Este libro inaugura un nuevo modo de tratamiento del trauma
en psicoanálisis: si éste se consolida como un acto de retorno a
expensas de la cadena significante, en el límite del recuerdo,
¿cómo distinguir su presentación respecto de la de otros casos
en que también desfallece lo simbólico?
Asimismo, ¿cómo recuperar la vigencia de la categoría de
trauma sin reducirla a un tema “actualidad”? ¿De qué modo
actualizar la noción de “acontecimiento traumático” sin recaer
en una versión cosmética que olvide la capacidad electiva del ser
hablante? He aquí algunas de las preguntas a las que Gabriela
Insua responde en la primera parte de este libro.
En la segunda parte, el lector encontrará un conjunto de valiosos
testimonios clínicos que demuestran cómo el trauma –desde
su particular modo de manifestación– insiste en la búsqueda de
un interlocutor. El trauma demanda ser escuchado.
Esta obra expone una resignificación de la noción de trauma
que hace un lugar para el sujeto, en cuanto éste es menos la
víctima de un acontecimiento imprevisto que el articulador
mismo de su efecto: un decir acerca de lo que resiste al decir.
Para responder a esta desgracia del ser hablante es que este libro
enseña, además de una orientación clínica, una posición ética.
Luciano Lutereau