el psicoanálisis, en psicolingüística y en otros dominios, el hombre intenta reflexionar sobre si mismo, más bien que reflexionar sobre un objeto exterior. Eso exige un conjunto diferente de definiciones, de modos de investigación. Que nosotros lo definamos o no como ciencia no es lo importante. La cuestión es que podamos especificar los diferentes dominios del discurso.


J.L.: Eso es exacto.


el intérprete S.Felman: En tanto que la otra persona que ha hablado pensaba que en psicoanálisis la matematización era un anhelo imposible, que nunca será posible matematizar todo allí.


J.L.: Yo no he dicho matematizar todo, sino comenzar a aislar un mínimo matematizable.


Dr.Blatt: En otras palabras, hay dos modelos del cual uno sería, como usted acaba de decir, la tentativa de aproximar una estructura matemática aún de modo limitado. Pero el otro modelo, que yo creo de posible ventaja, es ignorar esta exigencia y en su lugar atenerse -pues creo que es importante atenerse a la ciencia tradicional- al sentimiento de evidencia, y a principios o conceptos construídos alrededor de la evidencia, de un modo que siempre, releva de la tradición científica, pero que exige criterios diferentes para la ciencia del self , en tanto que opuesta a la ciencia de los objetos exteriores.¿Admitiría usted la posibilidad de un modelo científico diferente del vuestro?


J.L.: Si,lo admitiría.


L.Ritvó: Los científicos se preguntan hasta si la matemática es una ciencia, en tanto ella no tiene hechos, no tiene campo de observación. Ella es un útil para la ciencia, pero los científicos no están seguros que sea una ciencia.


Prof.Felman: Pero todo depende de la definición de lo que es una ciencia.


L.Ritvó: Es verdad. Su definición omite la biología, la geología, y de hecho todo lo biológico...


Prof.Felman: ¿Usted tiene a la ciencia experimental por modelo exclusivo?


L.Ritvó: No, pero la ciencia en un sentido más amplio es una aproximación para evaluar si vuestras formulaciones son de orden especulativo,hipotético, o suficientemente probadas para hacer una teoría. Como lo decía Darwin: "Ustedes no pueden perjudicar a la ciencia con una falsa teoría, sino con una falsificación de los hechos".


J.L.: Pero es destacable que la observación sólo está satisfecha cuando ella culmina en una fórmula que puede ser llamada matemática. La observación sóla no satisface el espíritu, si esa palabra quiere decir algo.


L.Ritvó : Esta es una visión muy limitada de la ciencia. Omite una gran parte de la ciencia .


Dr. Edelson: Puedo evocar algo especifico concerniente al lenguaje. ¿Cómo puedo yo decir cosas que nunca hayan sido dichas en otro momento?.¿Cómo puedo yo pronunciar frases que jamás hayan sido dichas por algún otro?. Frases que no me sean impuestas por mi medio. Ellas vienen del interior. Ellas concuerdan con lo que me rodea pero eso no me constriñe a decir lo que yo digo. Yo tengo la elección. Yo puedo decir una cantidad de cosas en el mismo medio.


J.L.: Pero el medio es una reflexión...


Dr.Edelson: Otras dos preguntas.¿Cómo,en tanto oigo dos frases y ellas tienen la misma estructura, puedo saber que significan cosas diferentes?. ¿0 bien: oigo dos frases que tienen estructuras diferentes y yo sé que ellas significan la misma cosa?. Tratando de responder estas preguntas he hecho la teoría de una estructura abstracta el espíritu : lo que surge de mi espíritu me permite hacer cosas. Yo puedo tener mas de una teoría; una teoría me ayudará a explicar mejor que otra como soy capaz de hacer esas cosas. Usando nuevas vías para encarar el mundo,el hombre ha tenido necesidad de nuevos conceptos; esto no es menos científico. Si yo estoy en, un mundo donde tengo que comprender las cosas por conceptos tales que "reglas" y "significación" estos son aún conceptos que me ayudan a comprender. Ello no me hace a-científico. Freud habla del sentido o la significación de los síntomas más que de su causa. Esta es siempre la cuestión de un científico.


J.L.: Esto es precisamente lo que ha introducido Freud.


Dr.Edelson: Estamos de acuerdo.


J.L.: Esto es lo que Freud ha introducido y es por ello que yo destaco la cuestión de la lectura que Freud hace de ese sentido. Lo que es divertido es que eso se logre. Es lo que un cierto Reik llamaba "sorpresa", la cosa que nos sorprende. Precisamente porque nosotros pensamos que la ciencia sólo tiene que ver con lo real. Pero lo real, tal como nosotros hablamos de ello, está completamente desprovisto de sentido. Podemos estar satisfechos, estar seguros que tratamos algo real sólo cuando ya no hay ningún sentido,cualquiera sea. No hay sentido porque no es con palabras que escribimos lo real. Es con letritas.


Dr.Edelson: Las construcciones lógicas que nosotros hacemos para comprender la realidad desconocida llegan a ser, en su tiempo, realidad. Lo que fue ficción lógica en física es hoy realidad.
J.L.: Las construcciones lógicas, he dicho que las consideraba psicóticas..


Prof.Felman: El ha hecho una broma; al comienzo de su exposición dijo que una construcción lógica,perfectamente coherente, era como el definía "la psicosis".


Dr.Edelson: Hum.


Prof.Felman: Era una aserción provocadora.


Dr.Edelson: Me siento provocado.


Prof.Felman: Pero dijo entonces que en ese sentido él era psicótico porque trataba de ser riguroso. También, que él no está contra el rigor, pero no lo iguala a la ciencia. Este es yo creo, el punto principal. La coherencia en tanto que tal sería sólo prueba de psicosis y no de verdad.


J.L.: La psicosis está plena de sentido.


Dr.Edelson: La psicosis es llamada estereotipia y está desprovista de sentido en mi experiencia.


J.L.: Pero los estereotipos no se sostienen para el psicótico más que por su sentido.


Dr.Blatt: Si, pero es porque el psicótico se esfuerza en hacer sentido -se restringe a la función sintética- para permanecer en relación con el mundo.


Prof.Dupré: Pero, ¿por qué,doctor,insiste usted tanto sobre la necesidad de fórmulas matemáticas, para definir la ciencia?.


J.L.: Porque esto es históricamente verdadero.


Prof.Dupré: Pero eso ha comenzado con Descartes, en Francia, eso no es...


J.L.: Eso comenzó con Galileo.


Prof.Dupré: De acuerdo, pero agregar una centena de años no hace mucha diferencia. La matematización de la ciencia es casi una excepción en la historia de la humanidad y es una excepción que los científicos al menos abandonan. Nosotros no creemos más en ello. También, ¿por qué reducir la ciencia del espíritu -que escapa a ello desde el inicio- a un punto de vista que no existe ya, siquiera en la ciencia?. Puede haber otros modelos, por ejemplo,todas las ciencias sociales, las ciencias del espíritu no tienen necesidad de fórmulas matemáticas para expresarse claramente. Las fórmulas matemáticas están en uso, pero más bien como abreviatura de lo que se piensa, o con fines pedagógicos, aún hoy en economía.


Dr.Edelson: La ciencia matemática no es la cantidad. La matemática es lógica.


J.L.: Si, no es la cantidad.


