“Nosotros” es una modalidad del “con” [avec], del “estar con”, o del “hacer con” (...), en el otro, como huésped o parásito. Ahora bien, “nosotros” es siempre el dicho de uno solo. Es siempre uno solo el que tiene el descaro de decir “nosotros los psicoanalistas”, “nosotros los filósofos” (...)
Esta modalidad lógico-gramatical parece interesante, entre otras cosas, porque soy siempre yo quien dice “nosotros”, es siempre un “yo” el que enuncia el “nosotros”, lo cual supone en suma, en la estructura disimétrica de la enunciación, al otro ausente o muerto, o en todo caso incompetente, o que incluso llega demasiado tarde para objetar. Uno firma por el otro.
La simetría es aún más violenta si se trata de un “nosotros nos” reflexivo, recíproco o especular. ¿Quién tendrá nunca el derecho de decir “nosotros nos amamos”? (...) Si hay “nosotros” (...), es porque siempre hay uno que habla sólo en nombre del otro, desde el otro; siempre hay uno que vive más, más tiempo. A este uno, yo no me apresuraría a llamarlo sujeto”.
Esta modalidad lógico-gramatical parece interesante, entre otras cosas, porque soy siempre yo quien dice “nosotros”, es siempre un “yo” el que enuncia el “nosotros”, lo cual supone en suma, en la estructura disimétrica de la enunciación, al otro ausente o muerto, o en todo caso incompetente, o que incluso llega demasiado tarde para objetar. Uno firma por el otro.
La simetría es aún más violenta si se trata de un “nosotros nos” reflexivo, recíproco o especular. ¿Quién tendrá nunca el derecho de decir “nosotros nos amamos”? (...) Si hay “nosotros” (...), es porque siempre hay uno que habla sólo en nombre del otro, desde el otro; siempre hay uno que vive más, más tiempo. A este uno, yo no me apresuraría a llamarlo sujeto”.
Jacques Derrida
“Por el amor de Lacan” (1992) en “Resistencias del psicoanálisis”, Ed.Paidós, Bs.As. 1997.
“Por el amor de Lacan” (1992) en “Resistencias del psicoanálisis”, Ed.Paidós, Bs.As. 1997.