miércoles, 30 de enero de 2008

Reseña de "El quinto hijo" (D. Lessing) por Fabia Magnanego

Cuando me enteré de que Susana Giménez había leído a Doris Lessing, y yo no...bueno, no pude permitirlo. La había visto en la tele en ocasión del Nobel 2007: parecía una viejita simpática y distraída que iba a buscar su premio casi en ojotas; este era un buen antecedente. El título del libro también era atractivo; ¿qué pasaría con este hijo en particular, por qué se apelaba a la serie para nominarlo?
Pues bien, Harriet y David, contra toda la parentela, y contra su propia economía doméstica, deciden tener muchos hijos, ser felices y comer perdices. Claro, cuando llegan al quinto embarazo, la cosa se complica y aparece Ben. Ben, ¿cómo les diría...? ¿Pequeño demonio, tal vez? Y ahí está Ben, creciendo, con sus hermanos, con los ¿amigos?, ¡en la escuela! .Y ahí está el lector, preguntándose todo el tiempo cómo se va a resolver esta presencia. No se los cuento, pero el final no decepciona.
No piensen que se trata de La Profecía, ni del El Exorcista (otro libro estupendo), porque el malestar no se inicia extramuros de la familia. En verdad, la trama está más cerca de La metamorfosis; recuerdan esta cuestión de abrir la puerta y encontrar que ése que conocías, que querías, que vivía en tu casa, ahora es un bicho, ¿no?. Ya Freud se había interesado en estas situaciones en Lo ominoso. Bueno, y como no, si son cuestiones universales. Los que estamos cerca del psicoanálisis, vamos encontrando que en esta historia de ficción, cualquier semejanza con la realidad, no es pura coincidencia.
Harriet aclara, explicando por qué cree que el nacimiento de Ben es un castigo: “_ Por engreídos. Por creer que podíamos ser felices porque nosotros lo habíamos decidido.”

No era tan distraída, la viejita...

Fabia Magnanego.

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Gracias Fabia por la reseña!!
PP