Dr.Edelson: Sí, es la lógica; si es la lógica de las relaciones que subtiende a las matemáticas, estas son formas puramente simbólicas. Si introducimos las matemáticas para comprender el espíritu, usamos simplemente formas simbólicas para dar cuenta de la naturaleza de la estructura del espíritu. Eso no tiene nada que ver con la cantidad,la medida,de lo que sea.


Prof.Dupré: Eso es exactamente lo que yo digo, y es por lo cual no puede ser apropiado y de ninguna ayuda.


Dr.Edelson: Pero lo que soporta las matemáticas es la lógica de las relaciones, la lógica de la simbolización .


Prof.Dupré: De alguna simbolización, pero no de aquella de la cual usted tiene necesidad para sus fines.


L.Ritvó: ¿Dirían ustedes que Buffon, Lamarck ,y Cuvier,y Claude Bernard,y Pasteur,y Darwin,y Lyell, que alguno de ellos no es científico?.


J.L.: Seguramente lo son.


L.Ritvó: Pero ellos no han formulado esos conceptos matemáticos, su obra está desprovista de expresión matemática.


Dr.Edelson: El invoca las matemáticas de otro modo que usted. Esas son formas simbólicas que no tienen nada que ver con la cantidad.


Prof.Hartman: La querella lleva sobre la intepretación del simbolismo de los matemas.


Prof.Dupré: Pero el problema es este, ¿cuál es el estatuto exacto del simbolismo de los matemas?. Es este un simbolismo universal o un ...


J.L.: Es un simbolismo elaborado, siempre elaborado por medio de letras.


Prof.Hartman : ¿Pero quid de las palabras?. Aún si la ciencia analítica contiene matemas está la cuestión de la práctica y la traducción de tales matemas en práctica analítica que es verbal, ¿no es así?.


J.L.: Existe, por otra parte un mundo entre la palabra y la letra.


Prof.Hartman : Pero es su lazo el que usted desea mostrar ...


J.L. : Sí, y que me divierte.


Sra.Turkell : ¿Cómo articularía usted la idea de que el psicoanálisis aspira al estatuto de ciencia, con lo que usted ha dicho de él como epidemia?. En un sentido este es un fenómeno social ...


J.L.: Una epidemia no es un fenómeno social, al menos no en el caso dela ciencia.


Sra.Turkell: ¿Qué es una epidemia científica?.


J.L.: Es cuando es tomado como una simple emergencia, en tanto que esde hecho una ruptura radical. Es un acontecimiento histórico que se ha propagado y que ha ínfluído en gran modo en la concepción de lo que se llama universo, que en si mismo tiene una base muy estrecha,salvo en lo imaginario.


Prof.Hartman: Usted nos ha acordado mucho tiempo y sabiduría ...


J.L.: Como me beneficié con vuestra atención trataré de decir un poco más mañana.


Prof.Hartman: Usted terminó su exposición con la palabra "destino" y ahora nosotros terminaremos con la palabra "epidemia". Usted ha respondido, de hecho, a una epidemia de preguntas y le estamos, en suma, muy reconocidos




Traducción: Ana María Gómez.
Texto publicado en Scilicet 6/7 (francés), editorial Seuil.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Daniel Heller-Roazen. "Ecolalias". Sobre el olvido de las lenguas (Ed. Katz)

Así como es posible adquirir un lenguaje también es posible perderlo. Las personas pueden olvidar palabras, frases o incluso lenguas completas que alguna vez conocieron. También los pueblos dejan escapar, en el transcurso del tiempo, las lenguas que alguna vez fueron suyas, lenguas que desaparecen y dejan paso a otras que les siguen.Daniel Heller-Roazen reflexiona en esta obra sobre las múltiples formas del olvido lingüístico, ofreciendo al lector una rica y amplia investigación filosófica acerca de la persistencia y la desaparición del habla. El autor se mueve entre las culturas clásica, medieval y moderna, y explora las relaciones entre el habla, la escritura, la memoria y el olvido con ejemplos tomados de la literatura, la filosofía, la lingüística, la teología y el psicoanálisis. Heller-Roazen nos lleva de Ovidio, Dante o la moderna ficción a la literatura clásica árabe o al nacimiento de la lengua francesa, la lingüística estructuralista o los escritos de Freud sobre la afasia, y examina con claridad y precisión las formas, los efectos y las consecuencias últimas del olvido de la lengua. Desde el balbuceo infantil hasta el legado de Babel, de la lengua sagrada del judaísmo y del islam hasta el concepto de lengua muerta y los lenguajes hoy amenazados, 'Ecolalias' traza un elegante y original itinerario filosófico que nos invita a reflexionar de un modo novedoso.


Nacido en Toronto, Canadá, en 1974, Daniel Heller-Roazen estudió filosofía en la Universidad de Toronto, y luego se trasladó a la Universidad Johns Hopkins con la intención de dedicarse a la literatura alemana. Sin embargo, una vez obtenido un master en estudios alemanes decidió abordar los estudios medievales y, en particular, la relación entre poesía y filosofía en la Edad Media. En el año 2000 obtuvo un doctorado en literatura comparada en la Universidad Johns Hopkins, y luego se desempeñó como profesor en Princeton. Heller-Roazen habla fluidamente nueve idiomas además del inglés: provenzal antiguo, hebreo bíblico, árabe clásico, italiano (ha traducido tres obras de Giorgio Agamben), francés, yiddish, alemán, griego antiguo y latín. Reconocido en todo el mundo como especialista en estudios medievales así como en la teoría crítica contemporánea, su conocimiento de numerosos idiomas le ha permitido explorar los problemas de la transmisión y la traducción de los textos filosóficos.

domingo, 28 de diciembre de 2008

28 de diciembre, el día de Los Santos Inocentes (sin bromas)

El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio histórico o hagiográfico del cristianismo: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.
La iglesia católica recuerda este acontecimiento el 28 de diciembre, aunque de acuerdo con los Evangelios, la matanza debería haber sucedido después de la visita de los Reyes Magos al rey Herodes (uno o dos días antes del 6 de enero), aunque también la fecha de la adoración de los Reyes Magos a Jesús no tiene una fecha dada exactamente en las escrituras, que sin embargo citan dicha visita.
Es muy corriente la explicación de la Navidad y demás fechas alrededor de ella como fechas arbitrarias, pues estas no figuran en los evangelios. Sin embargo, según el evangelio (Lucas 1.13-60); Zacarías supo que Santa Isabel estaba encinta de Juan el Bautista el día de la fiesta del final de la cosecha, esta festividad tiene lugar una sola vez al año en la religión judía, aun en nuestros días; la última semana del mes de septiembre. El evangelio también indica que Juan el Bautista era mayor que Jesucristo por seis meses. Por lo tanto, si el embarazo del Bautista comienza en la última semana de septiembre, es evidente que nació en la última de junio y que siendo seis meses mayor que Cristo, éste nació en la última semana de diciembre.
Si seguimos fielmente los evangelios, tenemos lo siguiente: El evangelio de Lucas nos muestra que Jesús nació en Belén debido a que César mandó que se realizara un censo de la población, lo que obligó a José y María a viajar a ese lugar. Miqueas el profeta, con varios siglos de antelación predijo que Jesús vendría de ese pueblo cercano a Jerusalén (Miqueas 5.2).
Los belenes, hoy día, intentan representar lo que fue el nacimiento de Jesús, pero lo que realmente pasó es muy distinto a lo que con tanta frecuencia se representa. Además de hablarnos del censo que hizo que José y María fueran a Belén, el evangelista Lucas nos cuenta que había pastores que estaban pasando aquella importante noche a cielo abierto, con sus rebaños. Esto nos lleva a la lógica conclusión de que Jesús no pudo haber nacido en diciembre ya que es improbable que César obligara a los judíos, a punto de la sublevación, a realizar un viaje hasta sus lugares de origen durante la estación fría y lluviosa. Es igual de improbable que los pastores estuvieran viviendo a la intemperie con sus rebaños en un tiempo tan inclemente (Lucas 2.8-14).
En el Medievo, los escritores cristianos especulaban que fueron asesinados entre 3.000 y 15.000 bebés. Pero —de acuerdo con el censo ordenado por el gobernador romano Quirino, tal como relatan los Evangelios— el pueblo de Belén no tenía más de 800 habitantes. Así que cada año no habría más de 20 nacimientos, y morían aproximadamente el 50% antes de cumplir los dos años de edad (lo cual era la mortalidad infantil normal hasta hace un par de siglos), así que si Herodes mandó a asesinar niños, no deben de haber sido más de veinte.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Entrevista a Inés Fernández-Ordóñez, miembro de la RAE: "Las mujeres tienen una mayor capacidad lingüística"

