miércoles, 17 de octubre de 2018

Rodrigo V. Abínzano. "Lecturas freudianas de la anorexia mental" (Escabel ediciones, 2018)



Freud demarcó el camino de la anorexia por el lado de la histeria o por el lado de la melancolía; Lacan, en cambio, destacó su carácter “mental”, no referida a la mente ni dejando de lado el cuerpo sino por ligarla al goce. Como ya lo dijera en O peor…: “Del Otro sólo se goza mentalmente”. Esto abre una vertiente de lectura distinta, que da cuenta de la posición del sujeto en relación al Otro vía su síntoma y se enmarca en el hecho de que, así como Freud, Lacan se ocupó de la anorexia a lo largo de toda su elaboración teórica, plasmando siempre un movimiento de relectura y sitiándola  por distintos elementos conceptuales.

La lectura de Lacan buscó la brecha, la apertura que yacía en la obturación con la que se leía a Freud. Dicha ética de lectura le permitió, a su vez, relanzar los obstáculos y los interrogantes freudianos que habían sido “falsamente” subsanados. Destaquemos a Lacan en tanto lector de Freud -se esté o no de acuerdo con sus construcciones conceptuales, no se puede negar que allí “hubo lector”- si alguien se dividió frente a la obra freudiana y trabajó fue Lacan. Como dijera en una entrevista de mediados de los sesenta: “al aplicar la crítica freudiana a los textos de Freud, se llegan a descubrir muchas cosas”. En estas páginas, el autor sigue las sendas freudianas enriquecidas por la aplicación de este método.