"Quiero hablar de la depresión, de la mirada que la sociedad tiene sobre este sufrimiento que no es material. Quiero comprometer a la investigación médica francesa en el alivio de este mal" declaró Nicolas Sarkozy el II de febrero último en un discurso en la Mutualité. Hace algunas semanas, el ministerio de Salud lanzaba una campaña sobre la depresión. Se le preguntó a Jacques-Alain Miller lo que pensaba sobre ello. Filósofo, psicoanalista, es responsable de la publicación de los Seminarios de Lacan. Jacques-Alain Miller fundó la Asociación mundial de psicoanálisis (AMP) y dirige la revista Le Nouvel Âne cuyo último número está consagrado a una crítica virulenta de la campaña contra la depresión iniciada por el ministerio de Salud. Puesto que si existen formas graves de "enfermedad del alma" - que se la llame como en otro tiempo melancolía o que se la vulgariza hoy bajo el término "depresión" - es grande la tentación de considerar la menor fatiga, tristeza o pequeña caída existencial como patología que hay que curar con urgencia antes de volver a partir hacia el combate...
CHARLIE HESBDO: ¿Que piensa usted del combate presidencial contra la depresión?
Jacques-Alain Miller: Que el presidente es un hombre de buena voluntad. Que admite que el sufrimiento psíquico no es material, no es objetivable. Pero, porque no está bien aconsejada en este tema, pone todas sus esperanzas en la medicina sin pensar en el psicoanálisis. Está mal aconsejado, o piensa profundamente que la investigación médica puede curar la depresión?¿Quien quiere erradicar médicamente la depresión? La burocracia sanitaria internacional. Ella ha logrado poner al servicio de esta idea loca a las autoridades políticas de un número considerable de países desarrollados. Nicolas Sarkozy está influenciado, como lo está la mayoría de los franceses, por el intenso lobbyng de una parte del establishment sanitario nacional, que se ejerce en el sentido cognitivista y farmacéutico.
¿Pero como explicar este interés del Estado, del poder por nuestra salud?
No es de hoy. La Seguridad social data de 1945. Mucho antes, desde los comienzos de la época moderna, el poder va ineluctablemente hacia el biopoder, Michel Foucault lo demostró. Actualmente, la salud es en Francia un problema agudo para todos los gobiernos que se suceden, en razón del famoso "agujero de la Segu". Todo un pequeño pueblo de expertos trata de "racionalizar" el sistema. (Instituto nacional de la prevención y de la salud (INPES) , creado en 2002, se llevó brillantemente la palma con su campaña antitabaco, y en la lista de sus próximas víctimas, inscribió a la depresión. Pero si los perjuicios del tabaco tienen una cierta objetividad, no es el caso con la depresión, todo depende de la definición que usted dé de ello. Con una de ellas, ustedes pueden demostrar que el 95% de la población está afectada.
¿Cuál es esa definición?
95 % de la gente conoce una media anual de seis episodios de tristeza y de pérdida de la estima de sí. Si se decide medicalizar todo esto, entonces el crecimiento exponencial del número de depresivos se explica. No es extraño que la OMS prediga que, en 2020, la depresión será la segunda causa de invalidez en el mundo después de las enfermedades cardiovasculares. Riamos! Lo que es grave sin embargo, es que el consumo de antidepresivos, que había bajado, va a explotar nuevamente. Francia es el país que consume más psicotrópicos en el mundo.
¿La campaña depresión corre el riesgo de acentuar este fenómeno?
Está en Molière, El enfermo imaginario, o Knock: INPES persuade a la gente que si están tristes, es porque están enfermos, y los incitan a tragar medicamentos. Lo que era considerado antes como un mal momento que había que pasar, una caída anímica, un duelo difícil, es desde ahora en más "una enfermedad". El folleto depresión, difundido en millones de ejemplares, es una tentativa de adoctrinamiento masivo, perfectamente irresponsable, la ambición es remodelar vuestras emociones más intimas. Es un "alien" que se insinúa en lo más profundo de ustedes - incluso para sabotear todo lo que ustedes sienten. Los obliga a interpretar vuestros sentimientos más humanos en el sentido de la enfermedad
¿Usted cuestiona a la Industria farmacéutica?
En todo el mundo desarrollado, la influencia ideológica de los laboratorios es enorme. Esto no me indigna: es una industria, debe hacer frente a la competencia internacional, maximizar sus partes de mercado, y por lo tanto luchar ante los poderes públicos, formar a la opinión pública, convencer a todos que tragar sus productora, es necesario, hace bien. Nada más normal, más lógico. Pero entonces, es necesario poder oponerles contra poderes, que hagan barrera a sus excesos de celo. Tenemos que vérnosla con un fenómeno de la civilización.
¿De qué fenómeno se trata?
El hombre contemporáneo se piensa a sí mismo como una máquina. Si esto no funciona, es que disfunciona, y debe haber un tratamiento hiper rápido. Se cree, que normalmente, tenemos derecho a la euforia, a la píldora de la felicidad. Es ciencia ficción realizada. De ahora en más se enseña la ciencia de la felicidad en Gran Bretaña y en Alemania, Lord Layar, economista distinguido, ex consejero de Tony Blair, el papa de esta nueva ciencia, considera que la depresión es uno de los frenos principales para el crecimiento económico.
¿Terminar con la enfermedad, no es un medio de relanzar el crecimiento?
Pero la tristeza es inherente a la especie humana. ¡Si es una enfermedad, entonces la humanidad misma es una enfermedad! es muy posible que seamos una infección del planeta. Era por otra parte la idea de Lacan. Desde el origen de los tiempos, nos destruimos a nosotros mismos, y nuestro entorno por añadidura. Si queremos curar esto, entramos en la biotecnología, se va a tratar de producir otra especie, mucho mejor. Una especie asexuada y muda. ¡En ese momento, nos portaremos como es debido!
¿Cuando uno está deprimido, se porta mal?
Uno se deprime cuando está enfermo de la verdad. Si uno no quiere deprimirse, hay que asumir la verdad, su verdad. Me tocó la frase de Cecilia que fue tapa de una revista en el momento del anuncio del divorcio. "Quiero vivir mi vida sin mentir" Este es el antidepresivo más poderoso.
Sarkozy fue víctima de la repetición intoxicante sobre la depresión.
¿Nicolas Sarkozy es depresivo?
Fue, por el contrario la víctima de esta atmósfera de intoxicación en torno de la depresión. Recuerde esas fotos que lo mostraban con los ojos vidriosos, mal afeitado luego del anuncio de la separación. Es una intoxicación. Este tipo, es una dínamo, que toma la realidad, la sacude, busca el problema y promete la solución. Es una primicia. Con Miterrand, era la moral del final del Cid: "Deja hacer al tiempo, tu valentía es tu rey". Con Chirac, era la Corrèze, el padre Queuille: "No hay problema que una ausencia de solución no podría resolver" Y el sarkozismo, es un bello esfuerzo, pero no va a andar. ¿"Juntos, todo se vuelve posible"?
Primeramente, Sarkozy debió constatar que, en su "juntos" con Cecilia, no todo fue posible. Y luego, va a descubrir que, la realidad es una buena hija, su plasticidad no es infinita: ella no se deja hacer sino lo que le gusta. Lo real hace barrera. Ya sea que uno se choque con ella, o que se busque la mejor manera de hacer con eso. Y en este mes de noviembre, vemos los esfuerzos prodigiosos de nuestro Hércules político hacer agua por todas partes. Esperemos que se despierte...
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Sans parole.
PP