Inés Fernández-Ordóñez es una de las poquísimas integrantes femeninas de la Real Academia Española. En esta entrevista describe las distintas capacidades de los hispanohablantes y del potencial real del idioma castellano frente a otras lenguas.

A sus 47 años recién cumplidos, Inés Fernández-Ordoñez se convirtió en una de las pocas integrantes femeninas de la Real Academia Española (RAE), un coto casi exclusivo de señores mayores, con la excepción, hasta ahora, de Carmen Iglesias, Margarita Salas y Ana María Matute.

Usted reúne la doble condición de filóloga y lingüista. ¿Esperaba este ingreso?

La máxima aspiración de un filólogo es ingresar en la Academia. Es un reconocimiento enorme que, normalmente, llega al final de tu actividad profesional. No lo esperaba y menos a mi edad.

¿Qué piensa de la Academia?

Es una institución que ha cambiado mucho en los últimos años. Con Fernando Lázaro Carreter comenzó una etapa de apertura a la sociedad, se informatizó, se crearon recursos lingüísticos de uso público... Se abrió a la sociedad y eso es muy positivo. Hay que seguir trabajando en esta línea.

¿Qué piensa del potencial que se le atribuye al español?

Tiene un potencial real. Cuando hablo con mis colegas de Francia, Alemania, el Reino Unido o Estados Unidos me comentan que cada vez se estudia más en las universidades y en la enseñanza secundaria. No sé las razones, pero existe una demanda clara de enseñanza del español en esos países.

¿Ser mujer le ha beneficiado o perjudicado para llegar a la Academia?

La Academia ha hecho un esfuerzo por abrirse a la sociedad y compensar la notoria desigualdad de representación que existe entre hombres y mujeres. Con independencia de que yo pueda tener méritos, han hecho un esfuerzo por incorporar mujeres y en este sentido me ha podido beneficiar, pero espero que no haya sido sólo por eso. También me podía haber perjudicado, porque la Academia es imprevisible.

¿Cree en las cuotas?

No creo en su aplicación en un sentido estricto, algo que puede ser contraproducente. Sí creo en políticas de igualdad que promuevan una contratación paritaria o compensen desigualdades.

¿Cuál será su trabajo?

No sé todavía en qué consistirá mi trabajo en el día a día. Lo que pueda aportar tendrá que ver necesariamente con lo que son mis líneas de investigación y conocimiento. Me he dedicado al estudio de la historia de la lengua, de las variedades del español, especialmente del que se habla en las zonas rurales, y a la edición crítica de textos medievales.

¿Qué futuro le espera al español rural?

El futuro de la lengua, de cualquier lengua, lo deciden los hablantes colectivamente y no la RAE. Hoy, en la sociedad de la globalización, la inmensa mayoría de los hablantes son urbanos no rurales y su peso proporcional en las decisiones lingüísticas colectivas tiene que ser necesariamente menor, lo que no impide que el diccionario global del español reconozca todo tipo de palabras, aunque estén documentadas sólo en áreas muy concretas.

¿Se puede hablar de palabras en peligro de extinción?

Para los lingüistas no existe el concepto de progreso o decadencia de la lengua. Las lenguas ni progresan ni decaen, simplemente cambian, se modifican. Quizá lo que ha cambiado es que antes el modelo lingüístico lo fijaba la literatura y ahora lo fijan los medios de comunicación. Estos utilizan un léxico más restringido porque tiene que ser de uso general. Esa lengua común, que es la de la cultura escrita y la estándar de la oralidad, tiene quizá una pobreza léxica mayor que la que tenía hace cincuenta o cien años. Es un proceso que se da en otras lenguas y no me parece dramático. Se utilizan menos palabras. Nadie conoce hoy los refranes. La tendencia es utilizar un modelo común de lengua y el léxico disponible se ha restringido, lo que no quiere decir que cualquier tiempo pasado fuera mejor.

¿La mujer hace un uso de la lengua distinto al del hombre?

Desde un punto de vista biológico, las mujeres tienen una mayor capacidad lingüística, desarrollan mayores competencias lingüísticas que los hombres, de la misma manera que estos tienen más puntería cuando tiran una piedra. Las mujeres hablamos antes, hablamos más y más deprisa y eso es algo común a todas las culturas. Se ha comprobado que desde el punto de vista sociolingüístico las mujeres identifican mejor lo que tiene prestigio o no lo tiene en el uso lingüístico, lo que se ha tratado de explicar desde distintas teorías. Para unos, la razón está en que son las encargadas de educar a los hijos.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Nueva edición económica de un clásico: Harold Bloom. "Shakespeare. La invención de lo humano" (Ed. Norma)

"Shakespeare: la invención de lo humano" del gran crítico contemporáneo Harold Bloom marca una revolución en los estudios sobre Shakespeare y le da un nuevo aire a la crítica literaria. Culminación de una vida dedicada a leer, a escribir y a enseñar a Shakespeare, este texto monumental y definitivo es un extenso, inspirado y revelador análisis de la obra de quien, como sostiene su autor, nos creó tal cual somos. Desde el ingenio de Falstaff ala sublime inteligencia de Hamlet, del aterrador infierno de Macbeth a la agudeza malévola de Yago, Bloom recorre en su análisis la inmensa variedad de personalidades shakespeareanas, y al hacerlo saca a la luz aquello que las ha vuelto imprescindibles: esa infinita posibilidad que da la medida del espíritu humano. De este libro podría decirse lo mismo que afirma Bloom de uno de los personajes de Shakespeare: que provoca infinitamente el pensamiento y despierta la emoción, y lo hace a tal punto, que es inevitablemente una invitación a releer al gran dramaturgo isabelino que "llegó a tocar e incluso a transgredir, los límites del arte y quizá del pensamiento".

Hay cosas que no entiendo. Este libro cuesta en su versión original $ 175 (en pesos argentinos, o sea, algo así como U$S 51). Pero acabo de comprar una nueva edición, también colombiana, aunque considerada "de bolsillo" (el libro es un ladrillo de unas 900 páginas, por lo que difícilmente entrara en algún bolsillo), por $ 24 (sí!, increíble, algo así como U$S 7). El libro es un verdadero clásico que, más allá de las posiciones radicales de Bloom, es imprescindible para quienes tenemos alguna relación con Shakespeare, las letras o el teatro.
Aprovechen, es una ganga (al menos en Argentina).
PP.

jueves, 25 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD


Queridos amigos: que disfruten de la Navidad junto a vuestros seres queridos, es el deseo de todos aquellos que de un modo u otro hacemos "El psicoanalista lector".
Felicidades
PP.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Guía de comportamiento para la Navidad que seguiría Jorge Luis Borges (si estuviera vivo) por Lemmycaution)

1. Regale sólo libros de Walt Whitman.
2. Si va a saludar a alguien por Navidad, haga alguna referencia a los orígenes de la festividad en la mitología escandinava, y en lo posible a Wotan.
3. Aún si no sabe nada de mitología escandinava pero insiste en saludar al prójimo, no vaya a tener el mal tino de hacerlo por MSN. Levante el tubo o cuanto menos mande un mensajito de texto. Gaste plata, hombre.
4. Y si puede decir “Frohe Weihnachten” en lugar de emplear nuestro burdo idioma de Untermenschen, mejor aún.
5. Ante Waldorf o rusa, usted siempre elegirá Waldorf.
6. Nada de turrón ni garrapiñada; solo avellanas y almendras.
7. No tome sidra, es de cuarta.
8. Y ni hablemos del ananá fizz.
9. Y si va a tener el el mal gusto de embriagarse, procure que le pegue para el lado de la melancolía existencialista.
10. Si va a encender pirotecnia, no huya de ella corriendo una vez que lo haga. Aléjese caminando impávidamente con las manos en los bolsillos.
11. De última, si le explota en la cara Ud. ya está medio ciego (recuerde, Ud. es Borges).
12. Y por el amor de Dios, no diga “cuetes”.
13. Cuando la conversación llegue a la parte política -no se preocupe, llegará-, defienda a algún gobierno de facto.
14. Y cuando se esté yendo arrepiéntase usando alguna ironía.

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Vaya esta pequeña humorada como un modo de celebrar con una sonrisa la Navidad. Reciban mis más cálidos saludos

PP.

martes, 23 de diciembre de 2008

Ya está abierta la Inscripción on-line al Seminario de Colette Soler (sólo para pago con tarjeta de crédito)

Para inscribirse en el Seminario de Colette Soler abonando con tarjeta de crédito, haga click aquí o sobre la imagen.

Jorge Alemán. "La metamorfosis de la ciencia en técnica: el discurso capitalista"

I

El modo en que la crisis “sistémica” del capitalismo se despliega sobre el mundo muestra con claridad la ausencia de un Límite, un límite que haga barrera a la deriva financiera incontrolada. Nada funciona como punto de amarre; las naciones y sus agrupamientos, las instituciones mundiales, las medidas económicas que pretenden paliar la emergencia, de inmediato se reabsorben y se diluyen en los movimientos del Mercado. No aparece el lugar desde donde podría operar lo que Lacan denomina El Nombre del Padre y su efecto logrado: el punto de capitón. La hemorragia no se detiene, el efecto de autoridad simbólica que debe acompañar a la decisión tomada se destituye con facilidad y el “semblante” del Padre que garantice, al menos coyunturalmente, una sutura en la hemorragia no termina de emerger.

En suma, la autoridad simbólica, su credibilidad y la posible lectura retroactiva de lo sucedido, no encuentran el tiempo ni el lugar para ejercerse de modo eficaz. ¿Se llama a esto “crisis del capitalismo”? Por el contrario, nuestra afirmación es otra, es el propio Capitalismo el que es capaz de poner en crisis a todas las estructuras que hasta ahora venían simulando su regulación.

II

En el llamado Discurso Capitalista, Lacan medita sobre un dispositivo donde el sujeto se ha convertido en un ente que no depende de nada, sólo está allí para que se conecten los lugares y, precisamente, al ser el capitalismo la máquina que conecta todos los lugares, el corte es imposible. Por ello, las autoridades simbólicas, instancias que exigen tanto el lugar vacío como el significante amo que articula ese vacío a distintas representaciones, se licuan en el circuito de movimiento permanente y circular. La esencia del Discurso Capitalista es el rechazo de la modalidad “imposible” propia de la Castración. En este aspecto, aunque hablemos de crisis sistémica del capitalismo, debemos hacer una salvedad importante al respecto, el Discurso Capitalista carece de crisis porque no tiene reverso y su movimiento (al igual que la pulsión) no conoce las estaciones. Por ello, la crisis es la de aquellos organismos e instituciones que administran al capitalismo, al no saber qué hacer con el excedente que siempre sobrevive destruyendo al aparato productivo y se expande como un exceso ingobernable.

III

El sujeto del Discurso Capitalista realiza todo el tiempo su propia voluntad de satisfacción, en un circuito, que como hemos dicho, no está “cortado” por ninguna imposibilidad, pues su propósito es que todo lo que “es” en el mundo se presente como mercancía.

Desde esta perspectiva, que indudablemente no es la única, el Discurso Capitalista no es una experiencia humana, la experiencia humana brota siempre de un fondo de imposibilidad, su condición primera es la falla, el límite, la castración. En el Discurso Capitalista, como en su día en los totalitarismos modernos, se encuentra en una forma implícita el proyecto de producir un sujeto nuevo, sin legado histórico ni herencia simbólica. Este “sujeto capitalista” tributario de nada que no sea colaborar con la voluntad acéfala que realiza, se caracteriza entonces por no tener en cuenta consecuencia alguna. Autopropulsándose desde si, de un modo inmanente y conectado, en principio se presenta sin que se pueda pensar su exterior. ¿Es esto un régimen inhumano, un discurso inhumano? Sí, si consideramos que lo humano es siempre hijo enfermo e incurable de la falla, de la castración, de lo imposible. No, si se considera que la historia de lo humano-occidental y su mundialización, ha sido producir un más allá de su Límite, un goce mortífero que excediera a la propia constitución simbólica, aún estando involucrado en la misma.

IV

El Discurso Capitalista es el dispositivo pertinente para considerar la economía de goce propia de la Técnica. Pero para captar el alcance de la homologación entre Técnica y Discurso Capitalista, es necesario en primer lugar establecer la diferencia entre el sentido moderno de la Ciencia y lo que aquí llamamos Técnica.

V

En uno de sus grandes seminarios, en “¿Qué significa pensar?” (Was heibt denken? 1951) Heidegger presenta el siguiente axioma: “La Ciencia no piensa”. Este axioma no habla ya de la ciencia moderna fundada en Descartes y Galileo, aunque esa sea su génesis, más bien describe una metamorfosis radical, algo que desde el interior de la Ciencia Moderna rebasa y cancela su Límite. Es lo que permitiría afirmar que ya no hay más Ciencia en el sentido moderno, o que la misma, de un modo tendencial, es lentamente transformada en su “espectro técnico”.

VI

Con la misma orientación que Heidegger capta el momento histórico de la Ciencia Moderna mostrando en el mismo, el surgimiento del nihilismo, la época que vuelve todo intercambiable, equivalente, evaluable, calculable, Lacan en sus meditaciones da un paso más. Al estudiar el modo en que la Ciencia es una “ideología de la supresión del sujeto” se abre a distintas consideraciones epocales sobre los efectos directos, propios de la homogeneización llevada a cabo por el discurso de la Ciencia. A saber: el aumento del odio racista, que siempre considera al Otro o bien como un goce subdesarrollado o bien como portador de un exceso de goce maligno. Por esta razón, Lacan capta en el Campo de Concentración el punto de fuga de las sociedades contemporáneas. Mientras hubo un tiempo en la enseñanza de Lacan, donde la Ciencia era semejante al discurso Histérico, por su capacidad para producir saber con la verdad oculta para el sujeto, tiempo después Lacan anticipa, reconociendo los “nuevos impasses crecientes de la civilización” una nueva torsión de la Ciencia donde el Saber se anuda en la pulsión de muerte.

VII

Del axioma “La Ciencia no piensa”, Heidegger, aunque no lo haga expresamente así ni esta sea su terminología, deriva estos tres teoremas:

La ciencia moderna se funda en la esencia de la técnica.
Pero la esencia de la técnica no es algo técnico.
La esencia de la técnica no es una hechura meramente humana, como si pudiera dominarse con una mera superioridad y soberanía humana, acompañada de la debida disposición moral.

Estos tres teoremas dan cuenta del viraje de la Ciencia a la Técnica. El campo científico, en su estructura epistemológica, en las construcciones pertinentes de su objeto, debe presentar un Límite relativo al Saber que se propone elaborar. Cada Ciencia es un “saber de” esto o aquello. Es precisamente en relación a este Límite que el psicoanálisis puede constituir su campo teórico y clínico. El psicoanálisis no es una ciencia, no por un déficit epistemológico, si no porque se ocupa de una “materia” (distinta de la naturaleza y de la superestructura) que se estructura con la lengua y da lugar al sujeto del inconsciente. El sujeto del inconsciente es un “límite interno” de la ciencia, se sostiene en un espacio “extimo” (exterior e íntimo) en relación a la Ciencia, de tal manera que el sujeto es necesariamente rechazado para que funcionen adecuadamente las estrategias objetivantes de la Ciencia. La Ciencia Moderna existe, mientras el sujeto del lapsus, del sueño o del fantasma, se mantenga en “exclusión interna al discurso científico”.

VIII

La Técnica por el contrario no tiene sujeto. No hay, en el sentido de Heidegger, Técnica de tal o cual cosa. La Técnica no se reparte en Universidades, ni en campos de saber, ni construye objetos ni puede ser evaluada “técnicamente”. Por el contrario, se trata de un ámbito de apropiación de los “saberes de”, una apropiación al servicio de una Voluntad, que como afirma Heidegger, no puede dominarse ni con una mera “superioridad y soberanía humana” ni con ninguna entidad moral. A la Técnica ni siquiera la limita la guerra y su devastación.

IX

La Técnica es un ámbito de apropiación que una vez que captura a los saberes de la Ciencia Moderna, los integra en un nuevo proyecto que se caracteriza por ser capaz de reunir en un mismo haz al sujeto cartesiano con la Voluntad de Poder nietzscheana realizando una amalgama sin precedentes: una voluntad acéfala y sin límite.

X

La Técnica es la introducción de lo “ilimitado”. Mientras la Ciencia tenía como Límite aquello que necesitaba excluir para lograr su propia constitución como ámbito, la Técnica ni incluye ni excluye, ni se refiere al Límite alguno. Introduciendo lo “ilimitado” en la escena del mundo, el mundo se vuelve el lugar donde los saberes y prácticas se convierten en campos de maniobra de la Técnica.

XI

Se ha producido tal amalgama entre el sujeto del cogito y la Voluntad de Poder que esta ya no puede ser regulada. Heidegger emplea la palabra alemana Ge-Stell traducible como “estructura de emplazamiento”, al ser el dispositivo que precisamente emplaza a todo “lo que es” a que se disponga, o que esté en vías de volverse disponible, como imagen de lo ilimitado. Tal como lo señala Heidegger en el 38, ya no hay imagen del mundo porque es el mundo el que ha devenido imagen.

XII

Si se ingresa en una época donde ilimitado modula la era de la civilización, ¿en qué secuencia histórica tuvo lugar esta metamorfosis de la Ciencia? ¿Cuál fue el primer signo donde la Técnica irrumpe en el paisaje histórico de la Ciencia Moderna? La Técnica no se refiere, como ya hemos dicho, a la mera producción o reproducción de objetos o instrumentos, es una “ontología del ser” en la época de su olvido consumado, “el olvido del olvido”, o si se quiere el olvido como forclusión en su sentido lacaniano. Esta provocación dirigida al ser de lo ente para que entregue hasta lo más íntimo y nuclear de la propia vida humana tuvo su primera emergencia moderna en la Shoah. O tal como lo dice Heidegger, siendo él mismo partícipe de la infamia, “la fabricación de cadáveres”. La fabricación de cadáveres, en su planificación burocrática y serial, es la operación a través de la cual la Voluntad ilimitada hace su ingreso en el mundo. La expresión “solución final” no expresa un Límite, por el contrario hace referencia al acto que por su carácter ilimitado no puede participar de la Historia. Por lo mismo es único, porque se puede repetir en cualquier instante. No se sabe aún si la humanidad puede reponerse de semejante ingreso de lo ilimitado. En cualquier caso, es necesario señalar que la “solución final” no se ejerce en función de la guerra, pues la misma desborda la dimensión utilitaria de la lógica militar. No se hace para ganar guerra alguna, por el contrario, se hace la guerra como pretexto en función del “triunfo de la Voluntad”, en su requerimiento técnico.

XIII

Mientras la Ciencia padece el retorno de lo reprimido en sus momentos de dislocación, rupturas epistemológicas, emergencias de nuevas invenciones, nuevos paradigmas incomprendidos, etc. La Técnica sólo promueve el retorno de lo forcluído en lo Real. En la Técnica no se trata del “olvido del ser” y sus diferentes retornos, ya que al constituir la misma un “olvido del olvido” funciona en una lógica distinta de la represión. Por esta misma razón, el Discurso Capitalista en su homología estructural con la Técnica, realiza un circuito que al destruir la “determinación de la verdad” elimina la distancia entre el sujeto, la verdad, el saber y la producción, inaugurando una metamorfosis en red de carácter rizomático, que impide y obstaculiza la estabilidad y reconocimiento de las categorías modernas.

XIV

La Técnica no es un hecho histórico o una secuencia que vendría a continuación de la Ciencia, al modo de una consumación macabra de la misma. Es un empuje, un Drang que impulsa a la Ciencia hacia el dispositivo del Discurso Capitalista de modo tendencial. Y a la vez, recíprocamente, es la manera en que el Capital se apropia para su propio fin del espacio -Verdad, Sujeto, Producción, Saber- destruyendo su Límite. No hubo primero Ciencia seguida después cronológicamente por la Técnica. En la Ciencia Moderna ha estado desde su propia constitución la invocación técnica. De esta situación puede surgir una hipótesis: tal vez el despliegue bélico industrial alcanzado a través de la Ciencia Moderna fue el que preparó las condiciones para que la “voz y la mirada”, objetos perdidos de modo inicial, se incorporaran al artilugio científico para preparar su metamorfosis técnica.

XV

La alianza entre neurociencias, cognitivismo e industrias farmacológicas, constituyen parte de la nueva “logística” del emplazamiento técnico. Gracias a sus construcciones metafísicas, soportadas en las técnicas de imaginería informática, el ser del ente es provocado para que se represente como un ente, un ente que explique a través del funcionamiento cerebral los imperativos morales, la ética o su ausencia, el amor, las intenciones implícitas, los actos inconfesables, e incluso aquello que el Derecho no puede localizar en la declaración del acusado. Es lo que el neurobiólogo Changeux denomina una “fisiología del sentido”, un proyecto de sumergir y subsumir todas las determinaciones de la subjetividad en las operaciones epigenéticas del cerebro.

Esta alianza estratégica esencial al proyecto técnico y su política, donde lo “no descubierto aún” siempre esta por llegar en el futuro ilimitado establece que al ser lo determina o bien la naturaleza (cerebro – genes) o bien la superestructura (modos, hábitos, marcas, nuevas conductas sociales, estilos de vida, etc.). Esas determinaciones exigen siempre una unidad entre el cerebro y el entorno garantizadas, según los casos, o bien por la “epigénesis” o bien por la “plasticidad neuronal”. De lo que se trata en esta logística es de borrar la “infraestructura”, “el más peligroso de los bienes”, la Lengua, eso que hace de cada uno un enfermo singular donde se cruzan el sexo, la muerte y la palabra en una escritura cuya superficie de inscripción es el inconsciente y no el cerebro.

XVI

La experiencia mortal, sexuada y parlante se vuelve en la civilización técnica un sentimiento en gran medida determinado por el odio, como hemos dicho anteriormente, odio al goce subdesarrollado del Otro, odio al propio modo de gozar en silencio. A esto mismo nos referimos cuando en la época de la civilización técnica hablamos de la “pobreza de la experiencia”.

XVII

La fuerza material de la Técnica se hace sentir en todo su alcance en la mitología científica actual y su campo de maniobras: máquinas militares introducidas en el cerebro, fármacos que destruyen la capacidad intelectual del enemigo, interrogatorios a detenidos con un escáner que puede mostrar la “verdad objetiva” o la “intención implícita no dicha”, prótesis cerebrales que transformarán al soldado en cyborg, interfaz entre cerebro y máquina, conexión de todos los cerebros a un sistema central y corporativo, cerebros estropeados por el estrés, el pánico, la depresión o la hipermotilidad, cerebros atrapados en una red en la que ya no pueden estar a la altura de sus funciones, etc. Éstas son las distintas presentaciones de la logística contemporánea.

Así las cosas, tanto la Técnica como el Discurso Capitalista, se presentan como un Saber Absoluto, como un fin de la Historia consumado. Como si el carácter inevitablemente contingente del capitalismo en su realidad histórica hubiese podido ser naturalizado y “esencializado” de tal modo que ya no fuese posible concebir su exterior.

XVIII

¿A través de qué significante nuevo se puede apuntar a un Real imposible de dominar e integrar por la Técnica capitalista? ¿En qué espacio inédito ese significante propuesto por el psicoanálisis puede volverse un acontecimiento político? ¿De qué modo el psicoanálisis puede mostrar que, en los diversos impasses del siglo XX con respecto a la salida del capitalismo, aún persiste un saber en reserva y a descifrar?

BIBLIOGRAFÍA

Heidegger, Martín: ¿Qué significa pensar? Editorial: Trotta.
Alemán, Jorge y Larriera, Sergio: Lacan: Heidegger. Editorial: Miguel Gómez.

lunes, 22 de diciembre de 2008

La piedra molesta (Página 12, suplemento "Las 12")

Sabina Spielrein marcó una huella reveladora en la historia del psicoanálisis. Pionera del psicoanálisis infantil, fue una de las primeras mujeres teóricas de modo significativo y minucioso. Sin embargo, cuando se habla de ella casi siempre se dice que fue la paciente histérica que se enamoró de Jung, su psicoanalista, y la que puso en jaque la relación de éste con su maestro Sigmund Freud. Nadie recuerda los títulos de sus investigaciones pero sí las gotas punzantes que regaron los detalles del escándalo. Pero basta ya, porque Sabina Spielrein no es sólo uno de los vértices de un triángulo donde dos hombres, que disputaban poderes en pleno desarrollo científico, juzgaban y analizaban a la mujer prototipo.
Los escombros no siempre son desechos. En 1977, en el Palais Wilson de Ginebra, mientras se hacían reformas en el edificio del Instituto de Psicología, se encontró –en el sótano, por si era necesario justificar un mejor escenario– una pesada valija castaño oscura que, además de algunos escritos personales de Sabina, guardaba el erario indiscreto: el intercambio epistolar con Sigmund Freud y C. G. Jung, ochenta maravillosas cartas y postales manuscritas entre 1908 y 1923. Pero eso no es todo, al triunfal vestigio se suma el Diario que Spielrein escribió entre 1909 y 1912. El hallazgo hizo posible al fin que Sabina dejara de ser una nota al pie en los escritos de Freud, Gross, Firenczi y Klein.
Como era lógico, no tardaron en llegar las biografías, películas, documentales y adaptaciones teatrales. Desde entonces se han reeditado y publicado en alemán, inglés y francés sus trabajos científicos, varios de sus artículos y monografías y, como no podía ser de otra manera, también su historia clínica y esquelas familiares.
Tras seis años de investigación, la psicoanalista Sabine Richebächer, oriunda de Dusseldorf escribió en el 2005 Sabina Spielrein de Jung a Freud, editado ahora en la Argentina por El cuenco de plata. Como en toda biografía, habrá que correr la mirada hasta encontrar lo que buscamos, esta experiencia oftalmológica salteará apellidos y ciudades en pos de una cita ejemplar y atractiva que justifique la elección del personaje. Richebächer se detiene con acierto en intervalos sociales, guerras y geografías que marcan no sólo la semblanza de Spielrein sino la del siglo XX.

La niña dificil
La historia de Sabina empieza y termina en territorio ruso, nació en Rostov, la llamada puerta al Cáucaso, a orillas del río Don, en el sur de Rusia, el 25 de octubre de 1885 y allí murió asesinada por los nazis en agosto de 1942.
Educada en el seno de una familia burguesa ilustrada, hija de un comerciante y una odontóloga, Sabina, la mayor de los cinco hijos del matrimonio, fue una nena inquieta y curiosa alquimista a la que le preocupaban muchos temas, entre ellos, los americanos. Así lo escribió en uno de sus primeros diarios: “Como la tierra es una bola, debían caminar por debajo de nosotros con la cabeza hacia abajo y las piernas hacia arriba”. No fue extraño entonces que durante mucho tiempo Sabina estuviera cavando laboriosamente un hoyo en la tierra y preguntándole a su madre si faltaba mucho para atravesarla y sacar a un americano por las piernas.
Algunos informes de sus primeros años la describen como una niña difícil, que con frecuencia debía ser castigada, con un interés sexual precoz y para nada reprimido al que se le agregaban desbordantes dosis de imaginación e inteligencia. A los cuatro años ya presentaba algunos síntomas traumáticos, por aquella época acostumbraba a retener –a veces durante casi dos semanas– las heces, clausurando en ocasiones el ano con su talón. Mientras estos episodios se repetían, la mirada de Sabina, quien se enferma con frecuencia, cobraba una importancia central en el ceñido escenario familiar. Por orden expresa del padre, en aquella casa se hablaba en determinados días de la semana solamente francés o alemán o alguna otra lengua extranjera, quien no cumplía con la consigna era castigado con rigor. Las golpizas eran moneda corriente en casa de los Spielrein, a veces las daba el padre y otras obligaba a sus hijos a que se castigaran entre ellos. Nalgas desnudas recibían golpes aleccionadores ante la mirada de todos. Años después y durante una sesión con Jung, Sabina recordará las suyas exhibidas y afiebradas cuando tenía once años. Fue otra paliza la que dejó también una huella indeleble, esta vez el desnudo era uno de sus hermanos y mientras recibía la paliza paterna, Sabina lo miraba y no dejaba de pensar en que había defecado en la mano de su padre. Con el tiempo, la defecación le cedió el paso a la masturbación compulsiva, manifestando además ideas obsesivas de índole sexual asociadas con la violencia, los castigos corporales y la comida –en algunos momentos dejó de comer en público–. Para Sabina, un elemento central del castigo era que su padre era un hombre y cuando ese hombre pegaba ella no podía dejar de masturbarse. En la adolescencia su estado desmejoró notoriamente y experimentaba continuos cambios de humor, pasaba de la risa al llanto, planeaba auto castigos, como aquella vez en la que se encerró en el sótano después de haberse regado con agua fría en pleno invierno, quería morir y lograr que esa muerte sea una verdadera tortura para sus padres. En otoño de 1901 –luego de un viaje curativo en el verano– su hermana Emilia contrae tifus y muere: “Más tarde me alejé de todo el mundo; fue aproximadamente en el sexto curso, después de la muerte de mi hermana pequeña; ahí comenzó mi enfermedad. Escapé a la soledad”.

La paciente perfecta
En 17 de agosto de 1904, la internan en el Burghölzli, el centro de hospitalización psiquiátrica para pacientes con patología aguda, de la ciudad de Zurich. El doctor Jung formaba parte de aquel equipo médico desde el 1º de diciembre de 1900. Por aquellos años, los círculos profesionales consideraban de modo unánime que era conveniente realizar un tratamiento dentro de los límites del hospital. La experiencia había demostrado que en las neurastenias, sonambulismos y alucinaciones, como así también en los casos de histeria grave, la separación espacial de la familia producía una rápida disminución de la sintomatología. Con un poco más de 47 kilos, Sabina ingresó como paciente de primera clase. La decisión médica inicial fue darle de comer. Esa noche bautizó el encuentro entre C. G. Jung y Sabina Spielrein.
Jung, principal arquitecto del proceso tormentoso en el que se internará el psicoanálisis a comienzos del siglo XX, recibió a la nueva paciente como un símbolo de buenos augurios, la joven dama rusa era educada, inteligente, hablaba alemán y cumplía con todos los requisitos para experimentar el método freudiano. En las primeras notas de la historia clínica, Jung describió así a la familia de su nueva paciente: “su padre: nervioso, agotado, neurasténico, irascible a más no poder. La madre es ¡histérica!, nerviosa (al igual que la paciente), el primer hermano tiene llantos histéricos, el segundo padece tics y es iracundo y el más joven sufre, es histérico y comete injusticias para sufrir”. La relación de los padres con sus hijos aparece en la historia clínica como “tumultuosa” y “sadomasoquista”.
Durante los nueve meses en los que estuvo internada, la evolución de Sabina tuvo nomotéticos altibajos, era agresiva, dejaba de hablar, solía cambiar bruscamente de humor y empeoraba cuando recibía noticias familiares pero también empeoraba cuando, por algún motivo personal, el doctor Jung se ausentaba. El diagnóstico siempre fue el mismo: histeria. Jung ubicó los síntomas desde la primera infancia y señaló que incluso en la primera entrevista y en plena crisis de convulsiones se destacaban “miradas seductoras”.
Jung y el profesor Bleuler, director del Burghölzli desde 1898, estimularon los intereses científicos de Sabina. En una carta al señor Spielrein Bleuler le comenta: “Afortunadamente hemos logrado que la señorita Spilerein se interese por algunas actividades científicas; esto logra que se aparte durante horas de sus ocurrencias patológicas. A la mañana suele participar con gran interés en nuestras investigaciones sobre la enfermedad”. En otra carta, a mediados de octubre, le cuenta que “en la próxima primavera la señorita Spilerein ha decidido comenzar la carrera de Medicina en Zurich”.
Así fue, cuando Sabina recibió el alta y abandonó el hospital, comenzó a estudiar medicina en la Universidad de Zurich y continuó siendo paciente ambulatoria de Jung, la relación con su médico era cada vez más intensa. Sabina seguía visitando el hospital, compraba golosinas y las repartía entre los pacientes y los hijos de los médicos. Allí se encontraba con Jung y hacían juntos la visita médica. Jung alaba sus dotes científicas:
“Son cabezas como éstas las que hacen avanzar a la ciencia. Usted debe transformarse en psiquiatra”. La atracción era evidente y mutua, por lo tanto no era extraño ver que Emma Jung, en avanzado estado de embarazo, estuviera inquieta. La situación cada vez más crítica es llevada al lenguaje por Sabina a través del sueño: “Emma Jung se queja ante Sabina de que su marido es tremendamente despótico y que resulta muy difícil vivir con él”. Jung escucha este relato y cuando Sabina comienza a hablar de la igualdad y de la independencia espiritual de las mujeres, él le contesta que “ella es una excepción; su mujer, por el contrario, es una mujer común que se interesa únicamente por aquello que interesa al marido”.
Mientras tanto Jung y Freud mantenían una asidua correspondencia en la que Jung, si bien le comentaba pormenores médicos de la paciente obviamente nunca develaba la verdadera relación que los unía. Alejado de las intimidades amorosas Freud le escribe: “Lo agradable de su muchacha rusa es que estudia; las personas no cultivadas son demasiado opacas para nosotros en este momento” y describe el problema como “una fijación infantil en la libido (...) casos como éste, que se basan en una perversión reprimida, son especialmente bellos de descubrir”.
Jung y Sabina se encontraban en seminarios universitarios y se escribían cada vez con mayor frecuencia e intimidad sobre conceptos psicoanalíticos, pero también sobre el amor y sobre el deseo de un hijo de ambos: “El deseo de tener un niño, ¿no es sobre todo el deseo de poseerlo a usted al menos en versión pequeña? ¿No es sobre todo el deseo de regalarle algo especial?” Jung que no duda en entablar conversaciones sobre el niño en común, deberá tiempo después admitir ante Freud que ha creído y fomentado la posibilidad de concebir a Sigfrido, así llamaban al niño anhelado.
Sabina Spielrein fue la primera paciente tratada por Jung con el método analítico, aunque en ciertas notas y apuntes el método que Jung utiliza es un poco desconcertante, y la primera –por lo menos documentada– relación médico-paciente que se convirtió en una relación amorosa. Sabina esconde su dolor en la intimidad de su diario: “Mi amor (...) me acarreó exclusivamente dolor; existieron tan sólo unos instantes en que descansé en su pecho, en que podía olvidarlo todo”. Por su parte Jung escribe: “¡Mi querida! Me arrepiento de muchas cosas, me arrepiento de mi debilidad y maldigo el destino que me amenaza”.
En Zurich y Viena circulan rumores acerca de la vida amorosa de Jung que aseguraban que iba a abandonar a su mujer para casarse con una paciente. El médico no dudó en culpar a Sabina como la hacedora de propagar ese rumor y la deja. Ya en 1909 cuando la relación se hizo pública, ella dejó de ser su paciente y él presentó su renuncia en el hospital Burghölzli.

La colega al pie
Cuando Freud se entera, comienza a sostener una correspondencia con Sabina, y cuando le escribe a Jung utiliza el término “contratransferencia”, exhortándolo a “aprender de las dificultades para desplazar sus sentimientos”. Un año después, en el II Congreso Internacional de Psicoanálisis realizado en Nüremberg, fijó las bases sobre la técnica psicoanalítica señalando la necesidad de que el analista dominara y analizara sus propios sentimientos mientras que el analizado debía guardar abstinencia. En septiembre de 1911 Sabina se doctoró con el profesor Eugen Bleuler con la tesis “Sobre el contenido psicológico de un caso de esquizofrenia”; un mes después se afilia a la Sociedad Psicoanalítica de Viena. El miércoles 29 de noviembre de ese mismo año expuso ante Freud y los miembros de la sociedad su trabajo “La destrucción como causa del devenir”, allí Sabina afirmaba que “los conflictos fundamentales del psiquismo pasan por el enfrentamiento entre las pulsiones de autoconservación y las pulsiones sexuales y que el enfrentamiento se da entre la vida y la muerte” y señala además que “la destrucción es una pulsión mortífera que lucha incluso contra la pulsión sexual”. Al día siguiente Freud le escribe a Jung: “Fräulein Spilrein leyó ayer un capítulo de su ensayo, ‘La destrucción como causa del devenir’, seguido de un esclarecedor debate. Hice algunas objeciones a su método de abordar la mitología y las presenté en la discusión (...). Debo decirle que ella es bastante atractiva, muy inteligente y, por lo tanto, empiezo a comprender algunas cosas.”
La investigación psicoanalítica sobre el yo y el superyó todavía se encontraba en los inicios cuando se publicó en el Anuario de 1912 el trabajo de Sabina “La destrucción como causa del devenir”. En aquel momento el masoquismo se consideraba una perversión puramente sexual. Cuando dice en su trabajo que existen fuerzas impulsivas que ponen en movimiento nuestro aparato psíquico “sin preocuparse del bienestar o la aflicción del yo, que obtenemos “directamente placer en la desdicha y placer en el dolor”, está expresando una idea completamente nueva. Escribe Richebächer “Freud todavía no estaba preparado para aventurarse en estas especulaciones. No le cae en gracia el instinto de destrucción de Spielrein y cree que está condicionado por su persona.”
Entre 1912 y 1914 Spielrein publicó once contribuciones en revistas psicoanalíticas sobre sus observaciones y conversaciones con los niños y sus sueños.
Nueve años después de “La destrucción como causa del devenir” Freud publicó Más allá del principio del placer, allí, el nombre de Sabina aparece en una nota al pie de página: “En un trabajo muy rico en ideas, aunque para mí no del todo transparente, emprende Sabina Spielrein una parte de esta investigación y califica de ‘destructores’ a los componentes sádicos del instinto sexual”.
Con más de 26 años, Sabina decidió que debía casarse y tener hijos. Así lo hizo y en junio de 1912 se casó con Pavel Scheftel, un hombre cinco años mayor, atractivo, judío devoto, médico y veterinario con quien tuvo dos hijas: Renata y Eva. ¿Había renunciado a la embriaguez amorosa wagneriana y a Sigfrido? No, nada de eso, embarazada de Renata, Sabina ya sentía deseos de dejar atrás ese matrimonio pero la ruptura llegaría años después. Al enterarse del enlace, Freud le escribe una carta de felicitaciones: “Querida doctora, ahora usted es una señora y esto significa que estará medio curada de su dependencia neurótica con respecto a Jung. De lo contrario, no se hubiera decidido a casarse. Ahora resta la otra mitad; la pregunta es qué sucederá con eso. Deseo que se cure completamente”.
Sabina fue para algunos el motivo del enfrentamiento y ruptura entre Jung y Freud, argumentando que “la dificultad de Jung para conceder un papel principal a la sexualidad en la etiología de las neurosis provenía de sus dificultades personales para manejarla en el contexto analítico, y que la relación entre Jung y Sabina Spielrein era un ejemplo de esta dificultad, como también ocurriría posteriormente con otro paciente, Toni Wolf”. Después de una visita a Jung en Zurich, Freud vuelve espantado de él e intuye que –después de Adler– está a las puertas de otra ruptura inminente. Por su parte, Sabina, ferviente defensora de un psicoanálisis especializado en aspectos cognitivos y en lingüística, no romperá con ninguno de los dos aunque su posición no es bien vista dentro del circuito. No puede dejar a Freud con quien comparte un mismo interés científico pero tampoco puede romper definitivamente con Jung.
Sin embargo y de modo inevitable, cada uno de ellos continuará trabajando por su lado, la delegación de Zurich se retira de la Asociación Psiconalítica Internacional, Freud respira aliviado y Sabina vuelve a Rusia donde trabaja en el Instituto Estatal de psicoanálisis de Moscú, da clases de psicología infantil en la universidad y ejerce como psicoanalista hasta que el psicoanálisis se prohíbe en la Unión Soviética de 1933.
Pero aún quedaba para ella lo peor: una sucesión de fusilamientos familiares, la persecución y la muerte. Entre el 11 y el 14 de agosto de 1942, Sabina y sus dos hijas fueron perseguidas, delatadas por unos vecinos y capturadas. Allí, junto a otros judíos, fueron asesinadas por el comando 10º de las SS bajo la dirección del comandante Heinz Seetzen.
Los maltratos paternos, las correspondencias cruzadas que involucraron a colegas y familiares (la madre de Sabina conocía los pormenores de la relación clandestina de su hija) y el genocidio alemán, delimitaron el contorno por el que apenas pudo moverse Sabina Spielrein. Sin embargo, nunca dejó de escribir y nunca se quedó quieta.
Cada uno de los trabajos que publicó son textos colonizadores, en “La hembra débil” (1920) analiza el gusto de las niñas por ser niños, mientras que los varones persisten en su prioridad masculina. En “El origen de las palabras ‘papá’ y ‘mamá’. Algunas consideraciones sobre diferentes estadios del desarrollo lingüístico” (1922) señalaba, en contra de la idea de Freud de defender el autismo primario del lactante, una “necesidad primaria de contacto y comunicación con el niño”.
Sabina supo deslizarse en una galería de enigmas y secretos que permiten a través del tiempo escuchar su voz.
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Texto de MARISA AVIGLIANO